En mi caso particular, leer la sinopsis (concretamente la de Prime Video) me ha chafado un poco la introducción; que es, sin lugar a dudas, la mejor parte de la película. Luego el ritmo decae un poco, a pesar de que sigue siendo una buena opción para pasar la tarde.
Como punto negativo, diría que tiene un poco menos de acción de la que la historia merece. Haberle añadido algo más de movimiento y suspense, creo que le otorgaría una mejor nota; sobre todo porque, humildemente, considero que está algo infravalorada.
Le pongo un 5,8. Redondeando, un 6.

“Jolt” es una de esas películas destinadas a ser infravaloradas y a que nadie las tome demasiado en serio. Sin ir más lejos, FilmAffinity sitúa a Susan Sarandon en el tercer puesto del reparto; mientras que en los créditos del propio filme aparece en el noveno, bajo el nombre de “Woman With No Name” (entendiéndose el peso real que su personaje ha tenido). No comprendo ese desprecio al resto de actores y actrices que han participado, así como no comprendo unas críticas tan negativas.

En mi opinión, “Jolt” es una película sin grandes pretensiones que se limita a ofrecer un rato de sano entretenimiento. No es algo que te vaya a cambiar la vida, pero te ayudará a matar la tarde. Con el cine de mierda que se hace hoy en día, creo que el hecho de que haya llegado hasta el final de la película sin necesidad de quitarla hace que merezca un cinco, o, incluso, un cinco coma algo.

Película cuyo único placer ofrece al espectador es el de reírse de las incongruencias de su guión.

Si yo le tuviese que explicar a alguien qué es el Santo Grial, le diría: “Es la copa que utilizó Jesucristo en la Última Cena y tiene unos poderes divinos que otorgan la vida eterna a quien bebe de ella”.

Algo similar me pasaría con un arca que contiene las tablas desmenuzadas de los Diez Mandamientos y el poder de derrotar a cualquier ejército, o con unas piedras sagradas que brillan cuando se juntan y que pueden ser usadas tanto para dar prosperidad a un pueblo como para someterlo.

En cambio, si a esa misma persona le tuviese que hablar sobre el Dial del Destino, me quedaría algo como: “Es un artefacto, inventado por Arquímedes, que se basa en las irregularidades propias de la rotación de la luna y los planetas para determinar, en coordenadas alejandrinas, la ubicación en la que se producirán unas fluctuaciones que, de entre otros fenómenos, abren grietas temporales. Expresando dichas coordenadas en términos de latitud y longitud, podremos obtener el lugar exacto en el que se producirá una grieta que nos permitirá viajar en el tiempo. O eso creo”.

Ojalá pudiese decir simplemente que es una máquina del tiempo, pero no lo es. Lo más curioso es que, al principio, parece que la película va sobre la Lanza de Longinos; algo que, en mi humilde opinión, hubiese resultado en una historia más digerible y más fiel a la trilogía original.

Toda la película es igual: hablar mucho y no decir nada. Las escenas de acción son tan enrevesadas como insustanciales, y la mayoría de los personajes son completamente prescindibles y sólo sirven para complicar aún más la historia. El mejor ejemplo que se me ocurre es el de Rahim; alguien que, por lo que a mí respecta, podría haberle ahorrado unos ocho minutos a la película.

La consecuencia de todo esto es bien fácil de explicar: una película media hora más larga que cualquiera de las anteriores. Y, esa media hora, se nota.