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Críticas 14
Críticas ordenadas por utilidad
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11 de agosto de 2013 4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
No hay nada mejor que ir al cine con la información justa sobre una película y salir con un buen sabor de boca. Contra todo pronóstico, porque el trailer parecía más de lo mismo, Expediente Warren se ha convertido en una de las sorpresas de este verano y sin duda, una de las mejores películas de terror de los últimos años.

James Wan, el director de esta película, tuvo un debut en EE. UU. por la puerta grande con Saw, película que sorprendió a todos por su crudeza, pero también por incluir una trama inteligente y macabra que no dejaba de jugar con el espectador hasta el último momento.

Después, este realizador de origen malayo viró hacia fórmulas del terror menos sangrientas y más paranormales, volviendo a dar la campanada con Insidious, de la que pronto tendremos segunda parte. Ahora regresa a las carteleras con esta historia basada en hechos reales, aquí llamada Expediente Warren por centrarse en uno de los casos más espeluznantes abordados por la pareja de parapsicólogos Ed y Lorraine Warren (Patrick Wilson y Vera Farmiga); el caso Perron, ocurrido a un matrimonio con cinco niñas en una casa en Rhode Island.

Ambientada en los años 70 de una forma realista (se incluyen hasta canciones de la época) uno de los grandes aciertos de esta película es que, sin aportar nada nuevo al género de las casa encantadas y las posesiones demoníacas, el relato es de lo más eficaz y aterrador. The conjuring es entretenida, funciona como un reloj y opta por un estilo narrativo más clásico y que recuerda por momentos a películas clave del género (El exorcista, Terror en Amityville y hasta Los pájaros). Al contrario que Insidious, Wan huye de las exageraciones a nivel de efectos visuales y sonoros, y dosifica muy bien los sustos, logrando engañar en más de una vez al espectador que ya está acostumbrado a anticiparse al mal rato por la subida de decibelios.

Lo bueno y atípico del guion, y digo atípico porque no estamos acostumbrados, es que se toma su tiempo en contar la historia. En primer lugar, somos testigos del peculiar trabajo de Los Warren y su intento porque la sociedad los tome en serio, intercalándose esta acción con la que será la principal, la que se desarrolla en la casa y que está plagada tanto de situaciones familiares para aficionados a este subgénero (portazos, susurros, risas diabólicas, sótanos siniestros...) como del peculiar universo visual de Wan, quien siempre pone mucha atención en los detalles (inclusión de juguetes por ejemplo), y que aquí no escatima en planos secuencias, planos generales, subjetivos... y otros recursos técnicos empleados con elegancia.

Todo este realismo no sería posible sin otra de sus bazas fuertes: el reparto así como la buena descripción de los personajes (sobre todo de los femeninos, siendo los masculinos menos potentes y más secundarios, es el caso del padre, al que da vida Ron Livingston). Destacan Vera Farmiga y Lili Taylor con dos buenas interpretaciones, dos papeles a los que les une el sentimiento de proteger a los suyos a toda costa.

En definitiva, una recomendable película de terror, bien contada, sin excesos y cuya tensión es es masticable. Tan conseguida que hará que te deslices por la butaca en más de un momento y maldigas las casas encantadas, las posesiones y a las malditas muñecas de porcelana.

Lo mejor: La atmósfera de horror, la tensión que se palpa, el reparto. La ambientación de la época, dirección, banda sonora de Joseph Bishara.

Lo peor: Nada en especial, ¿no es increíble?. Aunque mucho mejor cuando no se muestran los espíritus, aunque en esta ocasión no se abuse de esto.

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Crítica completa: http://www.cineenconserva.com/2013/07/critica-expediente-warren-conjuring.html
28 de enero de 2013 4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
El taiwanés Ang Lee, uno de los directores más versátiles de la actualidad, ha regresado a la pantalla grande con "La vida de Pi". Un relato mágico y con visos de parábola, que nos sumerge en la fascinante historia de Piscine, Pi, un joven hindú cuya vida no dejará indiferente a nadie.

Cuenta Ang Lee que hubo dos elementos que le llamaron la atención para rodar esta adaptación de la novela de Yann Martel. Por un lado, utilizar una nueva tecnología, el 3D, y por otro, desarrollar una historia espiritual. Dicho y hecho, porque en "La Vida de Pi" se da una arriesgada combinación de espectacularidad visual y simbología religiosa, cuyo final revela que estamos ante una historia más profunda de lo que parece.

Contada en forma de flashback a cargo de su protagonista, "La Vida de Pi" desprende cierto aroma a cuento del realismo mágico. El inicio del film, colorido y fantasioso en muchos momentos (como cuando Pi le cuenta al escritor el origen de su nombre o su peculiar relación con la fe y con diferentes dioses) me recordó un poco a Amelie. Resulta curioso, porque Jean Pierre Jeunet fue uno de los directores interesados en adaptar esta novela.

Si bien la primera parte no es la más brillante en su conjunto, resulta trascendental para adentrarnos en la personalidad de Piscine Molitor Patel, el chico hindú que se debate entre el escepticismo científico de su padre y la religiosidad de su madre. Dos visiones contrapuestas y de gran importancia en "La vida de Pi", que subrayan uno de sus mensajes principales: que la fe es algo completamente personal.

