Los chicos de edad de Atish (fuego) tampoco están a salvo como demuestra benevolentemente la directora.

Cuando las escenas de acción son más de la cuenta ya cansa un poco. Mejor trabajar más con la vida de sus personajes.

La miniserie nos quiso convencer en vano unas situaciones imposibles:

1- En la secuencia donde Nico sorprende a María y Juan junto a trailer, le matan varias veces (con un bate en la cabeza, tiroteado por María y...). ¡El tío sobrevive llegando con una conmoción cerebral y desangrado a la carretera!

2- Una cosa es que contraten unos mafiosos a Lucía como veterinaria y, otra cosa distinta es, ¡que la dejen libremente colocar cámaras en dependencias privadas!

3- Si Lucía decide ser testigo protegido junto a José, no tenía mucho sentido que, en el capítulo final se arrepienta en el último momento porque Juan le haya declarado su amor.

4- Las policias que tenían la custodia de los testigos protegidos son profesionales y, sin embargo, ¡en el último capítulo parecen estar de vacaciones con armas y uniformes, unos mirando el partido, otros practicando el sexo! Además, todo superen todos sin la más mínima resistencia!

5- Tras la muerte incomprensible de José, ¡Lucía mata de dos tiros certeros al sicario, a distancia y en movimiento sin quitar el seguro de su pistola!

6- Joao se va de rositas en silla de ruedas en medio de un bosque o bien le detienen, y se libera de la justicia tras matar a tanta gente y ser traficante de cocaína para aparecer en plan boyer, en una playa observando a la nueva familia de Lucía.

Lamentable desenlace