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Críticas 10
Críticas ordenadas por utilidad
Críticas ordenadas por utilidad
¡Dolores, guapa!
Documental
España2021
6.6
518
Documental
7
1 de junio de 2022
10 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
En general creo que está lastrado por un cierto localismo. Las ideas que plantea siempre quedan supeditadas a la reivindicación de la Semana Santa como algo de la identidad sevillana. La propuesta realmente agresiva de que la imaginería de Semana Santa es muy gay se hace de puntillas para que el colectivo no se apropie de lo que el documental considera que es del pueblo sevillano.

Y la lástima es que esta es la idea realmente original del documental. Parece que antes de plantearla tiene que hacer una apología del ritual de las procesiones en particular y de la religión católica en general. Así dedica un trozo largo a explicar por qué gente no ya del colectivo gay, sino progresista en general, puede participar de la vida religiosa y de la Semana Santa. Una reivindicación parecida y menos panfletaria la hizo Saura con el flamenco. Aunque en absoluto desarrollada, me gusta la idea del anticapitalismo que supone la institución eclesial.
Creo que la película flojea mucho al poner a gente a decir su experiencia personalísima de la religión. El problema de la relación entre la Iglesia, la homosexualidad y la imaginería es demasiado profundo, antiguo y complejo como para que se pueda decir algo interesante a partir de unas opiniones.

Sí me gusta cómo se describe la fascinación por las vírgenes. Esa descripción de sensación mística sólo durante el momento en el que pasa la imagen. Cómo le abruma la belleza cuando ve la imagen brillar al fondo de la calle… Estos relatos sí me interesan. También me gusta cómo se describe con fascinación el juego infantil que eran las procesiones representadas en el suelo de casa con una caja de fresas. Esta serie de testimonios creo que son interesantes en sí mismos, pero sólo en sí mismos. Porque al juntarlos todos se produce esa apología de la Semana Santa de la que hablaba antes.

Lo que es casi de vergüenza ajena es lo forzado que suena en algunos testimonios al mencionar el colectivo. Cada vez que lo oigo recuerdo la escasísima presencia femenina. Y es que aquí lo que se reivindica es una homosexualidad masculina muy concreta. Que es la que encarna el entrañable anciano de cuya muerte nos enteramos al inicio de los títulos de crédito finales. Una homosexualidad que no consiste tanto en la atracción sexual, sino en una feminidad propia de, como se solían llamar, maricones.

Me parece de agradecer que la reivindicación se haga bien lejos desde el individualismo atroz identitario al que nos tiene acostumbrados el colectivo. Ello hay que agradecérselo al carácter social de la religión católica. Dado que se trata de reivindicarse en una sociedad católica, debe hacerse apelando a una comunidad. Así apenas se habla de los descubrimientos y torturas personales que tanto gustan en los relatos melodramáticos en las salidas de armario y se centra mucho más en cómo se reacciona a esta conducta fuera de lo común en según cada círculo, en qué circunstancias y en qué niveles de oficialidad.

La banda sonora de BronQuio de los créditos es una maravilla.
12 de mayo de 2019 4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una película antibelicista casi siempre es bonita de ver. Si además está continuamente invocando el modo de vida americano y restregándoselo por la cara al público estadounidense, pasamos toda la película con una sonrisa un poco cruel.

El presente está en blanco y negro y los recuerdos en color. Tiene perfecta justificación dado lo que se cuenta, pero es distinto a lo que estamos acostumbrados. El presente suele ser en color y los recuerdos en escala de grises.

Hay tres asuntos principales que se tratan en esta película: la eutanasia, la guerra y el modo de vida americano; y una reflexión sobre el tiempo y los recuerdos.

El padre ultramaterialista frustrado por culpa del sueño americano. Considera que su mayor éxito es una caña de pescar. La verdad es que es muy triste y es una gran escena en la que le niega todo su amor a su hijo con absoluta naturalidad. No es una escena cruel, es la forma de entender la vida de ese hombre.

La eutanasia es el tema que me resulta más interesante. Me enfurece como a nadie ese espíritu hipócrita de defensa de la vida. El Estado no puede matar al soldado mutilado, sin embargo no ha tenido ningún reparo en mandarle a un frente donde arruinará su vida. Me interesa más el enfoque que recibe el asunto en “Mar adentro”. Aquí la negativa a eutanasiarle es por una cuestión política. En aquella película es un asunto moral. “Mar adentro” nos pone tristes y esta peli nos hace hervir la sangre.

