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1
19 de mayo de 2013
19 de mayo de 2013
27 de 43 usuarios han encontrado esta crítica útil
Y un NO rotundo, o espero que sea así.
Antes de ver la película, la página te ofrece la posibilidad de pagar para verla. Teniendo en cuenta el modelo de negocio que explotan sus creadores, basado en una interacción "distinta" con el público y lo supuestamente orgullosos que están de su producto... ¿No sería lógico que fuese después, algo como "si te ha gustado, paga lo que consideres"? No obstante, no es obligatorio y como sus autores prometieron en su momento, se puede ver gratuitamente.
Aunque es un punto en contra y toda una sorpresa para mi, no se trata de "ciencia ficción con alma" si no más bien un drama romántico con un trasfondo (muy, muy en el fondo) de "ciencia ficción". De todas formas, y una vez asumido esto, el resultado final sigue siendo bastante regular. Os paso a explicar por qué.
Lo más llamativo de la película es la falta de un argumento sólido y consistente, y sobre todo, lo poco desarrollada que está la historia y los personajes en sí. La historia se cuenta a trozos, con cortes constantes y todo ellos rodeados de una injustificable lentitud a la hora de narrar los acontecimientos que más que dar curiosidad, aburre. En cuanto a los personajes; es casi imposible empatizar con ninguno de ellos porque la película directamente no te da la oportunidad de conocerlos. Los breves momentos en los que se pueden ver interactuar a los personajes son tan breves, "poéticos" -por decirlo de alguna forma- y "profundos" que a penas puedes entender quiénes son y sobre todo qué se les pasa por la cabeza -cuáles son sus motivaciones, deseos, etc. Sí, hay algunos momentos que no son tan "poéticos" ni "profundos", pero estos son insulsos y de nuevo, no aportan absolutamente nada a la historia ni a los personajes.
El final también decepciona. La película termina de repente, sin explicación a muchas de las preguntas que alguien que se haya molestado en verla con detenimiento se hace.
No obstante, en la web, he podido ver un enlace llamado "El verdadero final" o algo así -creo que aparte de varios episodios complementarios, hay un final alternativo-, que parece que hay que pagar para ver y que creo que no me molestaré en visualizar.
Antes de ver la película, la página te ofrece la posibilidad de pagar para verla. Teniendo en cuenta el modelo de negocio que explotan sus creadores, basado en una interacción "distinta" con el público y lo supuestamente orgullosos que están de su producto... ¿No sería lógico que fuese después, algo como "si te ha gustado, paga lo que consideres"? No obstante, no es obligatorio y como sus autores prometieron en su momento, se puede ver gratuitamente.
Aunque es un punto en contra y toda una sorpresa para mi, no se trata de "ciencia ficción con alma" si no más bien un drama romántico con un trasfondo (muy, muy en el fondo) de "ciencia ficción". De todas formas, y una vez asumido esto, el resultado final sigue siendo bastante regular. Os paso a explicar por qué.
Lo más llamativo de la película es la falta de un argumento sólido y consistente, y sobre todo, lo poco desarrollada que está la historia y los personajes en sí. La historia se cuenta a trozos, con cortes constantes y todo ellos rodeados de una injustificable lentitud a la hora de narrar los acontecimientos que más que dar curiosidad, aburre. En cuanto a los personajes; es casi imposible empatizar con ninguno de ellos porque la película directamente no te da la oportunidad de conocerlos. Los breves momentos en los que se pueden ver interactuar a los personajes son tan breves, "poéticos" -por decirlo de alguna forma- y "profundos" que a penas puedes entender quiénes son y sobre todo qué se les pasa por la cabeza -cuáles son sus motivaciones, deseos, etc. Sí, hay algunos momentos que no son tan "poéticos" ni "profundos", pero estos son insulsos y de nuevo, no aportan absolutamente nada a la historia ni a los personajes.
El final también decepciona. La película termina de repente, sin explicación a muchas de las preguntas que alguien que se haya molestado en verla con detenimiento se hace.
No obstante, en la web, he podido ver un enlace llamado "El verdadero final" o algo así -creo que aparte de varios episodios complementarios, hay un final alternativo-, que parece que hay que pagar para ver y que creo que no me molestaré en visualizar.
Miniserie

7.6
20,798
4
6 de abril de 2025
6 de abril de 2025
14 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
En un panorama audiovisual saturado de propuestas, cada vez resulta más difícil encontrar una ficción que no esté excesivamente condicionada por los discursos ideológicos dominantes. Atraído, como muchos otros espectadores, por una recepción crítica entusiasta y una puntuación sorprendentemente elevada, me aproximé a esta serie con expectativas moderadas. Sin embargo, tras visionar los cuatro episodios que componen la producción, la sensación que queda es la de haber invertido el tiempo en una obra profundamente fallida, cuyo mayor pecado es el de renunciar al matiz en favor de una narrativa moralizante y profundamente sesgada.
