Es ciertamente curioso cómo el estado de ánimo y la percepción -subjetiva, claro- de cada uno de nosotros afecta a nuestras críticas.

He leído aquí opiniones que van de lo máximo a casi lo mínimo.
Las primeras no me sorprenden, las segundas son curiosas.

¿Es lenta? Mucho.
¿"Traiciona" Tarkovsky el original de Lem? Depende. ¿Hay un contrato que exija interpretar lo escrito de una forma concreta?

Yo la ví, curiosamente, en un contexto muy poco ortodoxo, cinéfilo o apropiado: viajando en un tren. Y no en un estado de ánimo de los deseables.

Y no pude apartar la vista.

Casi 3 horas de metraje, con unas elipsis, un estilo de cámara y un guión difíciles, de digerir y de entender.

"Viniendo" de 2001, mi película absoluta, esta Solaris me dejó boquiabierto. He visto muy pocos largos tan hipnóticos como éste (recuerdo la increíble Faraon, de Kawalerowicz). Un análisis de nuestros miedos, nuestras angustias, el conflicto de la ciencia y la razón con lo inabordable; y unas interpretaciones alucinantes -en el sentido más literal-, con una fotografía bellísima.

Flipante lo de situar en Japón la secuencia del coche.

Un 10 sobre 10.

Fellini imprime todo su sello, onírico y socarrón, en todos y cada uno de los detalles de la película. Los personajes parecen salir directamente de una ópera bufa, con un guión que les da el espacio y tiempo perfectos para desarrollarse. Los acompaña una fotografía de otro tiempo, y una puesta en escena que te impide hacer la más mínima pausa.

Un delicioso -y sutilmente tierno- retrato de las cosas pequeñas del día a día en un pueblo italiano en la época del fascismo.