Uno cuando escucha Ritley Scott se imagina a el glorioso Máximo Décimo Meridio en su discurso contra Cómodo y el silencio del coliseo, en la batalla contra los bárbaros, o las guerras del coliseo, o esos dialogos llenos de honor y gloria.

Cuando uno piensa en Napoleón se imagina a alguien estricto, milimétrico, un implante serio, alguien sobrio pero firme.

Cuando uno empieza a ver la peli se dice a si mismo, aguanta que remontará, aguanta que remontará. Cuando llevas una hora de película lamentas haber pagado la entrada al cine, y te van soltando pequeñas píldoras bélicas que saben a poco.

Que decir que no hayan dicho ya: (vamos a los spoilers)

Se les debería de caer la cara al suelo por la falta de sentido a nivel de guion, diálogos, y ambiente.

El progresismo ha llegado a la pantalla, y la caracterización forzada de ciertos personajes hace que se desvíe y se dé más protagonismo a personajes vacíos que rellenan el metraje de este sin sentido.

Aburrida y previsible, forzada y casposa. No he podido ni acabar de ver el 2º episodio. Para mi la serie acaba aquí.

Una pena que hayan desaprovechado el pastizal que se ha despilfarrado en pagar críticas y marketing y no usado en este despropósito de serie.