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6.1
82,571
10
24 de abril de 2017
24 de abril de 2017
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Recuerdo ser un chaval de 15 años cuando, en una reposición de TVE, echaron esta película un Domingo por la noche. Había oído a mi padre hablar de la trama de la cinta, sobre un engendro mitad hombre/mitad máquina. Sin ánimo de quedarme hasta tarde viendo el televisor, dejé que los primeros compases de la obra de Verhoeven me atraparan.
Anuncios futuristas sobre corazones artificiales, noticias tristemente parecidas a la realidad de aquel entonces, un experimento fallido entre un androide y un miembro de la compañia OCP y un inicio prometedor con la llegada de Murphy (interpretado por Peter Weller) cubriendo la baja de un policía recientemente fallecido a manos del malvado Boddicker (Kurtwood Smith) y sus secuaces me convencieron: eran cuatro de los entrantes de un menú prometedor.
Ya en la persecución de los villanos se apreciaba que el director no se andaba con chiquitas a la hora de mostrar sangre en pantalla, pero el desmembramiento (y posterior asesinato) del héroe hicieron que me quedase con la boca abierta: jamás había visto nada igual. Hay determinadas escenas que se graban en nuestro cerebro de por vida, y esta fue una de ellas por su crueldad.
Con el brazo y el pecho destrozados, además de un disparo en la cabeza, los médicos tratan de salvar sin éxito la vida de Alex. Las imágenes de las inyecciones de adrenalina se fusionan con los últimos recuerdos del policía (su familia) en un vano intento de poner remedio a sus heridas mortales. Los sanitarios se marchan, todo acaba...
El resto de la película bien podría ser considerada una historia de venganza, como en los western de Sergio Leone. Momentos desoladores (la llegada del robot a su antiguo domicilio) se funden con toques de humor negro, como los compañeros del becario anteriormente mencionado pidiendo ayuda a una ambulancia o el hambre que entra a uno de los enfermeros tras intentar reanimar al bueno de Murphy.
Si has llegado hasta aquí y te gusta el cine de ciencia ficción, no se qué haces leyendo los desvaríos de un aficionado. Simplemente te recomiendo que la veas.
Imprescindible.
Anuncios futuristas sobre corazones artificiales, noticias tristemente parecidas a la realidad de aquel entonces, un experimento fallido entre un androide y un miembro de la compañia OCP y un inicio prometedor con la llegada de Murphy (interpretado por Peter Weller) cubriendo la baja de un policía recientemente fallecido a manos del malvado Boddicker (Kurtwood Smith) y sus secuaces me convencieron: eran cuatro de los entrantes de un menú prometedor.
Ya en la persecución de los villanos se apreciaba que el director no se andaba con chiquitas a la hora de mostrar sangre en pantalla, pero el desmembramiento (y posterior asesinato) del héroe hicieron que me quedase con la boca abierta: jamás había visto nada igual. Hay determinadas escenas que se graban en nuestro cerebro de por vida, y esta fue una de ellas por su crueldad.
Con el brazo y el pecho destrozados, además de un disparo en la cabeza, los médicos tratan de salvar sin éxito la vida de Alex. Las imágenes de las inyecciones de adrenalina se fusionan con los últimos recuerdos del policía (su familia) en un vano intento de poner remedio a sus heridas mortales. Los sanitarios se marchan, todo acaba...
El resto de la película bien podría ser considerada una historia de venganza, como en los western de Sergio Leone. Momentos desoladores (la llegada del robot a su antiguo domicilio) se funden con toques de humor negro, como los compañeros del becario anteriormente mencionado pidiendo ayuda a una ambulancia o el hambre que entra a uno de los enfermeros tras intentar reanimar al bueno de Murphy.
Si has llegado hasta aquí y te gusta el cine de ciencia ficción, no se qué haces leyendo los desvaríos de un aficionado. Simplemente te recomiendo que la veas.
Imprescindible.
24 de abril de 2017
24 de abril de 2017
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tras una espectacular introducción que muestra al espectador la clase de película que ha elegido para las próximas dos horas, esta cinta nos sitúa justo después de los hechos acontecidos en la primera entrega. John Wick (interpretado por Keanu Reeves) pretende pasar página de la vida que lleva como asesino a sueldo, viéndose obligado a realizar un último trabajo en Roma para jubilarse.
Bien se podría dividir el largometraje en dos partes bien diferenciadas: un primer acto que muestra las motivaciones del personaje para llevar a cabo la tarea encomendada, y una segunda parte (más larga y espectacular) que abarca la mayoría de las escenas de acción. A lo largo de esta última, el "hombre del saco" reparte golpes y disparos en unas coreografías muy bien trabajadas.
No se escatima en ningún momento en violencia, cuidadosamente añadida de forma digital en un buen trabajo de post-producción. También hay un pequeño espacio para el humor en una escena carente de diálogos.
De entre los secundarios, destacaría actores como John Leguizamo (que en su cameo interpreta a un mecánico de coches llamado Aurelio) o Lawrence Fishburne, cuya química con el protagonista es innegable. Con respecto al resto de alternativas similares de la cartelera actual, me parece un producto de largo más interesante que la octava entrega de "Fast and Furious" (vista una, vistas todas), aunque la que nos ocupa no coseche el mismo éxito.
Recomendable.
Bien se podría dividir el largometraje en dos partes bien diferenciadas: un primer acto que muestra las motivaciones del personaje para llevar a cabo la tarea encomendada, y una segunda parte (más larga y espectacular) que abarca la mayoría de las escenas de acción. A lo largo de esta última, el "hombre del saco" reparte golpes y disparos en unas coreografías muy bien trabajadas.
No se escatima en ningún momento en violencia, cuidadosamente añadida de forma digital en un buen trabajo de post-producción. También hay un pequeño espacio para el humor en una escena carente de diálogos.
De entre los secundarios, destacaría actores como John Leguizamo (que en su cameo interpreta a un mecánico de coches llamado Aurelio) o Lawrence Fishburne, cuya química con el protagonista es innegable. Con respecto al resto de alternativas similares de la cartelera actual, me parece un producto de largo más interesante que la octava entrega de "Fast and Furious" (vista una, vistas todas), aunque la que nos ocupa no coseche el mismo éxito.
Recomendable.
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