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España España · Sto. Domingo de la Calzada
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Críticas 38
Críticas ordenadas por utilidad
Críticas ordenadas por utilidad
7
1 de septiembre de 2018
14 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
En el Ángel de la Muerte, Dolph Lundgren interpreta al detective Jack Caine un detective poco convencional con pinta de chulapo que vive en una casa que flipas, bebe vinos caros y entiende un huevo de arte. Básicamente se podría decir que la peli va de Lundgren enfrentándose a un camello intergaláctico (Matthias Hues), ya que el malo de la peli es un extraterrestre que inyecta dosis letales de heroína en los cuerpos de sus desdichadas victimas para obtener endorfinas, una valiosa sustancia en su mundo, escasa y prohibida.

Es genial, simplemente genial. En vez del típico extraterrestre que viene a la tierra a repartir caramelos, colonizar o cazar, el tío lo que viene es a hacerse con drogas que poder vender luego en su mundo, así que muy avanzados tecnológicamente y todo lo que queráis, pero viciosos como ellos solos. Si no la habéis visto, ya estáis tardando porque lo tiene todo… explosiones, tiros, peleas cuerpo a cuerpo, alienígenas, yuppies, Al Leong, persecuciones, chistes sin gracia…es decir todo, todo lo que nos encanta de las películas de acción.

Si queréis ver una peli de acción diferente, en la que hay espacio para la ciencia ficción, no lo dudéis Dark Angel: Ángel de la Muerte, es un valor seguro.

20 Muertos. 31 Explosiones. 3 Combates cuerpo a cuerpo. 2 Persecuciones. 19 Coches reventados. 5 o 6 Tiroteos. 3 Edificios a tomar por culo. 4 Topless gratuitos. Número de Veces que el Alien malo repite la frase, Vengo en Son de Paz: 5 veces.
6 de octubre de 2016
12 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Donny Lennox es un empollón, ratón de biblioteca y con escasos recursos. Vive con su bigotudo progenitor en una especie de polvoriento y destartalado almacén a las afueras de la ciudad, carece de vehículo propio y su habitación parece una especie de biblioteca con tantos libros.

Afortunadamente para él, su intelecto y sus dotes como reportero, le han valido para hacerse con una beca y poder estudiar en el instituto más exclusivo de la zona, el "Vista Verde High School", un lugar donde se congregan los adolescentes más repulsivos y adinerados del estado. Dentro de esas cuatro paredes impera la ley del más fuerte; es por ello que un grupo de violentos y trasnochados alumnos han formado un grupo de élite llamado "Los Centinelas", cuya misión principal es limpiar los pasillos de drogadictos, gamberros y escoria de todo tipo. Lo malo es que a estos sujetos se les va la mano con frecuencia, y la gran mayoría de sus intervenciones terminan en brutales palizas y en desapariciones más que sospechosas. Ahí es donde entra nuestro amigo Donny se infiltrará en "Los Centinelas", ganándose la confianza de uno de sus líderes, y de paso tratando de quitarle a la chorba "Los Centinelas" es un thriller de bajo presupuesto muy en la línea de filmes como "Curso de 1984" (1982) o "La gran Revancha" (1985),aunque netamente inferior a ambas. Dirigida por el especialista en cine de serie-B Albert Pyun (Sueños radioactivos,Némesis), cuenta con un elenco de competentes actores que se encuentran cómodos en este tipo de cine.

La trama es simple y previsible,y los diálogos roban demasiado tiempo a la acción, pero en general consigue entretener gracias a su estética ochentera (no se pierdan el peinado y el vehículo del amigo del protagonista) y a su espectacular banda sonora. En la que podemos encontrar grandes éxitos de The Smithereens, Black Uhuru, The Lords of the New Church, The Fine Young Cannibals, Depeche Mode o Robert Palmer. Sin duda, todo un viaje de vuelta para recordar los 80.