Una vez que entra en escena el conflicto dramático (el naufragio del carguero japonés en donde viajan Pi, su familia y los animales del zoo) llegan las mejores secuencias. Es aquí, donde el director de títulos tan dispares como "La Masa" o "Brokeback Mountain", exprime la tecnología digital. La filmación de la tormenta es espectacular y podría incluirse desde ya en las mejores secuencias de desastres marítimos.

Pero no todo son efectos visuales, ni imágenes deslumbrantes salidas de un relato de aventuras marinas. Uno de sus puntos fuertes es que Lee logra que nos metamos en la piel del protagonista. Durante más de 70 minutos somos testigos de como Pi lucha por sobrevivir en pleno Océano Pacífico. Acompañado por un tigre con nombre de humano, el joven actor que da vida a Pi (Suraj Sharma) reflexiona sobre la vida, la fe... y consigue emocionarnos en más de una ocasión.

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SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Y luego está el final; sorprendente, inesperado, un revés en el guion que te deja reflexionando varios días. Estoy segura de que cada espectador, como yo lo he hecho, lo reconstruirá según sus propias creencias personales. Unos se quedarán con la visión más descarnada, y cruel y otros se aferrarán a lo simbólico. En cualquier caso, si no recuerdo mal, Pi le dice algo así al escritor que ha escuchado su odisea: "Tú decides con qué historia quedarte."
28 de enero de 2013 3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una de las principales diferencias entre Prometheus y Alien es que la de 1979 (aunque ambientada en el espacio) pertenecía y pertenece al género del terror. Como dice el crítico Roger Ebert “es una película acerca de lo que puede surgir de la nada y matarnos”. Prometheus por el contrario, contiene más ingredientes del género de ciencia ficción clásico, aderezados con interesantes toques filosóficos: ¿de dónde venimos? ¿Quién nos creó?... Eso sí, los justos y sin aportar respuestas, que tampoco es "El árbol de la vida", y al fin y al cabo, lo que se busca es recaudar en taquilla para realizar una saga.

Otra de sus fortalezas es que cuando la trama lo requiere -y sin abusar de ello- no faltan los sustos y las presencias viscosas (mucho más sofisticadas claro). Y aunque carece de la atmósfera y el suspense de Alien, hay momentos en que Scott demuestra su maestría y te mantiene pegado a la butaca, en una mezcla de tensión y horror muy estimulante.

Esa es la parte buena. Ahora vamos a la parte mala o menos buena como prefiráis. La culpa a mi juicio no es de Scott sino de sus guionistas: Jon Spaihts y Damon Lindeloff. Lo que hace que Prometheus no sea una destacable película son sus simples y caricaturizados personajes, más propios de un blockbuster sin pretensiones. No todos son así, afortunadamente. Noomi Rapace compone un buen papel, alejado de la imagen de Ripley hasta el clímax de la película, donde se le parece más. Mención aparte merece el robot David (impresionante Michael Fassbender) dando vida a un androide lleno de matices que será decisivo en la historia. En cambio, lo del resto de la extensa tripulación no tiene disculpa. Tenemos a la clásica mujer fría y visceral que no cree en la misión (correcta aunque desaprovechada Charlize Theron), al capitán envalentonado y heroico de la nave (Idris Elba), a Guy Pearce maquillado de anciano en un pequeño papel (deduzco que muy recortado en el montaje) y por último, no faltan en el grupo "Dos tontos muy tontos", o lo que es lo mismo: un ingenuo biólogo y un geólogo tan pasota como fumeta.

Tal vez el guion no sea de Oscar y con toda seguridad Prometheus no pasará a la historia del cine como sí lo hizo Alien. Pero aún así, el regreso del director británico a la ciencia ficción deja una experiencia disfrutable y superior a otras superproducciones del género. Su final, lo más comercial de todo el metraje, nos deja con ganas de saber más sobre el origen de aquel repugnante bicho. El mismo ser que fue definido por Ash, uno de los tripulantes de la nave Nostromo, como: “Una interesante combinación de elementos que lo convierten en un feroz hijo de puta”.

Lo mejor: El androide que compone el actor alemán (complejo, evoluciona, y encima es fan de Lawrence de Arabia) la escena de la “operación”, efectos visuales y especiales, banda sonora.

Lo peor: El guion, flojo sobre todo en el desarrollo y frases de la mayoría de los personajes.

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11 de agosto de 2013 2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Rencontrarte con tu propio yo 30 años después no debe ser fácil, no solo por la calvicie, sino por la información que trae del futuro. Para mayor tortura, tienes que matarlo si quieres seguir con tu vida, la tuya propia, la que aún nadie ha escrito. Eso es lo que le ocurre al Looper Joe, una especie de asesino a sueldo que mata a criminales del futuro, ya que en 2072 los asesinatos están prohibidos. Paradojas de la vida, Joe puede cerrar el bucle temporal si elimina a su yo futuro, es decir a él mismo, pero siendo Bruce Willis su versión adulta comprenderéis que no se lo va a poner tan fácil.

