Película tan lenta, que a veces se hace tediosa. El hilo de la película se pierde en algunas ocasiones. Se pormenoriza en algunos detalles sin trascendencia en el desarrollo del film.
Podía haber sido más interesante, por el papel de inquisidor de Robert de Niro, pero su actuación en esta película no resulta creible como tal.
Lo mejor: el vestuario.
La valoración general es 2 sobre 5.

Como idea no está mál eso de representar la historia de un comic. Está bien planteada, el desarrrollo y la puesta en escena está bien.
Es un autobigrafía contada paso a paso (viñeta a viñeta) de una persona como tu y como yo, con sus fallos y sus inquietudes, pero es solo eso, la historia de uno más (no es ningún superhéroe).
No se puede decir que se consigue una grata satisfacción con el visionado de la película. Más bien sale uno amargado, por la descripción de lo superficial, contidiano e insignificante de la Vida.
Por su puesto que no es para tirar cohetes. Le falta la chispa de la alegría.
Es una película más, que no te deja indiferente, pero que en absoluto es para recordar.

Una película que no te deja indiferente.
Muy bien dirigida, y con resultados impecables en su realización.
Respecto al desarrollo de los hechos, te deja al final un poco con la miel en los labios, pues se espera algo más, aunque se perdona, porque el trabajo de los actores es sobresaliente, en especial de Chris Klein, Jena Malone (su chica), y sobre todo del protagonista, Ryan Gosling (el mismo que El diario de Noah).
En defintiva, es una película que no hay que dejar de ver.

La idea de la película es buena, pero la narración, el desarrollo es como si se tratase de un documental. Se hace aburrida y se pierde el hilo con mucha facilidad
No sé si resumir el espíritu de este film como Perdidos en el Tiempo, o por el contrario tildarlo de una pérdida de tiempo.

Es sumamente improbable llegar a viejo sin arrepentirte de tu destino y y de la vida en común con tu pareja.
Es la cuestión que muchos nos planteamos; sin embargo nos aferramos a querer y necesitar que fuese todo lo contrario: que el amor llenase nuestras vidas hasta el final.
La película plantea esta paradoja: cuando envejecemos, seguimos manteniendo el espíritu joven, repleto de melancolía, amor y vida, apesar de las visicitudes del destino y las enfermedades.
Somos humanos y necesitamos del amor.
Película estupéndamente dirigida e interpretada, para conservar en el recuerdo.