Cuando Cortázar escribió “las palabras nunca alcanzan cuando lo que hay que decir desborda el alma” es porque ahora mismo no soy capaz de (d)escribir lo que Interestellar ha logrado en mi cabeza.
Brillante.
Y es que lo es todo, es majestuosa, es épica, es grandiosa. Es el desborde , el tótem, es la resurrección del monolito negro. Es la reflexión, la inquietud , la admiración total. Es el juego con tus emociones , es el reflejo del ser humano , con sus defectos y sus virtudes.
Es un lienzo perfecto, una partitura visual , una cascada de sentimientos puros, es lo que te hace escribir con metáforas , lo que te invita a buscar conexiones , es el puzzle de la vida. Interestellar es la fusión última de la creación artística , es la crítica en sí misma , hacia nosotros.
Y mientras ves todo eso, mientras experimentas ese guión que encaja como anillo al dedo, mientras Hans Zimmer te regala música para tu propio Universo, mientras te mezclas entre dimensiones y emociones , es ahí cuando realmente te ves reflejado a ti mismo como humano, ahí abajo , tan pequeño , tan minúsculo, es en ese momento y no otro cuando ves y oyes la soledad, única , exacta, en todo su esplendor y sencillez.

Y dijo Christopher Nolan: “ Que reaparezca la luz “, y la luz reapareció.