Ya lo sé, ya lo sé... la serie no se merece el 9, pero Lina Morgan sí.

Es cierto que, volviendo a ver la serie, alguna que otra actuación deja un poquito que desear... pero también es cierto que, allá por 1996, cuando nos lo vendieron como el producto revelación del año en Televisión Española, esta serie fue todo un símbolo en muchos de los hogares españoles. Yo sí la he tarareado en la ducha, como he leído en otra crítica, y he llorado de risa en alguna ocasión con Lina y su espectacular grandeza humorística.
Está claro que es cuestión de gustos, que si Lina Morgan no te gusta esta serie tampoco lo hará; pero para mí significó tantas cosas que me duele ver que es una serie tan mal valorada en esta página.

Además, deberíamos tener muy presente que es una serie que emula una obra de teatro, una comedia teatral grabada y llevada a la televisión; y, sobre todo, deberíamos tener en cuenta la pureza y los valores que esta serie querían transmitir al espectador de hace más de 15 años...

No vamos a ver un Torrente, ni un Javier Cámara, ni un Luisma; veremos a Lina Morgan, la Lina que ha sido desde el principio, desde "La tonta del bote" hasta ahora. Quizás sus gestos, sus posturas o sus bromas no sean originales, pero es que a quienes nos gusta Lina Morgan nos gusta así, como es ella, ¡como siempre ha sido!

Lina y sus taitantos siempre serán historia, una historia maravillosa y divertida que algunos hemos tenido la suerte de disfrutar en "prime time", cuando de verdad todo lo que ella hacía se sentía como tuyo... Probablemente mis nietos no aprecien a este personaje, a esta mujer; pero mi abuela, mi madre y yo sí la hemos disfrutado como niñas. Y la seguimos disfrutando, como si por arte de magia pudiésemos retroceder en el tiempo y regresar a aquellos jueves por la noche, a aquellas sonrisas cómplices, a aquella inocencia que siempre he visto en las obras de esta gran mujer.

Pues qué queréis que os diga... me ha gustado. Quizás se deba a que me dispuse a verla sin la pretensión de estar ante una obra maestra; o, quizás, a que su final a mí no me ha parecido la gran cagada del siglo.
Vale, es cierto que podría haber tenido otro final; es cierto que esos últimos diez minutos de película, si los cambiáramos por otros, harían de ella una obra clásica (sobre todo si tenemos en cuenta que se estrenó en 1997); también es cierto que comete errores, que hay escenas no demasiado creíbles (véase el retorno del astronauta que sale disparado al espacio y consigue volver con sus propulsores... cerca de la órbita de uno de los planetas gaseosos con más fuerza gravitatoria.........) y que deja lagunas en el espectador que quizás Anderson debería haber intentado suplir. Pero, ¿no ha conseguido manteneros con ganas de saber más hasta casi su mismo final?

A mí, personalmente, el planteamiento de la película me gustó. Tiene un buen argumento, atractivo, unos actores que hacen el film más que llevadero y un montaje que nada tiene que envidiar a las grandes superproducciones del 2012. Permite pasar un rato entretenido, pendiente de lo que estás viendo y disfrutar de una ciencia ficción que a muchos nos intriga. ¿Qué más queremos para una película de notable?

Por otra parte, su final: no es malo. No es un final que te hace plantearte si cortarte las venas o dejártelas largas. No. Simplemente, quizás es un final demasiado comercial, previsible o, incluso, precipitado, como he leído en alguna crítica. Sí, si hubiese alargado un poquito más los minutos finales, si nos hubiese dado un poco más de caña, si nos hubiese dado algo que no esperábamos... hubiese sido redondo. Pero no lo es.
Aún así, yo no le quito mérito a la otra hora y media de película.

A mí me ha parecido una mezcla entre Cube, 13 fantasmas o hasta Sunshine, esta última mucho más reciente. Pero supongo que se debe simplemente a que todas estas películas suelen centrarse desde el mismo punto de vista: la ciencia que teme abrirse paso en las pantallas de la humanidad sin olvidar la religión, sin olvidar la mención a un dios, a un infierno o a cualquier ente o lugar que nos recuerde que si tienes fe, la vida es mucho mejor. Quizás sea esto lo que más me porculea de estas películas, ¿qué narices pinta un Dios al lado de un agujero negro que permite viajar en el tiempo? No lo sé, pero se ve que aún hay muchos tabúes en cuanto a lo que a evolución se refiere.

Por cierto, hablando de evolución y de dioses, hago otra gran alabanza al director (sí, pese a sus creencias o no creencias), pero lo voy a hacer en el spoiler para no destripar la película mucho más...

Normalmente cuando hablo de esta película solo digo "peliculón", para mí es el resumen perfecto; pero supongo que si estáis leyendo esto es porque buscáis un poquito más de información.

Probablemente Zwick haya pecado de beatificar a los samurais; pero, decidme la verdad, ¿alguno de los que ya la habéis visto no habéis deseado mientras la veíais, aunque solo fuera por un minuto, pertenecer a ese maravilloso mundo? Porque yo sí.
Me da igual si lo que cuenta es verdad o mentira, me da igual si los buenos son los americanos, los japonenes o los ermitaños, lo único que me importa es que cada vez que la veo me quedo igual de absorta que la primera vez; porque no busco una realidad, de realidades está lleno el mundo, solo me interesa ver una película y, esta, es una gran película.