No se trata aquí de cuestionar la necesidad de abordar temas sociales urgentes y reales —como el machismo o la violencia estructural—, sino de señalar la deriva peligrosa en la que incurre buena parte de la ficción actual, y especialmente aquella producida por plataformas como Netflix. La serie en cuestión no pretende reflejar la complejidad del mundo: más bien construye una realidad paralela, maniquea y artificiosa, cuyo único propósito parece ser complacer una determinada sensibilidad ideológica. El resultado es una historia que no interroga, no desafía, no provoca reflexión: simplemente reafirma los prejuicios de su público objetivo.
Uno de los aspectos más desconcertantes de esta narrativa es su retrato del hombre. En un discurso que se ha ido acentuando progresivamente durante las últimas décadas —y que hoy se presenta ya como un patrón reiterativo hasta la extenuación—, el varón aparece casi exclusivamente bajo la figura del agresor, del opresor, del violento. La generalización es brutal. El relato se construye sobre la premisa implícita de que lo masculino es, en sí mismo, un potencial peligro. Y aunque la ficción, como toda forma de arte, tiene derecho a la exageración simbólica, aquí no hay metáfora ni estilo: hay una literalidad incómoda y unidimensional que no deja espacio al contraste ni al pensamiento crítico.
La serie fracasa especialmente en su tratamiento de fenómenos profundamente delicados como el del incel —el célibe involuntario— o el acoso en la infancia. Lejos de plantear una aproximación reflexiva, compleja o humana, se limita a utilizar estos elementos como mecanismos narrativos al servicio de una tesis cerrada y simplista. No hay espacio para el disenso ni para la ambigüedad. Cualquier cuestionamiento al feminismo hegemónico o al enfoque dominante es automáticamente patologizado o ridiculizado, lo que impide cualquier debate real y convierte el relato en un acto de adoctrinamiento más que de creación artística.
Es fundamental insistir en que esta crítica no niega la existencia del machismo ni de las violencias estructurales. Pero sí denuncia con firmeza la tendencia creciente de convertir la ficción en panfleto, de reemplazar la exploración artística por la reafirmación ideológica. Cuando una historia renuncia a la complejidad para vender certezas prefabricadas, no solo se empobrece a sí misma: empobrece también la mirada del espectador.
En definitiva, esta serie no solo fracasa como narración: fracasa como espejo del mundo. Lejos de ofrecer una representación genuina, se limita a construir una realidad alternativa en la que solo existe un discurso posible. Y en ese proceso, pierde su valor artístico, su honestidad y, sobre todo, su relevancia. Lo que podría haber sido una obra incómoda, valiente o incluso provocadora, acaba siendo una producción prescindible, entregada por completo al confort del aplauso fácil
No se trata aquí de cuestionar la necesidad de abordar temas sociales urgentes y reales —como el machismo o la violencia estructural—, sino de señalar la deriva peligrosa en la que incurre buena parte de la ficción actual, y especialmente aquella producida por plataformas como Netflix. La serie en cuestión no pretende reflejar la complejidad del mundo: más bien construye una realidad paralela, maniquea y artificiosa, cuyo único propósito parece ser complacer una determinada sensibilidad ideológica. El resultado es una historia que no interroga, no desafía, no provoca reflexión: simplemente reafirma los prejuicios de su público objetivo.
Uno de los aspectos más desconcertantes de esta narrativa es su retrato del hombre. En un discurso que se ha ido acentuando progresivamente durante las últimas décadas —y que hoy se presenta ya como un patrón reiterativo hasta la extenuación—, el varón aparece casi exclusivamente bajo la figura del agresor, del opresor, del violento. La generalización es brutal. El relato se construye sobre la premisa implícita de que lo masculino es, en sí mismo, un potencial peligro. Y aunque la ficción, como toda forma de arte, tiene derecho a la exageración simbólica, aquí no hay metáfora ni estilo: hay una literalidad incómoda y unidimensional que no deja espacio al contraste ni al pensamiento crítico.
La serie fracasa especialmente en su tratamiento de fenómenos profundamente delicados como el del incel —el célibe involuntario— o el acoso en la infancia. Lejos de plantear una aproximación reflexiva, compleja o humana, se limita a utilizar estos elementos como mecanismos narrativos al servicio de una tesis cerrada y simplista. No hay espacio para el disenso ni para la ambigüedad. Cualquier cuestionamiento al feminismo hegemónico o al enfoque dominante es automáticamente patologizado o ridiculizado, lo que impide cualquier debate real y convierte el relato en un acto de adoctrinamiento más que de creación artística.