Joe está interpretado por uno de los actores jóvenes con mayor talento de la actualidad, Joseph Gordon-Levitt, un rostro habitual de este director. Levitt es un actor multiusos, lo mismo te hace una comedia romántica, que un drama, thriller o una de superhéroes. Tengo que confesar que me pasé toda la película maldiciendo su doblaje al castellano -no es la misma voz que tuvo en Origen o en TDKR y preguntándome qué tipo de maquillaje o prótesis facial llevaba para parecerse a su yo adulto. Aún con eso, da el pego como antihéroe y clava toda la gama de registros faciales de Bruce Willis.

En cuanto a Bruce Willis, en algunas escenas, lo encontré algo mayor. Curiosidades del cine, en una película de Disney, el actor daba vida a un personaje que se reencontraba con él mismo de pequeño. Pero en Looper no hay tiempo para ñoñerías, y el actor de Doce monos se marca unas escenas de acción a lo John McClane, en una especie de autohomenaje. También nos encontramos en un pequeño papel a Paul Dano (Pozos de ambición) y como jefe de la mafia a Jeff Daniels, quien parece estar resurgiendo, tras su éxito con la serie The Newsroom. La parte femenina la componen una madre que daría todo por su hijo (Emily Blunt) y una prostituta interpretada por una Piper Perabo que parece querer cambiar de registro.

Batiburrillo de géneros

Existe en en esta película de Rian Johnson una abundancia de géneros y de referencias a otras películas exagerada, la más clara Terminator, pero hay muchas más: Raíces profundas, X Men... No por esto, Looper deja de tener un discurso propio, a nivel de texto y de imagen visual, donde destacan unos efectos digitales de gran calidad.

Pero a pesar de lo que digan otros muchos críticos, de su buena acogida en Festivales, no termina de apasionarme por un motivo. La forma en que está narrada. La película comienza con fuerza cuando el protagonista se mueve en el mundo urbano. Este 2042 es un futuro retratado con pocos lujos,donde la mafia y la droga de diseño campan a sus anchas. Los mendigos se multiplican por las calles y nuestro protagonista es un yonkie con corbata que ahoga sus penas con una mujer fatal en un club nocturno.

Tras este homenaje al cine noir, una vez que aparece en escena Bruce Willis y comienza el juego del gato y el ratón, la narración deriva hacia el western y la película se desinfla. En medio de unos campos, se nos presenta la trama de una madre (Emily Blunt) y un niño (el pequeño Pierre Gagnon). Todo está entrelazado, pero este parón resta ritmo a la película, y hace que Looper se adentre en un terreno muy alejado del que partió. Por suerte, la película remonta el vuelo y resuelve intercalando ambas tramas en un final inesperado y seco.

En definitiva, Looper es cine de palomitas con retazos de cine de autor, especialmente recomendada para los amantes del cine post reconstrucción.

@Cineenconserva
11 de agosto de 2013 1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Guerra Mundial Z se ha convertido en uno de los taquillazos de este verano, y en la película más rentable en la carrera de Brad Pitt. Lejos han quedado aquellos no muertos de George Romero, el inventor de este subgénero del terror. Ahora la zombiemanía aterriza en películas para todas las edades. Es el caso de Guerra Mundial Z, que podría definirse como una de zombies para toda la familia, un espectáculo palomitero que para llegar al gran público no puede permitirse ni la estructura del libro original (testimonios de supervivientes de la infección zombie) ni escenas sanguinolentas, o demasiado violentas.

Sin embargo, defiendo la película por estos tres motivos:

1. La película cumple con lo que promete, ofrece entretenimiento y espectacularidad en las escenas de acción y catástrofes (avión). Otra cosa es que la olvidemos al día siguiente de verla.

2. Es cierto que se podría haber trabajado un poco más ciertos aspectos del guion, un tanto convencional y poco hilvanado, así como los personajes (ya que en la película solo hay un protagonista exclusivo; el héroe y salvador en cuestión, interpretado por un Brad Pitt que no se despeina en todo el metraje, y que se convierte por exigencias del libreto en ejemplar padre de familia, piloto de aviones, médico...) pero su director Marc Foster, consigue dotar a todo el conjunto de una tensión y un ritmo contagioso, provocado en buena medida por una trama que traslada al espectador de un escenario a otro como si de un videojuego se tratara. Aunque suena a tópico, la película te deja en muchos momentos (como en la parte que transcurre en el centro médico de Cardiff) mordiéndote las uñas, y las dos horas transcurren muy rápidas.

3. Ofrece una nueva visión de los zombies o infectados a la que no estamos acostumbrados,. ¿Y qué pasa si ahora saltan y son rápidos como atletas jamaicanos? Lo único original que veo de la propuesta es que ahora los infectados se desplazan en masa, como una plaga que lo devora todo a su paso, como demuestra la impresionante escena que transcurre en Israel.

En definitiva, una propuesta entretenida, polémica por la división que genera y sobre todo rentable.

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