Serie española, inconfundiblemente española, con su falta de presupuesto habitual, con evidentes carencias de dirección en los dos primeros capítulos, con actores muy mal elegidos y sobre todo con un guión deplorable en el que se nota desde el principio que los guionistas no se han documentado lo mas mínimo.
A las producciones españolas les falta mucho, muchísimo para intentar abordar un material como este y eso solo hace que el espectáculo sea aún mas lamentable.

Vivimos una época en la que el cine hace tiempo ha dejado de ser cine. Todas las películas adolecen de guión, si esa pequeña cosa que hace que una película sea buena o no. Y esto, esto que se hace llamar película es como andar por la acera y que una señora que acaba de dar de comer a sus 10 perros pasee delante tuyo. En fin, bienvenidos al cine de hoy, infantil, sin actores carismáticos, sin guión, sin alma, pero eso si, con mucho dinero en cgi, explosiones y peleas superfluas.

Imposible tomarse en serio una serie que pretende ser una recreación de un episodio histórico cuando de salida cambias la raza de los personajes únicamente por el periodo de policorrectismo que vivimos.
Algo así solo induce al engaño y a la mala fe, intentando adoctrinar a las nuevas generaciones. No le doy un cero porque no puedo.

Hay veces que unas cuantas palabras infestadas de mentiras pueden llevar a la verdad. El guionista ha pretendido hacer un trabajo urdido entre medias verdades y falsedades, pero al final todo queda en un bosquejo meramente garabateado.
Lo peor de todo no es la trama maquiavélica, sino el trabajo de los actores, que no ofrecen el merecido esfuerzo para ser creíbles, es por tanto una elección fallida de casting, donde se evidencian una falta enorme tanto de talento como de ganas.
No voy a regalar spoilers porque creo sinceramente que no merece la pena llegar hasta el final, ni tan siguiera de ver quince minutos de metraje, todo salta por los aires con ese aire salado que intenta el director meter al espectador inocente, pero que rápidamente deja paso al sabor salobre de la decepción.

Un despropósito de serie se mire por donde se mire. Completamente surrealista, con situaciones que mas bien se corresponden con una realidad paralela. Dejando de lado el guión infantil y los escenarios supraequidistantes, los actores no responden, y se entregan a ese infantilismo que impregna toda la serie.

Mala.