You must be a loged user to know your affinity with Tomi Verceti
Críticas ordenadas por utilidad
Movie added to list
Movie removed from list
An error occurred
8
3 de abril de 2014
3 de abril de 2014
38 de 47 usuarios han encontrado esta crítica útil
Golfamente utilizo el título del más recomendable documental de piratas que haya visto jamás en los siete mares para ponérselo a mi crítica, pues bucaneros como yo no damos valor a la propiedad ajena. Ni a la propia. Ni a ninguna. Recomendado queda.
Para ser una serie que me ha encantado y que ya me tiene esperando por más, lo cierto es que la voy a poner a parir, pero es que las cosas buenas, aunque muchas, ya han sido mencionadas. Para comenzar sólo dar gracias por esta serie, al igual que las doy por "Vikings", porque con ambas vi por fin realizado mi sueño friki de ver buenas series basadas en algunas de mis ambientaciones históricas favoritas, con permiso de los gestores de residuos de Nueva Jersey. No voy a recalcar demasiado lo del realismo respecto a la vida pirata porque ya lo han hecho en las, de momento, pocas pero excelentes críticas.
No obstante, me gustaría que ese realismo se llevase un poco más allá, pues en la Historia existieron muchos de los personajes que aparecen en la serie. Las caracterizaciones de los mismos no son para nada malas, pero tampoco demasiado creíbles si los comparamos con lo poco que de ellos sabemos. Capitanes como Charles Vane, Jack "Calicó" Rackham o Benjamin Hornigold parecen tener cosas de sus homónimos reales, pero estas cosas parecen sólo rasgos potenciados para crear a los personajes basándose en unas pocas ideas. Algunos no son demasiado parecidos a la imagen que tengo de ellos, tan personal como cualquier otra. Pero me explicaré.
Por ejemplo, se dice de Vane que era violento y ruin hasta con su tripulación. Eso y que estaba rematadamente loco. Al Vane de la serie le va la violencia, pero no la regala. Y cuando lo hace es para mostrar una brutalidad que me recuerda más a una especie de bárbaro que al de un rastrero capitán de principios del XVIII. Y de rematadamente loco, nada de nada, bastante espabilado diría yo. Por otro lado Hornigold me recuerda más al "pirata sentado" que al auténtico. Puede que Jack Rackham sea el mejor representado de los tres, aunque desde mi punto de vista le falta bastante más mal genio y visceralidad. Aunque sí parece ser que era un avispado embaucador, como en la serie. Mención aparte merece Anne Bonney, personaje histórico más enigmático aún que el que nos ofrece la serie.
Y de entre todos los piratas que se emborracharon en esa playa, es posible que el más singular fuese el gran ausente de la fiesta: Edward Teach (o Thatch), alias "Barbanegra". Ignoro si su ausencia tiene que ver con razones comerciales, pues en verano se estrenará otra serie piratesca, "Crossbones", ambientanda en el mismo lugar y en la misma época, pero que al parecer se ceñirá más a los hechos históricos. Razones comerciales o no, me pasé toda la temporada buscando al viejo Ed. Que aparezca tan brevemente ;) no me sació lo suficiente. Voraz que es uno.
Acuso también esa falta de realismo histórico en la trama, a los acontecimientos en sí. Y eso que creo que Nassau tuvo que ser algo, cuando menos, bastante parecido a la que se nos presenta. Pero hay errores, no importantes, pero errores al fin y al cabo. Por ejemplo, el que se mencione varias veces Port Royal como destino de escape para los que quieren huir y cambiar de vida es un error en varios sentidos. Por un lado, porque tan mítica ciudad se había hundido en las aguas caribeñas un par de décadas antes y de ella quedaba apenas ruinas, motivo por el cual no era, realmente, muy buen destino para exiliarse. Y por otro lado porque, mientras existió, era el último sitio en donde un pirata iría para cambiar de vida. A lo sumo podría uno meterse a corsario, que tampoco es mucho cambio: unos cuantos papeles más y unos cuantos enemigos menos, pero en esencia el negociado en sí no variaba demasiado de lo practicado en las Bahamas.
Aparte de esta anacronía, que en el fondo sólo es un mero detalle, tampoco se puede decir que la serie narre lo acontecido en aquel lugar en aquel tiempo, porque por lo poco que sé, y con sólo una temporada vista (veamos en adelante), no lo hace, aunque sí que se inspira bastante. Quiero decir que lo acontecido allí no forma el centro de la trama, que es una historia ficticia original escrita para la ocasión, pero esta sí se enmarca en la historia real de la isla y a la larga sí presentará (intuyo) los sucesos más importantes para aquella suerte de república pirata. Si alguien no sabe nada sobre lo que sucedió en realidad allí, le recomendaría esperar a terminar la serie para informarse. La Historia siempre es el mayor espóiler, a veces puede esperar.
Sigo en el espóiler sin revelar fechas ni lugares de ahorcamientos, ubicaciones de tesoros ni rutas marítimas. Lo juro por la Yoli Roger.
Para ser una serie que me ha encantado y que ya me tiene esperando por más, lo cierto es que la voy a poner a parir, pero es que las cosas buenas, aunque muchas, ya han sido mencionadas. Para comenzar sólo dar gracias por esta serie, al igual que las doy por "Vikings", porque con ambas vi por fin realizado mi sueño friki de ver buenas series basadas en algunas de mis ambientaciones históricas favoritas, con permiso de los gestores de residuos de Nueva Jersey. No voy a recalcar demasiado lo del realismo respecto a la vida pirata porque ya lo han hecho en las, de momento, pocas pero excelentes críticas.
