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6.4
3,214
9
29 de diciembre de 2018
29 de diciembre de 2018
29 de 36 usuarios han encontrado esta crítica útil
La primer obra que he visto de Fogelman, y con gran sabor de boca. Película fluida, bien aterrizara y enlazada. De principio lenta, Oscar Isaac te sorprende a la vez que te aturde, no le encuentras dirección, no te deja empatizar; pero el film avanza, la historia sigue y poco a poco va tomando sentido. Como la vida misma.
Al igual que otros de los que han entrado aquí, me sorprendió ver las calificaciones tan malas y las críticas tan negativas. Una película que me recuerda a Cloud Atlas, acaso en su versión más hollywoodense, pero correctamente enfocada y no menos original. Sorprende como en 118 minutos Fogelman nos cuenta tantas historias y aún le da buen tiempo para profundizar en la mayoría de los personajes, a quienes no trata como meros artífices o medios, sino que les da un protagonismo único y nos deja en sus zapatos por escasos pero suficientes minutos para comprender el mensaje; un mensaje tan íntimo que trasciende en el tiempo, que no se limita al guión o a las imágenes, sino que recurre a un aderezante especial y único: la música. La música hecha historia, la música como narrador poco fiable, como el héroe de segundo plano. Y aquí es donde quiero enfocar mi crítica.
Podríamos decir que Life Itself es Time Out Of Mind llevada a la pantalla, ¿y cómo haces para llevar un disco legendario a la pantalla grande? Fogelman nos da cátedra y graba un film en acordes menores. Era el año de 1997, Bob Dylan estaba destrozado, todos creían que era el fin de su carrera musical. Un día, reaparece... pero ya no como el joven de la sonrisa pícara y el pelo castaño, ya no con su guitarra sonora y arreglada; se nos proyecta en el parlante el malestar de una persona a la deriva de un mundo que deja de entender y que a su vez ha dejado de entenderlo. Murakami dice que la voz de Bob Dylan le recuerda a un niño de pie delante de la ventana mirando cómo llueve; pero en Time Out Of Mind la voz es la lluvia misma, y Dylan, la tormenta. Nosotros, al igual que en Life Itself, somos el niño... pero no estamos de pie, sino de rodillas.
Las tres primeras canciones del disco tratan de un hombre caminando para después ir reforzando la distancia cada vez mayor entre este hombre y el mundo. Pero, de pronto, en el camino, llega la pista 9; una balada de amor, quizás una de las más bellas jamás compuestas, una luz en medio de la miasma, una canción de amor entre la tragedia. Para algunos, un error; para otros, una metáfora. Life Itself, Time Out Of Mind y la vida, tienen algo en común: que en medio del camino hay amor, pero para descubrirlo tendrás muchas, pero muchas veces, que ponerte de pie y seguir caminando.
Al igual que otros de los que han entrado aquí, me sorprendió ver las calificaciones tan malas y las críticas tan negativas. Una película que me recuerda a Cloud Atlas, acaso en su versión más hollywoodense, pero correctamente enfocada y no menos original. Sorprende como en 118 minutos Fogelman nos cuenta tantas historias y aún le da buen tiempo para profundizar en la mayoría de los personajes, a quienes no trata como meros artífices o medios, sino que les da un protagonismo único y nos deja en sus zapatos por escasos pero suficientes minutos para comprender el mensaje; un mensaje tan íntimo que trasciende en el tiempo, que no se limita al guión o a las imágenes, sino que recurre a un aderezante especial y único: la música. La música hecha historia, la música como narrador poco fiable, como el héroe de segundo plano. Y aquí es donde quiero enfocar mi crítica.
