Explico mi título: un Batman nunca antes visto en un live-action pero, en el fondo, el de siempre, aquel que cualquier fan conoce si ha leído apenas un par de historietas protagonizadas por el caballero oscuro.

Me encanta el trabajo de Matt Reeves. El director ha evidenciado tomarse la película en serio, después puede salir bien o mal (en esta ocasión -en mi opinión- el resultado fue espectacular) pero ha mostrado dedicación, conocimiento (es fácil ver las historias que han influenciado en The Batman), y ganas por dejar su sello personal en uno de los iconos populares más importante. Por otro lado, Gotham vuelve a ser un personaje y tiene una identidad propia de la que adolecía la Ciudad Gótica de Nolan, por ejemplo. La trama es interesante, y tiene buen ritmo a pesar de su metraje. Algunos critican -y es entendible- la falta de más escenas de acción; a mí, sin embargo, no me parece en esta ocasión un elemento negativo.

Es una película diferente a cualquiera de sus antecesoras, nos prometieron un Batman detective y eso nos han dado. Mención aparte merece el magnifico reparto con el cuenta The Batman: la relación entre el murciélago y Catwoman es la más cercana a los cómics que hemos visto hasta entonces; la galería de villanos es magnífica, en especial el Pingüino; y mi mayor sorpresa fue con el aún teniente Gordon.

Por último mencionar la BSO. En todo momento la música aporta, suma, y acompaña a las imágenes. Increíble Michael Giacchino.