No obstante, me gustaría que ese realismo se llevase un poco más allá, pues en la Historia existieron muchos de los personajes que aparecen en la serie. Las caracterizaciones de los mismos no son para nada malas, pero tampoco demasiado creíbles si los comparamos con lo poco que de ellos sabemos. Capitanes como Charles Vane, Jack "Calicó" Rackham o Benjamin Hornigold parecen tener cosas de sus homónimos reales, pero estas cosas parecen sólo rasgos potenciados para crear a los personajes basándose en unas pocas ideas. Algunos no son demasiado parecidos a la imagen que tengo de ellos, tan personal como cualquier otra. Pero me explicaré.
Por ejemplo, se dice de Vane que era violento y ruin hasta con su tripulación. Eso y que estaba rematadamente loco. Al Vane de la serie le va la violencia, pero no la regala. Y cuando lo hace es para mostrar una brutalidad que me recuerda más a una especie de bárbaro que al de un rastrero capitán de principios del XVIII. Y de rematadamente loco, nada de nada, bastante espabilado diría yo. Por otro lado Hornigold me recuerda más al "pirata sentado" que al auténtico. Puede que Jack Rackham sea el mejor representado de los tres, aunque desde mi punto de vista le falta bastante más mal genio y visceralidad. Aunque sí parece ser que era un avispado embaucador, como en la serie. Mención aparte merece Anne Bonney, personaje histórico más enigmático aún que el que nos ofrece la serie.
Y de entre todos los piratas que se emborracharon en esa playa, es posible que el más singular fuese el gran ausente de la fiesta: Edward Teach (o Thatch), alias "Barbanegra". Ignoro si su ausencia tiene que ver con razones comerciales, pues en verano se estrenará otra serie piratesca, "Crossbones", ambientanda en el mismo lugar y en la misma época, pero que al parecer se ceñirá más a los hechos históricos. Razones comerciales o no, me pasé toda la temporada buscando al viejo Ed. Que aparezca tan brevemente ;) no me sació lo suficiente. Voraz que es uno.
Acuso también esa falta de realismo histórico en la trama, a los acontecimientos en sí. Y eso que creo que Nassau tuvo que ser algo, cuando menos, bastante parecido a la que se nos presenta. Pero hay errores, no importantes, pero errores al fin y al cabo. Por ejemplo, el que se mencione varias veces Port Royal como destino de escape para los que quieren huir y cambiar de vida es un error en varios sentidos. Por un lado, porque tan mítica ciudad se había hundido en las aguas caribeñas un par de décadas antes y de ella quedaba apenas ruinas, motivo por el cual no era, realmente, muy buen destino para exiliarse. Y por otro lado porque, mientras existió, era el último sitio en donde un pirata iría para cambiar de vida. A lo sumo podría uno meterse a corsario, que tampoco es mucho cambio: unos cuantos papeles más y unos cuantos enemigos menos, pero en esencia el negociado en sí no variaba demasiado de lo practicado en las Bahamas.
Aparte de esta anacronía, que en el fondo sólo es un mero detalle, tampoco se puede decir que la serie narre lo acontecido en aquel lugar en aquel tiempo, porque por lo poco que sé, y con sólo una temporada vista (veamos en adelante), no lo hace, aunque sí que se inspira bastante. Quiero decir que lo acontecido allí no forma el centro de la trama, que es una historia ficticia original escrita para la ocasión, pero esta sí se enmarca en la historia real de la isla y a la larga sí presentará (intuyo) los sucesos más importantes para aquella suerte de república pirata. Si alguien no sabe nada sobre lo que sucedió en realidad allí, le recomendaría esperar a terminar la serie para informarse. La Historia siempre es el mayor espóiler, a veces puede esperar.
Sigo en el espóiler sin revelar fechas ni lugares de ahorcamientos, ubicaciones de tesoros ni rutas marítimas. Lo juro por la Yoli Roger.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Otra cosa que tampoco me gustó demasiado fue que la trama se liase tanto en algunos momentos, por lo que me parece acertada la comparación con "Juego de tronos". Imagino que los propios guionistas envolvieron demasiado la madeja porque piensan que es lo que el público demanda. Y de dar al público lo que se supone que quiere, esta serie sabe un rato. No verás mamella poco apetecible ni héroe con michelines. No te aburrirás con la narración pausada de largas travesías ni los combates navales irán a ritmo de escuadra y cartabón. Aquí se pisa el acelerador del barco y, cuando no se hace, se lía la madeja lo que haya que liarla para que no se aburra ni Crom. Pero al menos su patente (y potente) comercialidad no es demasiado edulcorada, como ha sido habitual en el género a lo largo de los años. Me los imaginaba a todos y todas bastante más feos, pero no me molesta en absoluto.
Cabe decir que el cine y la tele nos tiene más que acostumbrados a anacronías y desvaríos históricos. Y por mucho que raje, en el fondo me importa un doblón el rigor histórico de los acontecimientos cuando el de la ambientación es excelente, como es el caso. Redundando, ahora sí, en lo que todos mencionan, aquí no veremos tiránicos capitanes Garfio, no buscaremos por enésima vez el legendario tesoro del Capitán Kidd, no oiremos el ya clásico "ho-ho-ho" ni portaremos un loro en el hombro para que nos ayude con el estribillo. Aquí se piratea de verdad, para bien o para mal. Trabajo duro. Mar azul. Sudor negro. Sangre carmesí...
Piratas sucios, vikingos sucios, vaqueros sucios. Eso es lo que yo me creo, aunque sea todo mentira. Quizá Charlie no sea Vane, Jack no sea Rackham, Ben no sera Hornigold y hasta puede que Anne sea demasiado bonita para ser Bonney. Pero estos piratas molan un huevo y parte del otro, y eso es más que suficiente para un marinero de agua dulce ávido de aventuras piratescas. Y no de esas aventuras que te cautivaban de niño. Sino aventuras reales, las que raramente acaban bien. Las que dentro del fervor, la violencia, la locura y la pasión guardan algo más. Guardan la miseria del hombre, su consciencia de la volatilidad de su paso por la Tierra (o por el Mar). Y cantan con notas sublimes la saloma de unos hombres, que, como todos, nacieron para morir. Casi siempre antes de lo debido.
