Sin entrar en sesudos análisis, simplificaríamos en que, a base de explotar su genial formula y estilo personalísimo, está olvidándose del guión y quedándose en la forma; ponerla a la altura, como alguien ha hecho, de Amelie, o Delicatessen, es un delirio, para nada se acerca excepto en la estética y el sello personal del director.

Esta sobreactuada, con personajes que no son creibles por histriónicos, teniendo en cuenta que Jeunet hace una especie de comic barroco filmado, aun teniendo en cuenta esto, se acercan al clown, a esas actuaciones de payasos donde uno no sabe que cara poner al verlo, excepto si eres un niño.

Excepto la resolución final, sería una buena película infantil, o incluso una gran película para otro, pero no para él, ha puesto el listón muy alto y esta se queda demasiado lejos. Incluso "Largo domingo de noviazgo" está muy por encima de esta.

Dicho esto, gustará sin duda a sus fans incondicionales, o quien valore más las formas que los contenidos, pero incluso por la parte final vale la pena verla, este director se ha ganado un respeto, y por comparación con lo que solemos ver, hay que ir.

Una película sobrevalorada en la que se intenta mantener una tensión permanente basándose en el siempre atractivo escenario bélico y en la incertidumbre de una siempre inminente explosión, manera bastante obvia y clásica de crear suspense; pero muy falsa en cuanto a la puesta en escena, a los movimientos, a las consecuencias de una explosión real, la coreografía es muy previsible y en ocasiones el montaje crea cierta confusión...muy pretenciosa en cuanto a su personaje protagonista y muy tópica. Sólo me explico el éxito en los oscars por la sensibilidad de los americanos con esa guerra. Olvidable totalmente.

Una de las películas que más me ha emocionado en mi vida, sin más; con una de las escenas míticas de la historia del cine sin discusión.

A pesar de los llamados tópicos de la "America profunda" que aparecen en el film, ¿cómo se puede rodar una historia ahí sin que parezca "ahí"?, la sencillez de la historia, acompañada de los mínimos dialogos y las tremendas interpretaciones de Harri Dean Stanton y Nastassja Kinski, nuestra siempre venerada Nastassja, crean un cóctel de autenticidad y emocinoes contenidas que dan absoluta apariencia de verdad. Una pequeña obra maestra que jamás llenaría las salas de cine más popular o comercial, digamos que es una película para paladares finos y adultos.