Es fundamental insistir en que esta crítica no niega la existencia del machismo ni de las violencias estructurales. Pero sí denuncia con firmeza la tendencia creciente de convertir la ficción en panfleto, de reemplazar la exploración artística por la reafirmación ideológica. Cuando una historia renuncia a la complejidad para vender certezas prefabricadas, no solo se empobrece a sí misma: empobrece también la mirada del espectador.
En definitiva, esta serie no solo fracasa como narración: fracasa como espejo del mundo. Lejos de ofrecer una representación genuina, se limita a construir una realidad alternativa en la que solo existe un discurso posible. Y en ese proceso, pierde su valor artístico, su honestidad y, sobre todo, su relevancia. Lo que podría haber sido una obra incómoda, valiente o incluso provocadora, acaba siendo una producción prescindible, entregada por completo al confort del aplauso fácil
6
3 de noviembre de 2020
3 de noviembre de 2020
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo primero de todo, esta crítica está escrita después de ver las temporadas 1 a la 7, es decir, tras ver la serie entera (hasta ahora). No suelo escribir críticas por aquí, pero esa serie la merecía.
Resumidamente: no es una obra de arte, tiene fallos, pero es muy entretenida, engancha y su personaje principal da muchísimo juego. No comparto la opinión de que no empatizas con los personajes, no ocurre inmediatamente y menos en los primeros capítulos, pero ocurre y es algo fundamental para disfrutar de la historia. Para mi es recomendable si te gusta el género policiaco, necesitas que los personajes tengan alma, y estás dispuesto a obviar algunos detalles.
Empezamos por lo malo (que no es poco... pero compensa)
... sí, la serie tiene muchos fallos: hay que hacer concesiones muy importantes si se desea disfrutar de la serie (al igual que con CSI, Mentes Criminales, Homeland y similares). El reducido grupo de agentes del FBI, con muy pocos medios a veces resultan poco creíbles. Si estás acostumbrado a las mejores del género de series detectivesco reciente (tipo True Detective, Mindhunter, etc) echarás en falta la atención al detalle (es habitual que hayan errores de continuidad), los decorados, narrativa, historia, fotografía etc. de las mismas: son productos muy distintos. "The Blacklist" no juega en la misma liga (ni pretende hacerlo).
Hay escenas tan poco realistas que rozan lo absurdo y es un patrón que se repite y que en ocasiones resulta frustrante. Megan Boone, como otros comentaristas indican, hace una interpretación muy pobre en las primeras temporadas. Afortundamanete, a partir de la segunda esto se va revirtiendo hasta el punto que en la sexta temporada está a la altura del resto de los actores, aunque coincido en que no es una interpetación especialmente brillante.
Y seguimos por lo bueno
El personaje interpretado por James Spader es muy carísmatico, peculiar e interesante. Una vez el personaje está "construido" en la narrativa, pasada la mitad de la primera temporada, diría que es lo que convierte a la serie en algo digno de ver. Sus diálogos son muy entretenidos y para mi la interpretación es maravillosa. La historia está construida en torno a una premisa básica pero sólida, Reddington colabora con el FBI pero con sus propias condiciones, las cuales según se va desarrollando la trama desvelan a su vez otras subtramas bien construidas y muy entretenidas.
El hecho de que pese a ser una serie basada en USA, los escenarios cambien tanto (no sólo entre distintos estados del país, sino Italia, Francia, Cuba, Israel, Rusia, Alemania... etc etc) ayuda muchísimo a los que no somos norteamericanos a disfrutar de la serie. Las referencias culturales a veces pecan de ser un poco básicas (a veces rudimentarias) pero que gran parte de la acción no esté centrada en Estados Unidos es algo que echo muy en falta en general en otras series de este tipo.
Aunque hay escenas claramente predecibles, en general el guión es bueno. Hay capítulos muy destacables con escenas memorables y diálogos fabulosos.
En resumen, si los primeros capítulos no te chirrían demasiado y no eres súper exigente la disfrutarás.
No siempre apetece un entrecot y una hamburguesa de vez en cuando no mata. The Blacklist es tu hamburguesa :)
Resumidamente: no es una obra de arte, tiene fallos, pero es muy entretenida, engancha y su personaje principal da muchísimo juego. No comparto la opinión de que no empatizas con los personajes, no ocurre inmediatamente y menos en los primeros capítulos, pero ocurre y es algo fundamental para disfrutar de la historia. Para mi es recomendable si te gusta el género policiaco, necesitas que los personajes tengan alma, y estás dispuesto a obviar algunos detalles.