El segundo aspecto destacable sería la adscripción de la película a ese cine juvenil de los 80 en el que los adultos práctica- mente no aparecían o, en el caso de hacerlo, servían casi exclusivamente como villanos o como seres incapaces de comprender a sus hijos o alumnos, quienes se mostraban rebeldes (con o sin causa) y a veces intelectualmente superiores a sus mayores. Los centinelas entronca también con ese subgénero de logias adolescentes (o post-adolescentes) dedicadas a tomarse la justicia por su mano, a crear su propio micro universo siguiendo unos códigos morales propios e inamovibles, y generalmente con un reverso positivo que se enfrenta a esta amenaza y que esta suele estar formada también por chicos de la misma edad.

Entre los pasillos de este instituto nos encontramos también los rostros de Bradford Bancroft (Despedida de soltero), Thom Matthews y Miguel A. Núñez (quienes compartirían también créditos en la alucinante El regreso de los muertos vivientes), Dedee Pfeiffer (hermana de Michellecon una extensa, aunque no muy conocida, carrera en el cine y la televisión) y Don Michael Paul (quien, al igual que John Stockwell, iría abandonando paulatinamente la interpretación para dedicarse a dirigir películas de acción o terror.
En fin un film para nostálgicos del mejor cine ochentero y seguidores de la mítica Cannon Films que ya podéis disfrutar de su nuevo lanzamiento en DVD en nuestro país.
23 de octubre de 2017
12 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
La ambición de Bertrand Tavernier era rodar un film realista sobre las condiciones de trabajo de los policías de calle.y asi es como nació esta putísima obra de arte. "L.627" es un film coescrito con un antiguo policía, Michel Alexandre, el cual describe las penurias y la vida cotidiana de la brigada de estupefacientes de París. El título de esta película hace referencia al antiguo artículo del Código de salud pública francés, que prohibe el consumo y el tráfico de estupefacientes y que simboliza el desfase entre los medios previstos por la ley y los que efectivamente son puestos a disposición de la policía.

Ley 627 se sitúa de manera casi exclusiva en el punto de vista de los policías, en primer lugar el del personaje principal, Lucien "Lulu" Marguet. Numerosas escenas son del tipo de cámara oculta filmadas desde vehículos camuflados. Las persecuciones comportan pocos planos de situación, privilegiando la mirada de la brigada.El film dedica una atención especial a la relaciones complejas y a veces ambigüas entre policías y soplones. Ley 627 se interroga a si misma tanto como en el entorno social de consumo y tráfico de drogas, como en la precariedad que lo envuelve. En la que los consumidores son descritos en un estado de angustia social (escondrijos insalubres, prostitución) y fisiológica (en referencia a la dependencia que no se podía aliviar bajo ningún medicamento en aquella época).

En su acercamiento realista en este tema, se redacta y se informa al espectador de manera creible y sobresaliente sobre la insuficiencia de medios de que disponen las brigadas: locales inadaptados y exiguos (prefabricados en un solar), la falta de vehículos disponibles, hasta la penuria del papel carbón para los procesos verbales entre muchas otras cosas apoyandose y valiendose por numerosas anécdotas aportadas por el guionista y antiguo policía Michel Alexandre, que aprovecha el film como denuncia del desfase entre la formación teórica y la práctica policial sobre el terreno, los cursillos y la formación inútil, las estúpìdas carreras de estadísticas y el sobrepeso del papeleo administrativo..En el que un equipo heterogéneo de "buenos" y "malos" policías debe probar su astucia, ya sea para procurarse o reparar su material o, en una interpretación ligera de las leyes, para pagar y proteger a sus soplones. y "Eso si se quiere hacer correctamente nuestro trabajo, es necesario estar en la ilegalidad durante las 24 horas" como bien hace referencia Lulu.durante el transcurso del filme.

Incluso me atrevería a decir que el estilo realista de Ley 627 ha influenciado posible y considerablemente a todas las series y películas de género, tematica o índole policíal aparecidas a lo largo o en el transcurso de los años 90 hasta nuestra actualidad.