Han visto cosas que nosotros ni creeríamos. No hablo de rayos gamma más allá de Orión, que también. Sino de cosas tanto o más impresionantes. En un abrir y cerrar de ojos el mundo corrompido de los imperios fabricó un enemigo que poco después era incapaz de contener. No mucho después lo había eliminado para siempre, como si nunca hubiese existido. En un mundo sin guerras hubiese sido el abrir y cerrar de ojos más violento de la Historia. Comparada a la violencia de los estados, la de estos hombres era un juego de niños disfrazados. Pero si comparamos el valor, el coraje e incluso la solidaridad... la cosa cambia.
Porque mientras ejércitos de valerosos hombres se aventuraron al Nuevo Mundo para defender y expandir las ideas y el dinero de otros, estos maltratados y malnacidos ex-esclavos. ex-convictos y pendencieros (ésto sin ex) se libraron por sí mismos y por la fuerza del yugo del ser humano, pagándole al mundo con su misma moneda: Mandándolo a la mierda. Y sin embargo, no pocas veces, se cuidaron entre ellos, dando incluso lugar a un primitivo seguro social que indemnizada por la pérdida de los miembros del cuerpo en función de su importancia. Si alguna vez en un "estado" reinaron la anarquía, la libertad, la igualdad, el orden y el caos, todo mezclado con mucho grog y mucha sangre.. para bien o para mal, sucedió en Nassau. 1715.
Cabe decir que el cine y la tele nos tiene más que acostumbrados a anacronías y desvaríos históricos. Y por mucho que raje, en el fondo me importa un doblón el rigor histórico de los acontecimientos cuando el de la ambientación es excelente, como es el caso. Redundando, ahora sí, en lo que todos mencionan, aquí no veremos tiránicos capitanes Garfio, no buscaremos por enésima vez el legendario tesoro del Capitán Kidd, no oiremos el ya clásico "ho-ho-ho" ni portaremos un loro en el hombro para que nos ayude con el estribillo. Aquí se piratea de verdad, para bien o para mal. Trabajo duro. Mar azul. Sudor negro. Sangre carmesí...
Piratas sucios, vikingos sucios, vaqueros sucios. Eso es lo que yo me creo, aunque sea todo mentira. Quizá Charlie no sea Vane, Jack no sea Rackham, Ben no sera Hornigold y hasta puede que Anne sea demasiado bonita para ser Bonney. Pero estos piratas molan un huevo y parte del otro, y eso es más que suficiente para un marinero de agua dulce ávido de aventuras piratescas. Y no de esas aventuras que te cautivaban de niño. Sino aventuras reales, las que raramente acaban bien. Las que dentro del fervor, la violencia, la locura y la pasión guardan algo más. Guardan la miseria del hombre, su consciencia de la volatilidad de su paso por la Tierra (o por el Mar). Y cantan con notas sublimes la saloma de unos hombres, que, como todos, nacieron para morir. Casi siempre antes de lo debido.
Han visto cosas que nosotros ni creeríamos. No hablo de rayos gamma más allá de Orión, que también. Sino de cosas tanto o más impresionantes. En un abrir y cerrar de ojos el mundo corrompido de los imperios fabricó un enemigo que poco después era incapaz de contener. No mucho después lo había eliminado para siempre, como si nunca hubiese existido. En un mundo sin guerras hubiese sido el abrir y cerrar de ojos más violento de la Historia. Comparada a la violencia de los estados, la de estos hombres era un juego de niños disfrazados. Pero si comparamos el valor, el coraje e incluso la solidaridad... la cosa cambia.
Porque mientras ejércitos de valerosos hombres se aventuraron al Nuevo Mundo para defender y expandir las ideas y el dinero de otros, estos maltratados y malnacidos ex-esclavos. ex-convictos y pendencieros (ésto sin ex) se libraron por sí mismos y por la fuerza del yugo del ser humano, pagándole al mundo con su misma moneda: Mandándolo a la mierda. Y sin embargo, no pocas veces, se cuidaron entre ellos, dando incluso lugar a un primitivo seguro social que indemnizada por la pérdida de los miembros del cuerpo en función de su importancia. Si alguna vez en un "estado" reinaron la anarquía, la libertad, la igualdad, el orden y el caos, todo mezclado con mucho grog y mucha sangre.. para bien o para mal, sucedió en Nassau. 1715.
Miniserie

5.7
955
9
25 de marzo de 2015
25 de marzo de 2015
12 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tal que así podríamos traducir el "satsu no hado", un poder incontrolable para el individuo que sucumbe ante él, concepto en torno al cual gira buena parte de la trama. Yo que no soy muy crédulo , dudaba de su existencia, hasta que con ánimo de reirme un poco decidí revisitar la peli aquella del Van Damme. La vi de pequeño y me quedé con cara de tonto, como todo el mundo, pero pensé que igual para entretenerme con sus fantasmadas podía valer. Pero no. Diez minutos duré. Y me hace pensar en lo que costó aquel engendro y lo que pudo constar la serie de la que hablamos. Y se me despierta el satsu no hado y las ganas de matar a la asquerosa industria toda.
Pero la diferencia no radica en el dinero. Sino en el respeto y en el amor. Porque si algo hay en "Assassin's Fist" es pura devoción por una obra. Se trata de la adaptación más fiel que un friki como yo haya podido contemplar. Y eso a pesar de la heterogeneidad del material del que se parte (estamos hablando de unos cuantos videojuegos, sí, pero de lucha, por lo que su historia consta de cinco minutos al principio - con suerte - y cinco al final - si te lo ganas -, a mayores de tres o cuatro películas animadas que se hicieron a la postre).
