El sugerente cartel contrasta con el pobre guión y la formal realización (ambos de Marga Melià) de una película que se ve, todavía más, afectada por la nefasta "interpretación" de su actriz principal (Esther González). Una historia de amor que es más intención que resultado.

Narrada con más ingenio que medios técnicos, este estupendo largometraje de Serie B sintetiza lo que debería ser una película de ciencia-ficción: sencillo argumento, personajes definidos y efectos especiales que se integran en la historia. Un divertimento que se sigue disfrutando más de 60 años después.

Solvente realización de Shyamalan que ofrece una película de ritmo pausado (que no lento) que se refuerza en la pesadumbrosa psicología de los personajes principales (Willis y Jackson). Los momentos más tensos se desarrollan en los minutos finales, que la excelente fotografía del portugués Eduardo Serra se encarga de subrayar. Un film que presume de más virtudes que desaciertos.

Lo que hubiere podido ser un film más que aceptable, adolece de un pobre guión que Collet-Serra maneja con escasa pericia. Lo peor no es la inverosimilitud de la situación, sino que los 87 minutos de su metraje resultan excesivos para contar una historia que se agota desde sus inicios. Los espectadores menos exigentes disfrutarán del resultado.