En "Ley 627" estaríamos ante uno de los directores más directos y comprometidos de la última parte del siglo XX. Cineasta y realizador que mediante este trabajo se ensalza con un cine impregnado de una enorme conciencia social, en la que siempre existe un fuerte componente utópico de gran justicia y solidaridad... película que consigue mantenerte en vilo mediante una tozuda tensión permanente que te cautiva de principio a fin, además de invitarte a pensar.

Sin duda alguna estámos hablando de una joya cinematografica, una de mis películas favoritas Y QUE MÁS DISFRUTO DE VER... FILME POLICIACO DE ENORME CALIDAD, TAN ENTRAÑABLE COMO INOLVIDABLE, Y DE VISIONADO OBLIGATORIO que sin duda alguna sabrá hacerse las delicias de cualquier aficionado medio que se precie.....

- UNA GRAN OBRA MAESTRA DE TODOS LOS TIEMPOS EN CUANTO AL MEJOR CINE POLICIACO..-
24 de octubre de 2017
9 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con 'La carne' el italiano Marco Ferreri recuperó en la parte final de su carrera el interés por la comida como concepto antropológico después de haber hecho muchos años atrás 'La gran comilona' (1973). Una vez más, el placer sensorial de la alimentación deviene en símbolo de la abundancia sexual, representada por el cuerpo voluptuoso y casi siempre semidesnudo de Francesca Dellera (no cuesta sospechar que contratada más por el exuberante magnetismo físico que irradia, muy apropiado para la finalidad de la historia, que por sus dotes interpretativas). La actriz interpreta a una chica que conquista al infantilizado Paolo (Sergio Castellitto), quien, pese a estar casado y con dos hijos, decide irse con ella a pasar una noche de sexo a una casa aislada en la playa.

Esta mujer sobre la arena eclipsa al personaje de conducta física simiesca de su protagonista, en manifestación de las pulsiones primitivas del hombre y de la decadencia del macho. Al contrario que este personaje, el personaje representado por Francesca Dellera no presenta su misma sagacidad despótica. Ella es en cierta forma tan ingenua como él y ambos están condenados a un deseo carnal que no pueden ninguno de los dos controlar, como los personajes de la Divina Comedia que dan nombre a nuestra pareja protagonista de La carne. podrémos diferenciar ambos roles bien marcados, por un lado a los hombres ferrerianos a los que su virilidad les pesa y les duele, y por el otro a la mujer fuerte y portentosa como la naturaleza misma, libidinosa hasta el mismísimo milagro más obsoleto.En el que el rol de la mujer dominante se encarna en la figura de la ex esposa y madre de los dos hijos de Paolo, más cercana ideológicamente al repudiado padre del protagonista y antítesis sustancial del carácter religioso de este. Paolo es un artista y un idealista, mientras que aquella se desempeña como funcionaria y se opone al bautismo de sus hijos debido a su ateísmo.La voracidad sexual se desplaza o se combina con la comida, aditamento habitual en el cine italiano. Francesca es un pedazo de carne tentador. En el supermercado, Paolo la utiliza como modelo para explicarle al carnicero el corte que quiere comprar. Ella se ofende, pero él, obsesionado con el hinduismo, se excusa diciéndole que en la India la vaca es la madre sagrada. (Cosas de la vida...)

La escena parece ser más una provocación de Ferreri hacia quienes han cuestionado el papel que las mujeres desempeñan en sus películas, pero por las características concedidas a Paolo no se puede dudar de la honestidad del comentario en boca de ese personaje. Para él la carne es un vehículo espiritual, alimento primario, paraíso materno, que a un nivel estrictamente sexual se convierte en un mecanismo fatigoso y despiadado en donde el sexo resulta tan abrumador como real y en donde la concreción se anula por si misma hasta la mismisima posibilidad del idealismo.