Y aunque el texto es escaso, la popularidad de la saga lo a llevado ha crecer. Así, habiendo varios vieojuegos numerados y numerosas reediciones de cada uno de estos, se nos juntan una cantidad inmensa de personajes, cada uno con su breve historia. Evidentemente no todos tienen la misma importancia en la trama ni la misma presencia a lo largo de la saga. En "Strret Fighter II: The Animated Movie" ya se hizo una película coral en la que tuvieron cabida los 16 personajes del videjuego aquel en su última edición, dando, claro está, más protagonismo a unos que a otros.
Pero esto no es anime, es una serie (o película) de imagen real, e intentar meter con calzador a más personajes de la cuenta hubiera pasado factura, tanto literalmente como a efectos de guión. Así que se han reducido a contar la historia de los protagonistas principales. Los clásicos son los clásicos y es incuestionable que si había que empezar por alguna historia, tenía que ser esta, la de Ryu y Ken. Habrá que esperar para ver los moñitos de Chun Li, pero hay que reconocerle a la pareja protagonista que llevan acompañándonos desde el principio, un ya lejano 1987.
Pues bien, con estos mimbres han logrado articular una gran historia centrándose en unos pocos personajes pero llenándolos de matices. No se me malinterprete, esto no es obviamente "El Padrino", pero me cuesta recordar una serie o película de artes marciales que se tome tan en serio a sí misma y que huya de llenar el metraje de acción y más acción. Aquí la hay y está bien hecha, se nota que se la curraron, pero también se cuenta una historia y se llena la pantalla con infinidad de guiños a la fuente original. La música del radiocasette o ver a tremendos luchadores pasándolo pipa viciando a la consola no tiene precio si eres friki de la saga.
La película (que aunque es una serie, en total dura dos horas y pico) es recomendable para todo el mundo que le gusten las artes marciales y muy especialmente para los que hayan disfrutado de los videojuegos o de los filmes de animación anteriores. De hecho, de todas las que hay, sólo la ya mencionada y clásica "Animated Movie" es equiparable en calidad.
El temido paso del anime a la imagen real debería pasarle factura tratándose de un producto de escaso presupuesto, pero nada más lejos de la realidad. A los ojos les cuesta adaptarse como dos minutos a lo que están viendo. El primer impacto no es del todo bueno, como cabía esperar, nadie es tan chachi como los dibujos animados (que se lo pregunten a Son Goku). Pero en cuanto el hombre tranquilo y el guerrero escarlata se empiezan a repartirse collejas, te meten en la pelea sin remisión. Un 10 al coreógrafo.
Nada más que agregar. Que la veáis, que leáis la otra crítica, la de "espadaninja", si no lo habéis hecho ya, pues suscribo nostálgico y sonriente cada palabra. Y que me despido con el colmillo afilado porque se cuenta que ya se está preparando la segunda temporada de este ejercicio de devoción videojueguil: "The World Warrior", trayéndonos de esta vez las aventuras de Chun Li y de Guile, como mínimo.
Pero la diferencia no radica en el dinero. Sino en el respeto y en el amor. Porque si algo hay en "Assassin's Fist" es pura devoción por una obra. Se trata de la adaptación más fiel que un friki como yo haya podido contemplar. Y eso a pesar de la heterogeneidad del material del que se parte (estamos hablando de unos cuantos videojuegos, sí, pero de lucha, por lo que su historia consta de cinco minutos al principio - con suerte - y cinco al final - si te lo ganas -, a mayores de tres o cuatro películas animadas que se hicieron a la postre).
Y aunque el texto es escaso, la popularidad de la saga lo a llevado ha crecer. Así, habiendo varios vieojuegos numerados y numerosas reediciones de cada uno de estos, se nos juntan una cantidad inmensa de personajes, cada uno con su breve historia. Evidentemente no todos tienen la misma importancia en la trama ni la misma presencia a lo largo de la saga. En "Strret Fighter II: The Animated Movie" ya se hizo una película coral en la que tuvieron cabida los 16 personajes del videjuego aquel en su última edición, dando, claro está, más protagonismo a unos que a otros.
Pero esto no es anime, es una serie (o película) de imagen real, e intentar meter con calzador a más personajes de la cuenta hubiera pasado factura, tanto literalmente como a efectos de guión. Así que se han reducido a contar la historia de los protagonistas principales. Los clásicos son los clásicos y es incuestionable que si había que empezar por alguna historia, tenía que ser esta, la de Ryu y Ken. Habrá que esperar para ver los moñitos de Chun Li, pero hay que reconocerle a la pareja protagonista que llevan acompañándonos desde el principio, un ya lejano 1987.
Pues bien, con estos mimbres han logrado articular una gran historia centrándose en unos pocos personajes pero llenándolos de matices. No se me malinterprete, esto no es obviamente "El Padrino", pero me cuesta recordar una serie o película de artes marciales que se tome tan en serio a sí misma y que huya de llenar el metraje de acción y más acción. Aquí la hay y está bien hecha, se nota que se la curraron, pero también se cuenta una historia y se llena la pantalla con infinidad de guiños a la fuente original. La música del radiocasette o ver a tremendos luchadores pasándolo pipa viciando a la consola no tiene precio si eres friki de la saga.
La película (que aunque es una serie, en total dura dos horas y pico) es recomendable para todo el mundo que le gusten las artes marciales y muy especialmente para los que hayan disfrutado de los videojuegos o de los filmes de animación anteriores. De hecho, de todas las que hay, sólo la ya mencionada y clásica "Animated Movie" es equiparable en calidad.