Empezamos por lo malo (que no es poco... pero compensa)
... sí, la serie tiene muchos fallos: hay que hacer concesiones muy importantes si se desea disfrutar de la serie (al igual que con CSI, Mentes Criminales, Homeland y similares). El reducido grupo de agentes del FBI, con muy pocos medios a veces resultan poco creíbles. Si estás acostumbrado a las mejores del género de series detectivesco reciente (tipo True Detective, Mindhunter, etc) echarás en falta la atención al detalle (es habitual que hayan errores de continuidad), los decorados, narrativa, historia, fotografía etc. de las mismas: son productos muy distintos. "The Blacklist" no juega en la misma liga (ni pretende hacerlo).
Hay escenas tan poco realistas que rozan lo absurdo y es un patrón que se repite y que en ocasiones resulta frustrante. Megan Boone, como otros comentaristas indican, hace una interpretación muy pobre en las primeras temporadas. Afortundamanete, a partir de la segunda esto se va revirtiendo hasta el punto que en la sexta temporada está a la altura del resto de los actores, aunque coincido en que no es una interpetación especialmente brillante.
Y seguimos por lo bueno
El personaje interpretado por James Spader es muy carísmatico, peculiar e interesante. Una vez el personaje está "construido" en la narrativa, pasada la mitad de la primera temporada, diría que es lo que convierte a la serie en algo digno de ver. Sus diálogos son muy entretenidos y para mi la interpretación es maravillosa. La historia está construida en torno a una premisa básica pero sólida, Reddington colabora con el FBI pero con sus propias condiciones, las cuales según se va desarrollando la trama desvelan a su vez otras subtramas bien construidas y muy entretenidas.
El hecho de que pese a ser una serie basada en USA, los escenarios cambien tanto (no sólo entre distintos estados del país, sino Italia, Francia, Cuba, Israel, Rusia, Alemania... etc etc) ayuda muchísimo a los que no somos norteamericanos a disfrutar de la serie. Las referencias culturales a veces pecan de ser un poco básicas (a veces rudimentarias) pero que gran parte de la acción no esté centrada en Estados Unidos es algo que echo muy en falta en general en otras series de este tipo.
Aunque hay escenas claramente predecibles, en general el guión es bueno. Hay capítulos muy destacables con escenas memorables y diálogos fabulosos.
En resumen, si los primeros capítulos no te chirrían demasiado y no eres súper exigente la disfrutarás.
No siempre apetece un entrecot y una hamburguesa de vez en cuando no mata. The Blacklist es tu hamburguesa :)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Vale, lo siento pero no soporto la idea de que en TODA LA SERIE el FBI solo tenga 3 coches. Diría que es lo que más me molesta de la serie, puedo obviar muchos detalles pero esto es casi imposible de no ver.
El personaje de Ryan Eggold (Tom) me gusta muchísimo, pasa un poco desapercibido y parece a priori que es demasiado tópico/prototípico, pero luego me sorprendió mucho cuando se destapa el pastel.
El personaje de Ryan Eggold (Tom) me gusta muchísimo, pasa un poco desapercibido y parece a priori que es demasiado tópico/prototípico, pero luego me sorprendió mucho cuando se destapa el pastel.
3
8 de marzo de 2025
8 de marzo de 2025
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ni siquiera para los que estamos mínimamente interesados en los conflictos de los afroamericanos en Estados Unidos consigue llegar a ser interesante, aunque la sinopsis no lo sugiera del todo, es eso lo principal en la serie y los temas que se tratan: en la serie en su conjunto predominan cuestiones raciales, extremismos, nazismo, los supremacistas y movimientos similares. Temas que de normal darían mucho jugo y que son interesantes per se, pero aquí se mezclan en un batiburrillo infumable y aburrido. Además, como Thriller falla estrepitosamente, no solo porque muchas cosas de las que ocurren son tremendamente predecibles, sino porque muchas otras son muy inverosímiles. La trama avanza muy lentamente, y el desarrollo normal de los acontecimientos está constantemente interrumpido por los dramas familiares del protagonista y una dosis más de extremismos. No se la recomiendes a tus amigos.
4
11 de abril de 2017
11 de abril de 2017
18 de 36 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los primeros segundos del primer capítulo te pueden engañar y pensar que podría merecer la pena verla. Basta ver el primero para saber lo que confirman los siguientes... el argumento está lleno de clichés, la historia está muy mal relatada, las interpretaciones son pésimas... como mucho se podría salvar el apartado musical de la serie, pero tampoco aprueba en ese aspecto. Le pongo un 4 y he sido muy generoso.
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