La niebla es como una metáfora del caos, la confusión y la imprevisibilidad de la vida. Al principio de la película, Scarlett O'Hara vive en un mundo ordenado y controlado por ella, pero a medida que la guerra se desata y las estructuras sociales se desmoronan, todo se ve envuelto en esa niebla. Lo que antes era familiar, el sur tradicional y próspero, se convierte en una tierra de incertidumbre y desesperación.

El viento representa la fuerza de la guerra que arrastra todo con él. Entonces la niebla sería la sensación de que surge cuando uno se ve atrapado en ese remolino de cambios y pérdidas, sin poder escapar ni tener control sobre su destino. Es como si el viento no solo destruyera las casas y tierras, sino también los sueños, los deseos y las esperanzas de los personajes, particularmente de Scarlett, que vive toda su vida marcada por ese anhelo de algo que se le escapa constantemente.

La pesadilla aparece en cada escena de angustia, en cada sacrificio que Scarlett hace, en cada vez que ve el mundo desmoronarse a su alrededor. Lo que era un sueño dorado de juventud y amor se va transformando en una lucha constante contra la desesperación.

Scarlett se ve atrapada en esa niebla durante toda la película, incapaz de ver con claridad lo que realmente quiere o lo que verdaderamente le hará feliz.