El temido paso del anime a la imagen real debería pasarle factura tratándose de un producto de escaso presupuesto, pero nada más lejos de la realidad. A los ojos les cuesta adaptarse como dos minutos a lo que están viendo. El primer impacto no es del todo bueno, como cabía esperar, nadie es tan chachi como los dibujos animados (que se lo pregunten a Son Goku). Pero en cuanto el hombre tranquilo y el guerrero escarlata se empiezan a repartirse collejas, te meten en la pelea sin remisión. Un 10 al coreógrafo.
Nada más que agregar. Que la veáis, que leáis la otra crítica, la de "espadaninja", si no lo habéis hecho ya, pues suscribo nostálgico y sonriente cada palabra. Y que me despido con el colmillo afilado porque se cuenta que ya se está preparando la segunda temporada de este ejercicio de devoción videojueguil: "The World Warrior", trayéndonos de esta vez las aventuras de Chun Li y de Guile, como mínimo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Más allá de la historia de Ryu y Ken, se nos narra la de su maestro Gouken y su hermano Gouki en el pasado. Aquí la narración es por momentos pausada, contra todo pronóstico, pero la historia está bellamente expuesta. Como detalle negativo (no va a ser todo tan chachi), no me gustó demasiado el actor que eligieron para hacer del maestro de joven, y no porque lo haga mal, sino porque no se le parece en nada al que hace de maestro mayor. Ni japonés me pareció (aquél), aunque sí que lo es.
6
20 de octubre de 2014
20 de octubre de 2014
8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me gustan los piratas, sus novelas, sus tratados, sus películas y hasta sus series, por malas que sean, que tampoco es que sea el caso (del todo). Y me gustan tanto que con el paso del tiempo en lugar de olvidarlos, uno va dejando a los Sparrows o Capitanes Garfio y pasándose a los Edward Teach, los Sir Francis Drake o los Bartholomew Roberts. Gente para los que la muerte no era sólo un cliffhanger al final del capítulo. Gente que si enterraba algún oro, lo hacía en las arcas del prostíbulo y no en una playa olvidada o una jungla infranqueable.
Esta serie se supone que va de eso. De piratas de verdad. Del mito, de la leyenda, del hombre. Barbanegra, del que se decía que medía dos metros y que tenía la barba, como no, bien negra. Que se prendía mechas en la barba y portando varios pares de pistolas acongojaba al más valiente de los lameculos del imperio. De lo poquísimo que sé de historia y aun con lo que dudo de ella, confío en que es cierta la teoría que coloca a Ed como un hombre que supo explotar muy bien los miedos de la gente, las exageraciones propias del boca a boca y demás inmundicias del alma humana.
Se dice que con pocos actos de barbarie generó una leyenda tan violenta y poderosa en el subconsciente colectivo, que su simple presencia acobardaba a sus vícitmas, con el consiguiente ahorro de sangre y de mercancías que eso conllevaba. No olvidemos que si matas a todos te buscarán más y que si hundes el barco te quedas sin nada. Esto era un negocio, señores, no una peli de aventuras ni las arroutadas de unos dementes.
Pero me voy a centrar en la serie, que me voy por los cerros. Creo que la serie explota esa imagen del Barbanegra embaucador que forja una leyenda que tiene más de eso que de realidad. Y llega al punto de presentarnos el personaje como casi opuesto físicamente a lo que la leyenda nos cuenta y que, supuestamente, creó él mismo con inteligentes intenciones.
Pero me parece excesivo. El histriónico Malkovich puede infundir respeto susurrando de vez en cuando barbaridades en la pantalla, pero ante avezados marinos y salvajes filibusteros del siglo XVIII, forjados en el trabajo que da un barco, familiarizados con el maltrato de sus imperios y experimentados en la batalla o la sangría que podía ser un abordaje... como que no me imagino a Johnny imponiendo el respeto que impone en la serie. Y para mí eso le resta mucha, muchísima credibilidad. Puede que Barbanegra no tuviese la barba ni negra, como Johhny (anda que costaba teñírsela), pero lo de que fue un hombre mínimamente robusto, de envergadura y carácter hostil (al menos de cara a la galería), no lo pongo en duda. Desde mi ignorancia, eso sí.
Por otro lado a este Barbanegra le falta hacer Feng-Shui. La acupuntura con sus grabados chinos debían ser un vicio de lo más esnob en el mil setecientos y pico. Y a lo mejor Eddie le pegaba a la acupuntura, qué sé yo. También se lo dibuja como un hombre versado en mil ámbitos, de solemnes y reviradas palabras que susurra con un tono de autoridad educadísima que no interrumpe ni cuando conjuga el verbo "deshollar". También me lo puedo llegar a creer, pero imagino que sobrecubierta y ante un abordaje, se guardaría los refinamientos y sacaría los gruñidos y exabruptos, como debe ser. Como no hay abordaje alguno, no pasa nada, pero de eso ya hablaremos.
Siguiendo con el tema, se puede caracterizar como un poquito arcaico el trato de los diálogos. Y es que esta forma de hablar a lo Errol Flynn no la presenta sólo Barbanegra. En esta serie todos son de un refinamiento excelso. Lógico que el antagonista, o más bien protagonista, lo sea, pues se le supone cirujano a la par que agente del imperio. Pero que toda la puñetera villa se exprese cual Guybrush Threepwood es un poco delirante, por mucho que me dibujen una sonrisa haciéndome recordar aquellos maravillosos combates de insultos.
