Una de las cosas que me gusta es la forma en la que Wilder logra visibilizar (quizás sin intención), las diferencias entre hombres y mujeres a la hora de expresar sus sentimientos en la época, con un Jack Lemmon que analiza su intento de suicidio con un tono absurdo y insignificante, mientras tanto una Shirley MacLaine sin miedo a mostrarse desamparada ante su situación amorosa, y una fornida dependencia emocional.
La critica a una sociedad cegada por los ideales de cada uno, que en muchos casos te hace caer en dejar de ser "un ser humano", cegándote con el trabajo, y las influencias de tu entorno, me parecio interesante también.
Me gusta el final en el que no termina de aclarar del todo la relación entre ellos dejándolo abierto al espectador.