Muchas alabanzas para esta nueva incursión de Spike Jonze en lo extraño y bizarro, que a mí me ha dejado igual. La propuesta en sí es muy interesante y, para mí, hasta terrorífica, El problema es el desarrollo y los matices que adquiere la trama, ya sea por que para mí es difícil de ver o por que no lo deseo así, no me acaba de convencer. El peso de la película recae en un Joaquín Phoenix más bien llano, sin mucho que mostrar, siendo la voz del OS1, Scarlett Johansson, la gran esperanza para remontar la película. Muy cuidada en muchos aspectos, para mí descuida uno básico: la empatía con el personaje principal. Me interesa más qué le pasa al muñequito cachondo del videojuego o, claro está, al OS1 alias Samantha, que al bigotudo Phoenix. Retrato de una sociedad aislada y aislante, totalmente desconectada, artificiosa y virtualizada, fruto de unos avances que estamos viendo actualmente con los androids y los iphones, entre otros.

Desafortunada incursión en el thriller del gran Lasse Hallström. Nos ha brindado grandes dramas ("¿A quién ama Gilbert Grape?", "Una vida por delante" o "Las normas de la casa de la sidra") pero se nota que no acaba de ubicarse en un género más dinámico y/o agresivo. Esta película nos ofrece dos momentos de tensión enormes, muy bien calculados y realizados. Todo lo de demás es aburrirse sin necesidad: un guión muy flojo, unos personajes cambiantes, un ritmo mal llevado... hacen de esta una película muy menor.

Superhéroes matando, sangre y miembros amputados, tacos, algo de sexo... es la obra soñada de cualquier fan, ver a este doble (¿o modelo?) de Batman, encarnado por Nicolas Cage (...), disparando, apaleando y acuchillando sin miramientos. O a su Robin particular, Chloë Grace Moretz, niña molona, agresiva y que gusta de jugar con las navajas, repartiendo leña y muerte a sus adversarios. La música, la puesta en escena, los guiños a otras pelis de cómics (¿he dicho “Batman” de Burton, o “Spider-man” de Raimi?), el frikismo y el amor que destila en cada encuadre por un mundo, el de los fans, que durante un rato se hace realidad.

Algo más floja en apariencia que su predecesora, hecho de menos ver a Hit-girl (Chloë Grace Moretz) dando palizas y, sí, siendo más niña. Aquí ya ha crecido y se nota. Pero la entrada de Jim Carrey, con un papel muy contenido para lo que suele ser este actor, brinda una nueva oleada de guiños (como a la “JLA” con su cuartel general y su logo) y una propuesta igual de interesante que la anterior película: la aparición de los supervillanos. Intenta mantener el tono, el ritmo e incluso el humor, pero se queda atrapada en ése intento, en lugar de encontrar sus propios méritos: sacar partido de Carrey, ver a Aaron Johnson pamplineando con sus colegas, o disfrutar de una batalla más divertidad en lugar de lo seria que la ponen.

Si ya me sorprendió con "Take shelter" ahora Jeff Nichols se consolida como un director a tener en cuenta, creador de un microuniverso visto a través de los ojos de un chaval, que aprende a base de golpes y madura con su propia experiencia con los adultos. Desencanto del amor y repetición de los errores serían los temas principales. Y Matthew McConaughey es, aparte del mayor reclamos publicitario, un apoyo sólido para este personaje de 14 años, que parece que tiene muchos más.