Normalmente se pinta a los piratas con menos discurso, con exabruptos se entienden, con la única excepción del capitán, siempre algo más versado, o incluso del segundo de a bordo, que a menudo traduce la verborrea del capitán a sus ígnaros secuaces. No hay término medio. Aquí todos estudiaron en Salamanca y tienen un resorte para dar respuestas inteligentes y elegantísimas en cero coma segundos. No trates de vacilarlos, te rompen fijo. Habrán dejado a tu madre por los suelos mientras intentas comprender cuán bellamente te han injuriado. ¿Mola? En el fondo un poco sí, pero más por la nostalgia de las viejas películas (y videojuegos) que por el realismo que esto pueda aportar (más pien poco). Pero aunque no cuadra mucho, hace divertidilla la serie.
Por otro lado, se echa de menos un segundo de a bordo con carisma, aunque no le toque traducir ni mediar. En otra serie de este año "Black Sails" (parecida en muchas cosas, aunque mejor en mi opinión) sí que había un "consiglieri" con importancia en la trama y bien interpretado. Aquí tenemos a los dos antagonistas, a sus chicas, al tonto noble, al noble acabao, a los malotes (friki, chico y chica), a los demás filibusteros y meretrices que los rodean en el pueblo y, por supuesto, a los imperios y su característica crueldad. Buen elenco y buenas interpretaciones (algunas), pero falta mucho pirata por aquí. Y mucho mar.
No he terminado la serie, voy por la mitad un poco más, pero de momento, marinería, la justa. Más bien mucho camarote, mucha escena de sigilo y emocion "uy que lo pillan", un poco de jungla y alguna postal maravillosa del Caribe (o el mar que lo interprete, que no lo sé). Pero todo muy eso, muy postal. Casi cuadra mejor como obra de teatro, con tanto camarote y tanta postal de fondo.
Sigo sin espóilers.
Esta serie se supone que va de eso. De piratas de verdad. Del mito, de la leyenda, del hombre. Barbanegra, del que se decía que medía dos metros y que tenía la barba, como no, bien negra. Que se prendía mechas en la barba y portando varios pares de pistolas acongojaba al más valiente de los lameculos del imperio. De lo poquísimo que sé de historia y aun con lo que dudo de ella, confío en que es cierta la teoría que coloca a Ed como un hombre que supo explotar muy bien los miedos de la gente, las exageraciones propias del boca a boca y demás inmundicias del alma humana.
Se dice que con pocos actos de barbarie generó una leyenda tan violenta y poderosa en el subconsciente colectivo, que su simple presencia acobardaba a sus vícitmas, con el consiguiente ahorro de sangre y de mercancías que eso conllevaba. No olvidemos que si matas a todos te buscarán más y que si hundes el barco te quedas sin nada. Esto era un negocio, señores, no una peli de aventuras ni las arroutadas de unos dementes.
Pero me voy a centrar en la serie, que me voy por los cerros. Creo que la serie explota esa imagen del Barbanegra embaucador que forja una leyenda que tiene más de eso que de realidad. Y llega al punto de presentarnos el personaje como casi opuesto físicamente a lo que la leyenda nos cuenta y que, supuestamente, creó él mismo con inteligentes intenciones.
Pero me parece excesivo. El histriónico Malkovich puede infundir respeto susurrando de vez en cuando barbaridades en la pantalla, pero ante avezados marinos y salvajes filibusteros del siglo XVIII, forjados en el trabajo que da un barco, familiarizados con el maltrato de sus imperios y experimentados en la batalla o la sangría que podía ser un abordaje... como que no me imagino a Johnny imponiendo el respeto que impone en la serie. Y para mí eso le resta mucha, muchísima credibilidad. Puede que Barbanegra no tuviese la barba ni negra, como Johhny (anda que costaba teñírsela), pero lo de que fue un hombre mínimamente robusto, de envergadura y carácter hostil (al menos de cara a la galería), no lo pongo en duda. Desde mi ignorancia, eso sí.
Por otro lado a este Barbanegra le falta hacer Feng-Shui. La acupuntura con sus grabados chinos debían ser un vicio de lo más esnob en el mil setecientos y pico. Y a lo mejor Eddie le pegaba a la acupuntura, qué sé yo. También se lo dibuja como un hombre versado en mil ámbitos, de solemnes y reviradas palabras que susurra con un tono de autoridad educadísima que no interrumpe ni cuando conjuga el verbo "deshollar". También me lo puedo llegar a creer, pero imagino que sobrecubierta y ante un abordaje, se guardaría los refinamientos y sacaría los gruñidos y exabruptos, como debe ser. Como no hay abordaje alguno, no pasa nada, pero de eso ya hablaremos.
Siguiendo con el tema, se puede caracterizar como un poquito arcaico el trato de los diálogos. Y es que esta forma de hablar a lo Errol Flynn no la presenta sólo Barbanegra. En esta serie todos son de un refinamiento excelso. Lógico que el antagonista, o más bien protagonista, lo sea, pues se le supone cirujano a la par que agente del imperio. Pero que toda la puñetera villa se exprese cual Guybrush Threepwood es un poco delirante, por mucho que me dibujen una sonrisa haciéndome recordar aquellos maravillosos combates de insultos.
Normalmente se pinta a los piratas con menos discurso, con exabruptos se entienden, con la única excepción del capitán, siempre algo más versado, o incluso del segundo de a bordo, que a menudo traduce la verborrea del capitán a sus ígnaros secuaces. No hay término medio. Aquí todos estudiaron en Salamanca y tienen un resorte para dar respuestas inteligentes y elegantísimas en cero coma segundos. No trates de vacilarlos, te rompen fijo. Habrán dejado a tu madre por los suelos mientras intentas comprender cuán bellamente te han injuriado. ¿Mola? En el fondo un poco sí, pero más por la nostalgia de las viejas películas (y videojuegos) que por el realismo que esto pueda aportar (más pien poco). Pero aunque no cuadra mucho, hace divertidilla la serie.