Zwich nos cuenta la historia de los samuráis, un grupo de guerreros cuya disciplina y cultura consiguen que el capitán Algren, un americano borracho que bebe intentando olvidar las atrocidades que ha cometido en tiempos de guerra, descubra la paz interior y aprenda a respetarse a sí mismo. Katsumoto es el prototipo del Oriente antiguo, de la vida de antaño, y el film intenta ponernos en la situación de ese Japón que tuvo que intentar abrirse camino en el mundo moderno de Occidente sin renunciar a sus raíces.

Zwich no solo nos describe un mundo maravilloso y apasionante, una cultura que difícilmente no nos hará tener algún tipo de sentimiento a medida que avanza la película, sino que lo hace de una forma espectacular. Las escenas de combate son magníficas, la calidad de los actores hace que el guión cobre más fuerza aún y los paisajes, benditos paisajes, te harían desear morir en ese lugar.

Tom Cruise está especialmente perfecto en esta película. No es mi actor favorito, ni mucho menos. De hecho, creo que si he visto alguna de sus películas ahora mismo solo recuerdo esta. Pero también tengo que reconocer que El último samurái sin él no sería lo mismo.
Watanabe es magnífico, es un actor de los pies a la cabeza y lo demuestra una vez más; pero os hago una recomendación: si podéis, ved la versión original, lo que hacen con el doblaje de Katsumoto (Watanabe) y, peor aún, del emperador es un crimen.
En realidad, no sabría con qué actor quedarme en este film: desde Tom Cruise como Algren, hasta Fukumoto ("Bob", como lo bautizará Algren), pasando por Graham, Taka, Nobutada, Ujio... todos son magníficos.

Vamos, confesadlo, seguro que después de verla habéis pensado "quiero ser samurái" ;)

El hecho de que los americanos sean pioneros en películas de cienca ficción parece que ha terminado desvariando en una especie de luchas por el poder internacionales. ¿Es que hemos retrocedido al s. XIX y a la búsqueda de nuestros productos artísticos para reafirmar nuestro nacionalismo?
Esta película no trata sobre que los americanos salvarán el mundo, ni de lejos. Esta película solo trata un tema que a muchos nos resulta emocionante y que, casualmente, no ha llevado a la gran pantalla ningún español. ¿Nos hubiera gustado más que el protagonista fuera el ruso? ¡Venga ya! Estoy cansada de tanto patriotismo de sofá.

Personalmente, le he dado un 10 a esta película, entre otras cosas, porque es la única (sí, digo la única) que he visto relacionada con el espacio que me ha parecido verosímil, algo que considero muy importante. Unos buenos efectos especiales son fáciles de conseguir, pero darle verosimilitud a una historia que trata sobre un grupo de hombres que han de destruir un meteorito que amenza la existencia humana, no lo es tanto. Estoy de acuerdo en que no hace falta que en una película de ciencia ficción se sigan las leyes físicas al pie de la letra, precisamente por eso es ciencia ficción; pero que sea fiel a unos principios básicos que casi todos sabemos ayuda a que te metas dentro de la propia película, a que te sientas como Harry, AJ o Grace, a que no quieras perder detalle de cada minuto de película.

Es una ciencia ficción que te atrapa durante las más de dos horas de película que dura sin que en ningún momento tengas la sensación de que hay minutos de relleno o escenas que sobran.
Para mí es una película redonda: buen argumento, buena realización, buenos actores (Bruce siempre será Bruce...), buen desarrollo y una acojonante BSO. ¿Se puede pedir más?

Probablemente haya visto esta película tantas veces que creo saberme parte del guión, pero nunca me canso. Y lo más importante: siempre me atrapa.

Probablemente esta sea una de mis películas favoritas. No es la clásica comedia americana donde un grupo de treinteañeros o cuasi cuarentones se reencuentran en una reunión de exalumnos. No.
Esta película ensalza la amistad, habla de los temores de un grupo de amigos que descubren que quizás su vida no es todo lo ideal que esperaban cuando eran más jóvenes, de las decisiones que deben tomarse y que decidirán, en gran medida, nuestro futuro; y, sobre todo, habla del miedo al compromoso, del miedo a renunciar a esa juventud llena de libertad y aspiraciones. ¿Si te casas renuncias a tu vida? ¿a tus sueños? ¿Aspiro a lo que siempre he querido aunque resulte difícil o me quedo con lo que tengo ahora, por si acaso? Que cada uno elija su propia respuesta.

No obstante, las actuaciones de Timothy Hutton y de Natalie Portman son asombrosas. Él se desenvuelve bien dentro del papel de treinteañero que no sabe qué hacer con su vida, simpático, pero sin caer en el chiste fácil en ningún momento. Portman está increíblemente bien en su papel de niña de 13 años que se cree mucho más madura que Willie y sus amigos. Y puede que no le falte razón :)

La recomiendo. La recomiendo sin lugar a dudas. Cuando terminas de verla, la mezcla de melancolía y añoranza y ese olor a familiaridad, a antaño, que parece que se te queda incrustado en la nariz durante un buen rato, consiguen que esboces una sonrisa de satisfacción. Y, hoy por hoy, no son demasiadas las películas que logran mantener esa sonrisa tras los minutos finales del film.