Podríamos decir que Life Itself es Time Out Of Mind llevada a la pantalla, ¿y cómo haces para llevar un disco legendario a la pantalla grande? Fogelman nos da cátedra y graba un film en acordes menores. Era el año de 1997, Bob Dylan estaba destrozado, todos creían que era el fin de su carrera musical. Un día, reaparece... pero ya no como el joven de la sonrisa pícara y el pelo castaño, ya no con su guitarra sonora y arreglada; se nos proyecta en el parlante el malestar de una persona a la deriva de un mundo que deja de entender y que a su vez ha dejado de entenderlo. Murakami dice que la voz de Bob Dylan le recuerda a un niño de pie delante de la ventana mirando cómo llueve; pero en Time Out Of Mind la voz es la lluvia misma, y Dylan, la tormenta. Nosotros, al igual que en Life Itself, somos el niño... pero no estamos de pie, sino de rodillas.
Las tres primeras canciones del disco tratan de un hombre caminando para después ir reforzando la distancia cada vez mayor entre este hombre y el mundo. Pero, de pronto, en el camino, llega la pista 9; una balada de amor, quizás una de las más bellas jamás compuestas, una luz en medio de la miasma, una canción de amor entre la tragedia. Para algunos, un error; para otros, una metáfora. Life Itself, Time Out Of Mind y la vida, tienen algo en común: que en medio del camino hay amor, pero para descubrirlo tendrás muchas, pero muchas veces, que ponerte de pie y seguir caminando.

5.0
12,172
4
2 de febrero de 2012
2 de febrero de 2012
9 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Seguramente el todavía joven yo, encantado por el videojuego del personaje pelón que mata a todos con tremenda astucia y fineza me llevó a buscar un rescate esperanzador respecto a la película que no es más que una adaptación cruda y mal digerida del mismo. Ambos productos tienen las mismas cosas, sin embargo el videojuego es perdonable, pero no podemos perdonar que su adaptación al cine haya sido tan mediocre con tantos artefactos y herramientas con las que ya de por sí el cine dispone.
El argumento es increible ( o sea, nadie se lo cree ) y ciertos personajes, ciertas escenas y ciertos minutos que pasan mientras estás sentado frente a la pantalla, salen sobrando; claro que hay escenas buenas y más de una se pueden recordar con cariño; pero para su mala suerte al final lo único que puedes decir es 'been there, done that'. Así mismo y como es justo la película pasa desapercibida, en honor a su personaje, supongo
El argumento es increible ( o sea, nadie se lo cree ) y ciertos personajes, ciertas escenas y ciertos minutos que pasan mientras estás sentado frente a la pantalla, salen sobrando; claro que hay escenas buenas y más de una se pueden recordar con cariño; pero para su mala suerte al final lo único que puedes decir es 'been there, done that'. Así mismo y como es justo la película pasa desapercibida, en honor a su personaje, supongo

8.2
109,823
3
21 de enero de 2012
21 de enero de 2012
16 de 24 usuarios han encontrado esta crítica útil
Este título lo debatí entre Matrix y A Space Odyssey, pero me incliné por Apocalypse Now, porque no solo es mala, sino también es aburrida. El ventilador que enfocan los primeros diez minutos actúa mejor que todo el reparto junto. Y las casi tres horas de película bien pudieron haber sido una y seguir contando lo mismo. Quizás lo más memorable es la escena (carísima) de los helicópteros con un Wagner de fondo, aunque cinco minutos después maten tu esperanza introduciendo en la ambientación una canción pop adolescente. Llegando a la media hora te dan ganas de que caiga una bomba y ahí se acabe todo. Pero no, cada vez es peor. Los soldados de esta película no atacan con armas, sino con aburrimiento, te castigan la vista una y otra vez con helicópteros de la playboy, plantaciones francesas, diálogos torpes y escenas innecesarias. La fotografía no está mal, pero sinceramente me gustaron más los árboles que el bosque. Ya llegando a la última media hora, ni hablar; de plano me quedé dormido presionando el botón de forward. Marlon Brando, quien podría salvar la cinta, hace un papel cualquiera, y sólo sale su sombra (diciendo estupidez tras estupidez) por diez minutos, pero eso sí, es el primero en aparecer en los créditos ¡sí señor!, como el buen cine de los Estados Unidos. Y así, hay muchas cosas más que no me terminaron de gustar, pero el principio de caridad me exige no ser tan duro en mi crítica. Peor nimodos.