Por otro lado, se echa de menos un segundo de a bordo con carisma, aunque no le toque traducir ni mediar. En otra serie de este año "Black Sails" (parecida en muchas cosas, aunque mejor en mi opinión) sí que había un "consiglieri" con importancia en la trama y bien interpretado. Aquí tenemos a los dos antagonistas, a sus chicas, al tonto noble, al noble acabao, a los malotes (friki, chico y chica), a los demás filibusteros y meretrices que los rodean en el pueblo y, por supuesto, a los imperios y su característica crueldad. Buen elenco y buenas interpretaciones (algunas), pero falta mucho pirata por aquí. Y mucho mar.
No he terminado la serie, voy por la mitad un poco más, pero de momento, marinería, la justa. Más bien mucho camarote, mucha escena de sigilo y emocion "uy que lo pillan", un poco de jungla y alguna postal maravillosa del Caribe (o el mar que lo interprete, que no lo sé). Pero todo muy eso, muy postal. Casi cuadra mejor como obra de teatro, con tanto camarote y tanta postal de fondo.
Sigo sin espóilers.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Me refiero a que, al menos de momento, ni un abordaje (bueno sí, uno al principio, pero tan prontío y tan poco memorable que ni me acordaba a la primera, me he tenido que esforzar...). Poco "levad el ancla", poco "barco a la vista" y poco movimiento, en definitiva. Es una serie de piratas con los barcos amarrados en los muelles, lo que, en cierto sentido, es imperdonable. Pero yo se lo perdono porque soy muy de perdonar.
Crom me libre de ser yo el que pida más acción en el cine cuando la mayoría de pelis carecen de diálogos y hasta de guión, pero en la tele es otra cosa, hay muy buenas series con buenísimos guiones y buenísimas escenas de acción, las justas y necesarias. No demando cantidad, tan sólo la presencia que se le supone en un producto de estas características. Piratas conspirando está bien, pero espero que en los cuatro capítulos que me quedan levanten el culo de su utópico trono y se salpiquen un poco.
En algún capítulo hacen algún breve viaje a otras islas, eso sí, pero no se recrean nada en el trayecto. No pido que graben la travesía entera ni que nos ilustren sobre cartas náuticas, pero parece que con el ansia de llegar al destino se les olvida disfrutar del viaje, tanto metafórica como literalmente. Y es que, aunque el viaje sea corto, todo puede pasar con piratas de por medio (que se lo pregunten a los piratas de Astérix).
En definitiva, y para no alargarme más (aún). Típica serie de antagonistas enfrentados y a la vez respetados mutuamente, de esas en las que los dos, sin combatir directamente, se baten en duelo durante casi todo el metraje con mucho arte y consideración. Añade artimañas, secretos, traiciones, cornamentas, envidias, ambiciones... Telenovela. Cambias hospitales por muelles y ya está. Pero también puedo decir lo mismo de "Juego de Tronos" y no me atrevo. Por que me cuelgan de un árbol en Invernalia, y con razón. Da igual si una serie es una telenovela, si te diviertes viéndola.
Tal vez a todo el mundo nos intriguen los culebrones. Lo que pasa que cada uno nos lo tomamos en nuestro plato. Y nos parece que los demás comen culebras, y nosotros anguilas. Pero no. Depende de la salsa. Con salsa de amoríos en la Venezuela noventera para las (o los) marujas de la época. Hospitales, institutos, comisarías... todos han pasado por el aro de disfrazar historias de amoríos, traiciones, cornamentas y todo lo mencionado. Es posible que, en su casi orgánica lucha por imponer su especie, el culebrón haya alcanzado ámbitos antes inalcanzables. Como las bandas criminales, las epopeyas medievales o las aventuras piratescas.
Para mí ese aire de culebrón teatral y esa verborrea tan selecta no son los defectos de la serie. Me corta más el rollo ver a un Barbanegra tan distorsionado. Parece John Malkovich creyéndose importante interpretando a un tal John Malkovich que se cree importante. El tío lo hace bien, pero no es, ni a mil millas náuticas, Edward Teach.
Hubiera sido maravillosa la oportunidad de ver a un actor de tal calibre interpretando a un personaje histórico de calibre tal. Pero el bueno de Johnny y su vanidad, en lugar de eso, nos ofrecen un "y sin Johnny fuese capitán pirata e inexplicablemente diese mucho miedo". Johnny hace tan suyo el personaje, que acaba deformándolo para interpretarse a sí mismo, una vez más. Y van... O a lo mejor Johnny es tan bueno que sólo lo veo a él, se vista como se vista. Pero no creo.
Por lo demás, si te olvidas de que va de Barbanegra, la serie es divertida si no eres muy exigente. Y si te gustan las palmeras, el grog, ver cómo zurran a españoles e ingleses por igual y te hace gracia ver gente con aquellos calcetos hasta la rodilla y en pantalón corto, te lo pasarás pipa, como yo.
Y ahora sí, ya para terminar, una mención especial a la novia de Barbanegra, que diga de Johnny, Lo mejor de la serie.
Crom me libre de ser yo el que pida más acción en el cine cuando la mayoría de pelis carecen de diálogos y hasta de guión, pero en la tele es otra cosa, hay muy buenas series con buenísimos guiones y buenísimas escenas de acción, las justas y necesarias. No demando cantidad, tan sólo la presencia que se le supone en un producto de estas características. Piratas conspirando está bien, pero espero que en los cuatro capítulos que me quedan levanten el culo de su utópico trono y se salpiquen un poco.
