Típica película simple y funcional que escupe a la cara del arte que debería ser el cine, llena de actitudes y sucesos incoherentes pero necesarios para el argumento, absurda y terriblemente adherida a la estructura: introducción- trama- desenlace (consecuencia de lo anterior) y, desgraciadamente, dada mi condición de músico profesional, tengo la capacidad de apreciar la nefasta y repetitiva música pop que aquí aparece, intentada hacer pasar por ópera, de lo cual hasta un pelícano oligofrénico se daría cuenta. No pretende conseguir planos especialmente hermosos, solo captar los "pequeños y profundos" detalles -snob- de cada escena. Y por supuesto, ni un atisbo de innovación: cada personaje cumple la función que debe cumplir (ricos-pobres, normales-deformes, blancos-negros, hombres-mujeres, padres-hijos...), la iluminación es convencional, típica historia circular, carisma artificial... etc.
Lo peor de todo (a parte de la película en si), no contenta con pervertir el arte, es que la historia real del protagonista de ser un pro-animalista no se ve por ningún lado. Es decir, cogen a un personaje real y se le inventa una historia hiper-conmovedora para fundamentar su verosimilitud, a lo "Abraham Lincon: cazador de vampiros". Llámanme loco, pero esto es ignorar, inventarse y destripar la meritoria historia de una persona que realmente hizo algo bueno.
Esta es por tanto la típica película semi-ñoña-esperanzadora que le suele gustar a la gente sin una mínima idea del séptimo arte (9'05 en "plusdede").