Deja de ser una sorpresa ver la falta de criterio a la hora de juzgar un producto que ofrece ni más ni menos lo que se espera de él. El único "problema" es que el protagonismo femenino no está bien visto. Y por eso mismo debe ser aplaudidas este tipo de propuestas. Por que, no nos engañemos, la misma película protagonizada por un reparto masculino tendría no ofendería tanto a según qué "gentes". Por desgracia, la misoginia está de moda y como quién no quiere la cosa ha calado en una parte de la sociedad. Ocurre con las películas "superheróicas', mo ocurre nada cuando el protagonista es hombre (Iron Man, Capitán América...), pero el criterio cambia si el protagonista de la función es del género opuesto (Viuda negra). Lo peligroso, en términos exclusivamente culturales y artísticos es la falta de una objetividad que la citada misoginia impide tener a la hora de valorar un producto como este, porque es lo mismo, solo que los protas no son un atajo de machirulos, y claro, se sienten oprimidos. Al final, le pese a quién le pese, es un film más que aceptable que ofrece lo que se espera de él, y que además, de regalo, vuelve a dejar de manifiesto el gravísimo complejo que tiene una parte del público debido a la citada moda de la misoginia. Una lástima en ese sentido, pero un placer poder seguir viendo propuestas como esta. Le pese a quién le pese