Lo más sorprendente de esta película es, sin duda, la facilidad con la que se desarrolla la trama con solo dos personajes; demostrando así, que la historia y la forma de contarla, son un aspecto que hace que una película hable por si sola.

Respecto a la temática, reconozco atrevido el tema. Pederastia. Un tema, no solo súbitamente polémico, si no complicado de tratar a la hora de llevarlo a la gran pantalla. La película nos muestra, que no solo no hay que fiarse de los extraños, si no, que te pueden sorprender de una manera terrorifica. Eso sí, contado de una manera inesperada.
Es una película para reflexionar, y no para disfrutar de una tarde de cine. Sin duda, no apta para todos los públicos. Un reflejo inverso de una relidad amarga.

Sobre los actores. El reparto está muy bien elegido (tampoco tenían mucho trabajo). Podemos ver a Ellen Page defendiendo su papel de niña de 14 años de una forma maestra. Y Patrick Wilson tampoco se queda corto. De hecho, la calidad interpretativa de estos dos actores, son la que hacen a esta película merecedora de ser vista. Eso sí, solo a los que se atrevan.