En el aspecto de la crítica a EEUU hay un ataque bastante agresivo a la religión. Aparece la iglesia de forma muy expresionista. Un altar en mitad de un plató blanquísimo. Recuerda en cierto sentido a Jodorowsky. Una historia más uniforme y una edición más perfecta hacen que funcione mucho mejor esta peli. Es una película realmente blasfema. No se ataca gratuitamente a los símbolos que la población venera. Se pone a un mutilado de guerra frente a Jesucristo y le dice abiertamente que no tiene nada que ofrecerle. Todo el mundo ha repetido hasta la saciedad que Dios está con el ejército americano y Dios no les abandona: simplemente no tiene ningún remedio para ellos. Es muy bonito que en las escenas donde aparece Cristo los relojes de arena no se muevan. Él realmente está por encima del tiempo, no le niega los atributos que la tradición le da. En la pantalla aparece el mismo Dios en quien todo el mundo confía.
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Argumentalmente hay muchísimas cosas interesantes. No nos gusta mucho que la enfermera se enamore de él. No hay por dónde coger ese cariño hacia un ser sin cara. Se acepta para que coja más fuerza la imagen de ella intentando asfixiarle. Pero no hace falta estar enamorada para aplicarle justicia, basta con ser una buena persona.
Los delirios son perfectos. Es preciosa la escena en la que empieza a contar los días. Con esos planos rapidísimos, el monólogo veloz. ¡El tiempo es la salvación que Dios no le da! De ahí que su final sea más trágico al arrebatarle lo único que mantenía su equilibrio mental. Es cierto que una vez que sabemos que lleva mucho más de un año ahí postrado nos llama la atención que en todo ese tiempo no se le hubiera ocurrido lo del código morse. En todo momento tiene el mismo nivel de lucidez. Es necesario para que haya película, pero es bastante inverosímil.

En el recuerdo que protagoniza con su padre en mitad del bosque hay varios asuntos muy interesantes. La narración de cómo pierde la caña de pescar de su padre es magnífica. No hay una gran historia acerca de cómo la pierde. Simplemente es una información que se debe transmitir y se hace con un plano muy rápido, conciso y genialmente montado. En el bosque hay un cierto momento que se desarrolla al amanecer. Esto está hecho con noche americana. El sol brilla mucho y los árboles generan muchas sombras que tiran por tierra el efecto.
Magnífica la actuación del protagonista, en particular magnífica interpretación de los monólogos interiores.
2 de enero de 2019 4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Durante toda la película se crea una tensión, un suspense y una paranoia excelentes. Todo con sutilidad sin necesidad de efectismos y con las acciones muy medidas. Tenemos un protagonista cura que ha perdido la fe tras la muerte de su esposa en un accidente, hecho que no se nos muestra con especial sentimentalismo hasta el final de la película donde se empieza a preparar el final ñoño. Todos los dilemas que se van presentando son muy profundos.
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El exordio de la escena de la cena el protagonista ofrece a cada uno preparar su cena favorita, es evidente que cree que esa será la última cena. Este es el nivel de sutilidad. Cuando tiene miedo habla con un perro, no necesita hablar para sí mismo diciendo sus pensamientos. Se lo dice a un perro y nosotros ya entendemos todo lo que hay que entender.

Toda esta elegante construcción se rompe al final de la película cuando recupera las últimas palabras de quien fuera su exmujer para terminar con una escena de acción muy surrealista. Un mensaje en favor de la fe y la confianza, que si hay milagros… De esta forma el protagonista puede volver a ser cura y todo vuelve a su cauce. De los cielos bajaron unos seres superiores que devolvieron la fe a la humanidad ¿nos suena?

Puede parecer que no me ha gustado pero lo cierto es que, salvo el final, el resto de la película es impecable. La poderosa escena del cumpleaños que con tan solo una fracción de segundo de aparición del extraterrestre es suficiente para una atmósfera inquietante. Por otro lado, la escena de la despensa tan solo con unos ruidos se genera un clima que cierra con tan solo tres dedos y uno de los pocos sustos de la película.
5 de septiembre de 2020 3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Película homenaje a la noche berlinesa. Queriendo huir de estéticas de pistas de baile decide centrarse en los baños de las discotecas. De esta manera, la película hace gala de una intimidad con el tema que trata y así evita hacer esfuerzos con su guión para ganarla.

