The Apartment es una de las obras maestras de Billy Wilder, una comedia triste, reflejo de una época y, al mismo tiempo, de intemporalidad. Dos personajes, C.C. Baxter, un empleado soltero que presta su piso a sus jefes ejecutivos para que disfruten de sus aventuras amorosas, y la Sta. Kubelik, una ascensorista que mantiene un affaire con el jefe de la compañía, le dan vida a esta película, generando en los espectadores una empatía un tanto patética.
La película plantea la eterna desigualdad entre los poderosos y los simples empleados, en una crítica a la era corporativa de los 50. Baxter, interpretado brillantemente por Jack Lemmon, es uno más entre miles de empleados haciendo un trabajo rutinario. Como muestra Wilder en uno de los planos más emblemáticos de la película, el puesto de trabajo de Baxter es uno más en un interminable mar de escritorios alineados uno detrás de otro bajo hileras de luces fluorescentes. Para ascender en este mundo corporativo no basta con hacer un buen trabajo, por lo que Baxter debe dejar que sus jefes se aprovechen de él y usen su apartamento de soltero para sus aventuras amorosas, a la espera de que el día llegue en el que le asciendan a directivo. Baxter es un hombre sumiso y solitario que soporta horas extra en el trabajo o dormir a la intemperie en un banco de Central Park para dejar el piso libre a los cuatro jefes ejecutivos que se turnan el piso. Jack Lemmon consigue usar la comedia para evocar un amplio abanico de emociones con las que el público se identifica.
Baxter consigue el ascenso, finalmente, cuando el jefe de la compañía, Sr. Sheldrake, interpretado por Fred MacMurray, se entera del uso que se le da al piso de Baxter y se lo pide prestado a cambio de un ascenso. MacMurray interpreta su papel excelentemente, actuando como un hombre duro, el antagonista infiel, pero simpático.
Por otro lado, la Sta. Kubelik, interpretada por Shirley McLaine, es una ascensorista vulnerable que recae en un enredo amoroso con el Sr. Sheldrake, quien está casado y con hijos. Sheldrake es un reflejo de los típicos hombres de negocio de la época, quienes tenían varias aventuras con empleadas de las compañías, como secretarias, etc. A su vez, Baxter se enamorará de la Sta. Kubelik e intentará conquistarla, sin saber que su jefe es competencia.
Billy Wilder y I.A.L Diamond construyen el guion alrededor de una sola trama, llena de alta comedia y momentos de ternura que harán que el espectador sienta lástima por un Baxter solitario que entiende por amor jugar a las cartas y preparar espagueti con una raqueta de tenis. Sin embargo, el guion no da lugar a la sorpresa, pues revela su truco pronto, tomando en cuenta las dos horas de duración del largometraje. Esto no significa que Wilder no lograra manejar la trama a su antojo y lograr la mayoría de las veces resultados impresionantes.
En cuanto a la ejecución y el diálogo, la franqueza está a la orden del día. No hay lugar para la duda en cuanto a lo que ocurre en el apartamento de Baxter en las fiestas desenfrenadas de sus jefes. Incluso los vecinos se quejan del constante flujo de mujeres que pasan por aquellos pasillos y tildan a Baxter de mujeriego empedernido.
The Apartment se ha convertido, inevitablemente, en un clásico del cine, mostrando una vez más la habilidad de Billy Wilder para la comedia y destacando la brillante interpretación de Jack Lemmon, quien termina de dar alma a esta película que, más allá de las risas, quiere provocar también que se enternezcan los corazones de los espectadores.