A medida que pasan los años uno se pregunta el impacto que ha tenido su vida en el mundo. Ha sido buena? Mala? O peor aún, insignificante? El día a día es un regalo y no fue hasta que vi esta película que me di cuenta cien por cien de ello. Todo el mundo tiene una razón de existencia, sea menor o mayor, tiene una.
George Bailey, el protagonista, es el mejor ejemplo que se le podría atribuir a esta pregunta.
Compruébenlo y sométanse a esta aventura de película.

Hace unos días me propuse ver esta película y solo se puede decir una cosa: Bravo. Esta obra maestra tan exquisita trata un problema que a veces por miedo es evitado, el racismo. Este sustantivo tiene un mayor significado que otros y esta película lo refleja perfectamente. Además, la relación entre el personaje principal y sus hijos te deja anonadado por la bondad que hay en ellos. Tanta pureza en sus miradas. Y aún así, la bondad no siempre gana.
Véanla y comprueben esta maravilla cinematográfica.

Si soy sincera he de decir que no soy una fanática de las películas antiguas pero, esta es una obra de arte. Esta maravilla me ha conmovido en millones de diferentes formas. Desde la aparición del personaje infantil de Toto hasta cuando se le ven las arrugas en su frente. Las ansias sentidas durante esta serán un recuerdo que siempre llevaré conmigo. Lo único que puedo decir es gracias a Giuseppe Tornatore por mostrar su talento al mundo. Aunque un simple gracias, no es suficiente. La película me ha animado a escuchar esa voz en el interior y hacerla caso. Empezaré a hacer lo que yo sienta correcto pensando en mí. Lo último que quería decir es que esta película la recomiendo a cualquiera que busque esos pequeños momentos de ternura y felicidad.

Esta película me tocó el corazón de una forma distinta a otras. En esta, la empatía jugó un papel importante. Desde la primera escena hasta la última, el personaje de Emilio te lleva de viaje con él. Creedme cuando digo que el viaje te hace reflexionar. He de admitir que las lágrimas también han estado muy presentes, no por pena sino por rabia. La rabia de no poder hacer nada. La rabia de saber que hay tanta gente como Emilio. Gente tan fantástica como él que pierden la batalla. Es algo dolorosamente triste.

La familia de Emilio como muchas otras en España, en el mundo, viven con ese dolor día a día. Un dolor en el pecho que les recuerda que esa persona que quieren tanto no sabe quien eres ni quien es él mismo. Es peor que la tortura. Por eso me alegra haberla visto, te da perspectiva de la vida. Como en un par de años se puede uno olvidar hasta donde vive.

Aún así es tan necesario verla. La realidad, la cruel realidad. Llega un punto en el que ya no se puede evitar por mucho que se quiera. Esta película es prueba de ello.

Descifrando un enigma es una película que es un enigma en sí. La intriga que te da mientras se está viendo la película. es algo inolvidable. Aunque eso no es lo más remarcable de esta. Lo que hace resplandecer a esta película por encima de otras es el hecho de que esté basada en hechos reales. Una vez lo sabes, se ve la película desde una perspectiva completamente distinta pero no la cambiaría por nada del mundo. Es dura de ver, sí, mas no en el sentido de llorar sino en el sentido de querer gritar y no poder. Querer ayudar y no poder. De saber y no hacer nada al respecto.
Desde luego, esta película se la recomendaría a todo el mundo. Es necesario saber la verdad.