James Watkins dirige con gran resultado "la mujer de negro", una película a la que crees saber lo que vas a ver pero no la reacción que vas a tener a lo visto.
Bajo el clásico argumento de la persona fallecida que cometió un error en el pasado y que se dedica (básicamente) a amargar la existencia del resto de la humanidad encontramos muchas comillas que hacen de esta una notable cinta; comenzando por la excepcional fotografía y la banda sonora que ambas en conjunto crean la atmósfera adecuada para que el vello corporal se erice de manera poco habitual. Continuando, es de admirar la manera en que avanza la historia (normalmente uno de los grandes fallos de este tipo de largometrajes), te lo sirven poco a poco, no de golpe, siempre sorprendiendo y haciendo que creas que eres adivino (aquí viene el susto) para dejarte como el tonto de pueblo que ha ido por primera vez al cine.
A destacar dos cosas, la primera: Daniel Radcliffe, al margen del gran error de contratar al mismo doblador que en las 8 películas de H.P, un geranio común posee la misma expresividad que este actor en diversas escenas de la película, no obstante el resto de ingredientes eclipsan esta pésima actuación. Por último y en segundo lugar: la innovación; actualmente el mundo del terror (llámese thriller, suspense etc..) se ve obligado a innovar y vaya si lo consigue en esta cinta, fotografía, música y suspense en cantidades industriales que (en mi opinión) hacen merecer el pequeño (o gran) esfuerzo de pagar la entrada.