Las personas que vemos pasan la treintena sobradamente y su vida es la noche berlinesa. Quieren creer lo contrario: que su vida los ha llevado a refugiarse en la noche. Cada cual elabora un discurso absurdo y pretencioso acerca de por qué son especiales y por qué la sociedad biempensante les juzga duramente. Lo cierto es que no encontramos ningún relato que nos haga pensar que son juzgados. Por lo contrario, un tipo cuenta que viajó de Beirut a Berlín, donde encuentra una sociedad enormemente abierta y tolerante.

No sé las intenciones del autor. Pero una película que se promulga como un homenaje a estos clubes nocturnos se convierte en una ridiculización de la generación tecno. Recuerda en este sentido a películas de la aristocracia como “La gran belleza”. Esta gente no es lo que uno pensaría como alta sociedad, pero para pagar las ingentes cantidades de drogas que consumen hay que tener un nivel adquisitivo importante. Tenemos por tanto a una generación absolutamente improductiva y que se convencen a sí mismos con discursos rimbombantes de que si ellos dudan de la vida que llevan, es por la sociedad.
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Las conversaciones recuerdan mucho a la primera mitad de “Clímax”. En esos baños que hacen de confesionarios nadie se escucha. Cada cual lleva su discurso y sí interactúan entre ellos, tienen diálogos, pero no conversaciones. No hay nunca debate, frases vacías. Nunca se juzga a nadie pero porque nadie dice nada en contra de nada. Sólo se habla de sexo, drogas y algún comentario acerca de ser libre. En ese lugar todo el mundo es bisexual, no hay un conflicto ahí. Los baños que se nos muestran están plagados de drogas, nadie se posiciona en contra… Sólo vemos a personajes con mucha más autoestima que las gentes sin vidas que hacen la pantomima.

La puesta en escena es maravillosa por lo insistente e insistente por lo limitada. La mayor parte de la acción se desarrolla entre dos espacios dentro de los baños. Uno luminoso, claro y azul donde están los lavabos y espejos y otro oscuro y rojo donde están las cabinas. Aunque lo ronda, no llega a forzarse el sobadísimo contraste entre azul y naranja del cine actual. Me gusta mucho lo saturante que es el bit de la música que suena afuera. Nunca escuchamos música, tan solo el taladrante pulso. Los baños son un refugio pero la fiesta sigue fuera. Me gusta mucho también que las cabinas sean estrechísimas y aun así funcione bien el formato panorámico.

La protagonista se dedica a vender drogas en los baños. Va vestida con un sujetador de arneses, dejando sus pechos al aire toda la película. El desnudo se muestra sin mucha dificultad, pero el de esta chica es el que más aparece.
17 de junio de 2021
4 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Creo que a esta película le sienta muy mal España. Es anterior a “Amanece, que no es poco”, pero es una película tan potente que no es posible volver a ver a una persona crecer del suelo sin tomárnoslo a cachondeo. Del suelo nacen un niño y sus dos padres, los cuales le tratan como su fueran perros. Por eso el niño se encarga de cultivar a una abuela que le sirva de refugio en ese hogar. La abuela nace de una especie de capullo gigante que tiene plantado en una montaña de tierra encima de una cama. La idea de una montaña de arena nos remite a la rama de “Cabeza borradora” y de “Twin Peaks”.

En general la película me parece muy poco interesante y larga. Creo que lo más salvable es el aspecto. Los escenarios negrísimos y las paredes que se definen sólo con unas pocas líneas blancas. Los cambios de blanco y negro y el regreso al color creo que son muy poco interesantes. Como suele ocurrir con Lynch, las animaciones tampoco llevan a ningún lado.

Por tanto lo mejor que tiene la película es el niño. El aspecto de pieles blanquísimas y labios rojos es bonito. Es bonito igualmente su forma de andar como un muñeco. Especial énfasis en las escenas en las que su padre le regaña por haber mojado la cama.
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