6.1
21,413
8
30 de enero de 2012
30 de enero de 2012
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con solo 7000 dólares el carismático jovenzuelo Robert Rodríguez logra comprar equipo, reunir a viejos camaradas y montar una película mexicana llena de diálogos absurdos, actuaciones inverosímiles, planos cutres, aceleramientos repentinos e innecesarios de cámara, montajes malísimos, voces sobrehabladas con aspiraciones texanas, abuso de flashbacks, escenas graciosísimas pero involuntarias, tiroteos exagerados, persecuciones patéticas y un argumento contado con voz en off (¡y que a leguas se nota que el man está leyendo directamente del papel por primera vez!), que de verdad no se la cree ni el director. Pero entonces lo primero que hago al criticarla es pensar: y bueno, ¿entonces por qué me gusta? Pues porque Robert Rodriguez logra irse directamente al grano, porque nos envuelve en un ambiente que no conoce el aburrimiento porque le rellena de personajes y planos que aunque malos, memorables. La mujer con bigote, el pianista sustituto de mariachi, el matón que sólo toma cerveza en botella, el protagonista con aires inocentes y voz dulce, el botones ratero y el místico pueblo que raya en western y que bien nos puede recordar a un Comala literario. El resultado final si sumamos todo, es igual a un film con pocas pretensiones, pero con mucha claridad. Te llena de frescura y te deja un buen sabor de boca, aunque no entiendas por qué.

7.8
14,585
8
1 de febrero de 2012
1 de febrero de 2012
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Peliculón infra de Nicholas Ray que nos muestra algo así como una historia de amor, pero mejor; porque hay caballos y revolvers, güisquis y cigarros, bandidos y aldeanos, héroes y anti héroes, todos envueltos en un mítico ambiente oscuro y relevante, con personajes (¡cada uno!) bien acabados a modo de prototipo americano.
Johnny Guitar es un hombre peligroso que en apariencia está venciendo al pasado y de alguna u otra forma se infiltra y se hace pasar por un maje inofensivo que toca la guitarra, y Vianna es la dueña rígida e inmutable de un bar de apuestas. Y juntos intentan construir (o derrumbar) el pasado que habían comenzado y terminado juntos. La película es excelente, los fallos son realmente pocos y finos, y es claro que los que hemos visto esta película podemos decir que vale la pena verla (te haya gustado o no te haya gustado); por mi parte, lo único que tengo que decir respecto al guión, es que está equivocado, así que perdóname, Johnny, pero sí hay algo mejor que un cigarrillo después de un buen café, y se llama Johnny Guitar.
Johnny Guitar es un hombre peligroso que en apariencia está venciendo al pasado y de alguna u otra forma se infiltra y se hace pasar por un maje inofensivo que toca la guitarra, y Vianna es la dueña rígida e inmutable de un bar de apuestas. Y juntos intentan construir (o derrumbar) el pasado que habían comenzado y terminado juntos. La película es excelente, los fallos son realmente pocos y finos, y es claro que los que hemos visto esta película podemos decir que vale la pena verla (te haya gustado o no te haya gustado); por mi parte, lo único que tengo que decir respecto al guión, es que está equivocado, así que perdóname, Johnny, pero sí hay algo mejor que un cigarrillo después de un buen café, y se llama Johnny Guitar.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
+ El interesante Crawford cuando recién llega al pueblo. Los epígramas memorables. La canción del final. El guión revolucionario de acuerdo a la época.
- Crawford como que pierde protagonismo en la segunda mitad de la película. El ritmo a veces se le va de las manos a Ray. Ausencia de elemento sorpresa (le hubiera caído muy bien)
- Crawford como que pierde protagonismo en la segunda mitad de la película. El ritmo a veces se le va de las manos a Ray. Ausencia de elemento sorpresa (le hubiera caído muy bien)
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