En donde el Pamplinas de Paolo (Sergio Castellitto) se desespera por Francesca (Francesca Dellera), y enloquece por completo, y la única manera que encuentra de librarse de tal penitencia es que ella misma desaparezca. Paolo busca o se inventa un dogma glorificando a una mujer que es más carne que espíritu, y que su propio cuerpo voluptuoso se convierte en un mecanismo subyugado y defensivo al estimulante capricho de Francesca, esta de una lucidez sexual superior.

Después de joder juntos por primera vez, Paolo, vestido con una túnica blanca, se corta las venas frente al mar mientras clama a los gritos que a Dios se lo ve una sola vez, pero su muerte es impedida por la propia Francesca, que bebe de su sangre y, que con este gesto, hace converger la escena al vampirismo y cristianismo como desenlaze ante el inminente abandono de Francesca que se va a ir tras una cigüeña, el personaje de Castellitto decide quitarle la vida clavándole un cuchillo en el vientre para luego cortarle uno de los brazos y servírselo, en un final típicamente ferreriano (vale decir drástico). De esta forma logra cumplir su sueño de infancia de comerse a Dios entero frente al mar.

Soy consciente de que la valoración que he dado de esta película dista mucho de la realidad y cualquiera pensará que soy un loco pero, ¡chico! no sé que ostias le habré visto a esta puta película que me tiene loco, simplemente me encanta.

(En ella encuentro momentos y escenas que sería capaz de ver en un repetitivo bucle, una y otra vez hasta la jodida extenuación... el agotamiento o la genuína locura.)
15 de julio de 2016
8 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una buena explicación de la empatía que este film dirigido por Jim Henson tiene entre el gran público es a pesar de su achacable envejecimiento, más estético que otra cosa –recordemos que es un film de 1986 y sus efectos especiales se antojan acartonados hoy día–, es un film que despierta cierta nostalgia, simpatía y que cuenta con una legión generacional de fieles seguidores y que ademas sigue gustando y encandilando a nuevas generaciones. Sus razones, o al menos alguna de ellas, es porque es un film honesto, entretenido y bien contado. Dentro del Laberinto’ cumple a rajatabla con este esquema del cine de aventuras y fantasía, en el que se dosifican los episodios con la entrada en escena de nuevos personajes que van completando, dificultando o ayudando según el caso, la aventura fantástica de Sarah, la protagonista a modo de heroína convencida que sumergida en un mundo propio de la imaginación más infantil e inocente, tiene que superar el laberinto hasta rescatar a su pequeño hermanito.

Encontramos aquí a un Bowie que encaja a la perfección en su interpretación de Jareth, el rey de los duendes, embutido en trajes y pelucas como pocos podrían lucir con tanto desparpajo y atrevimiento, que además aporta una alta dosis de personalidad al conjunto, que se agradece. Su personaje queda demasiado blando. No resulta un villano que eleve la tensión, se echa en falta que se oponga con más fuerza a la protagonista y su objetivo, al margen de que su motivación no aparece reflejada en ningún momento, más allá de cumplir el deseo que Sarah invoca con sus palabras al comienzo de la historia. Junto, quizás a su excesiva inclinación hacia la simplicidad, entendida como concebida y adaptada para agradar al público infantil, en lo que más flaquea, pero esto es algo que los adultos a veces le podemos achacar como negativo. Aunque resulta una película disfrutable de principio a fin por todo tipo de espectadores. Con buenas dosis de humor, fantasía, aventura, personajes sorprendentes y momentos oníricos, casi –o totalmente– surrealistas que la convierten en una cinta entrañable.

Una de mis favoritas que habré visto en incontables ocasiones hasta la más pura obsesión... un momento clave a destacar y uno de mis mayores y mejores recuerdos visuales es su baile de mascaras venecianas.. Para mi es un film especial, me apasiona David Bowie, me enamora Jennifer Connelly y me encandila su banda sonora, en fin... que más puedo añadir!
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