Tal vez el título que le he puesto sea muy grandilocuente, pero no por ello menos justo. Ningún español (sea o no aficionado al cine de este pais) debería de dejar de ver esta pelicula. Una historia sencilla, tal vez muy repetida en la historia del cine, pero genialmente contada y plasmada en el celuloide. La frecura de los diálogos, de las escenas, de los personajes, rompe moldes cualquiera que sea su antiguedad. Imperio Argentina, para enamorarse mil veces de ella; todos los que estan con ella, excepcionales en su interpretación. Aconsejo que se vea si se quiere pasar un maravilloso ratito.

Para los que no han visto la versión original, la de Imperio Argentina (1935), no pueden dejar de ver esta película. Porque, aunque puede que no tenga la misma calidad que la de años atrás, no por tal motivo es desdeñable. Y lo mejor, guarda la pureza que tenia la predecesora, porque está dirigida por un maestro; porque los actores, en algunos casos, están por encima de los de la versión de 1.935; y porque la historia es de las que enciende pasiones.
Para los que vieron la primera (que deben ser la mayoría de mi generación), si no han visto ésta, solamente recomendarles que lo hagan, porque descubrirán muchas cosas que no vieron en la anterior.

Tengo que decir que me ha gustado la película, porque engancha desde el primer momento, y porque te das cuenta que todos los interpretes aportan un trabajo serio, dentro de un guión que les permite lucirse. Efectivamente, como he leido en alguna crítica, Sylvester no es el musculitos que no nos permite concentrarnos. Su paso por el metraje es necesario, a la vez que columna de las interpretaciones que tienen sentido junto a la suya. Assante mejor que la mayoría de sus interpretaciones. Archer, estupenda; pero sobre todo Canalito, que es la estrella sin parecer serlo. Se ve bien la pelicula.

Ver los primeros pasos cinematográficos de una estrella de Hollywood siempre es interesante. Volver a ver una nueva interpretación de LAURIE siempre maravilloso. Y aunar lo uno con lo otro, es, sencillamente, TIM. No es una historia nueva; no es la mejor obra de ninguno de los principales que intervienen, pero es recordable lo que resulta de todo ello. No hay que perderse la interpretación de una magnifica veterana como LAURIE, que, como en la película, sabe llevar a GIBSON, a pesar de su alli escasa experiencia.

Cuando se empieza a ver los títulos de crédito, uno se da cuenta que si esta película no gusta debe ser por alguna razón propia de quien la ve, porque lo tiene todo. El gran Pollack, el magnifico guion de T. William, las interpretaciones de Redford, Wood y un largísimo etcetera de magnificos secundarios. Lo tiene todo. Y la verdad, la película no falla. Agarra desde el primer segundo, deslizandose suavemente entre el deseo de verla y las justificaciones para no hacerlo. Y ahí está la diva Wood para dejarte atado a la butaca, con una memorable interpretación. Redford, en su línea, es decir, casi Dios; y si alguien no convence es más porque le eclipsan aquellos, que porque lo haga mal.