En algún capítulo hacen algún breve viaje a otras islas, eso sí, pero no se recrean nada en el trayecto. No pido que graben la travesía entera ni que nos ilustren sobre cartas náuticas, pero parece que con el ansia de llegar al destino se les olvida disfrutar del viaje, tanto metafórica como literalmente. Y es que, aunque el viaje sea corto, todo puede pasar con piratas de por medio (que se lo pregunten a los piratas de Astérix).
En definitiva, y para no alargarme más (aún). Típica serie de antagonistas enfrentados y a la vez respetados mutuamente, de esas en las que los dos, sin combatir directamente, se baten en duelo durante casi todo el metraje con mucho arte y consideración. Añade artimañas, secretos, traiciones, cornamentas, envidias, ambiciones... Telenovela. Cambias hospitales por muelles y ya está. Pero también puedo decir lo mismo de "Juego de Tronos" y no me atrevo. Por que me cuelgan de un árbol en Invernalia, y con razón. Da igual si una serie es una telenovela, si te diviertes viéndola.
Tal vez a todo el mundo nos intriguen los culebrones. Lo que pasa que cada uno nos lo tomamos en nuestro plato. Y nos parece que los demás comen culebras, y nosotros anguilas. Pero no. Depende de la salsa. Con salsa de amoríos en la Venezuela noventera para las (o los) marujas de la época. Hospitales, institutos, comisarías... todos han pasado por el aro de disfrazar historias de amoríos, traiciones, cornamentas y todo lo mencionado. Es posible que, en su casi orgánica lucha por imponer su especie, el culebrón haya alcanzado ámbitos antes inalcanzables. Como las bandas criminales, las epopeyas medievales o las aventuras piratescas.
Para mí ese aire de culebrón teatral y esa verborrea tan selecta no son los defectos de la serie. Me corta más el rollo ver a un Barbanegra tan distorsionado. Parece John Malkovich creyéndose importante interpretando a un tal John Malkovich que se cree importante. El tío lo hace bien, pero no es, ni a mil millas náuticas, Edward Teach.
Hubiera sido maravillosa la oportunidad de ver a un actor de tal calibre interpretando a un personaje histórico de calibre tal. Pero el bueno de Johnny y su vanidad, en lugar de eso, nos ofrecen un "y sin Johnny fuese capitán pirata e inexplicablemente diese mucho miedo". Johnny hace tan suyo el personaje, que acaba deformándolo para interpretarse a sí mismo, una vez más. Y van... O a lo mejor Johnny es tan bueno que sólo lo veo a él, se vista como se vista. Pero no creo.
Por lo demás, si te olvidas de que va de Barbanegra, la serie es divertida si no eres muy exigente. Y si te gustan las palmeras, el grog, ver cómo zurran a españoles e ingleses por igual y te hace gracia ver gente con aquellos calcetos hasta la rodilla y en pantalón corto, te lo pasarás pipa, como yo.
Y ahora sí, ya para terminar, una mención especial a la novia de Barbanegra, que diga de Johnny, Lo mejor de la serie.
8
18 de abril de 2015
18 de abril de 2015
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
En los tiempos de la restauración imperial, los nuevos poderes se aprovechan de las tropas organizadas por civiles para allanarses el terreno en los pueblos campesinos, prometiendo reducciones de impuestos y la eliminación de las deudas. Mifune "El León Rojo" es un alocado e idealista componente de las tropas populares de Sekiho, que ilusionado solicita a sus superiores el poder encargarse de difundir la buena nueva en su pueblo natal, con el honorable objetivo de liberar a la gente y presumir de peluca.
Es increíble como un tristísimo episodio de la historia de Japón puede dar lugar a una comedia tan animada, y a la vez no perder ese hálito de la tragedia que realmente fue. Mucha culpa la tiene Mifune, que, como siempre, lo borda. Red Lion es ingenuo, tartamudo, de origen humilde y demasiado idealista para entender la realidad. Pero es tan valiente y tan pasional que nada de ésto tiene importancia.
Acompañándolo tenemos una serie de personajes que conviven en el pueblo a cada cual más delirante. Desde los caciques de toda la vida que no saben a qué atenerse con esto de la restauración, hasta un joven y revolucionario carterista que sabe contar en inglés, sin olvidarnos de las mujeres del pueblo, cada cual mejor, o el mercenario Hanzo.
En fin, una gran película, una gran comedia, un gran drama y una lección de historia, te guste o no el género de samurais. Es casi un relato atemporal que se repite con los años y en todas partes. Para ver con la sonrisa en los labios, el lacrimal humedecido y, si puede ser, con una gran peluca roja.
Es increíble como un tristísimo episodio de la historia de Japón puede dar lugar a una comedia tan animada, y a la vez no perder ese hálito de la tragedia que realmente fue. Mucha culpa la tiene Mifune, que, como siempre, lo borda. Red Lion es ingenuo, tartamudo, de origen humilde y demasiado idealista para entender la realidad. Pero es tan valiente y tan pasional que nada de ésto tiene importancia.
Acompañándolo tenemos una serie de personajes que conviven en el pueblo a cada cual más delirante. Desde los caciques de toda la vida que no saben a qué atenerse con esto de la restauración, hasta un joven y revolucionario carterista que sabe contar en inglés, sin olvidarnos de las mujeres del pueblo, cada cual mejor, o el mercenario Hanzo.
En fin, una gran película, una gran comedia, un gran drama y una lección de historia, te guste o no el género de samurais. Es casi un relato atemporal que se repite con los años y en todas partes. Para ver con la sonrisa en los labios, el lacrimal humedecido y, si puede ser, con una gran peluca roja.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
O de cómo cambiar todo para no cambiar nada. Las tropas de Sekiho, como se muestra en el film, fuero asesinadas por los mismos que las empujaron a actuar. Ante la "imposibilidad" de cumplir lo pactado, el nuevo gobierno se cargó al mensajero, culpándolo de hacer falsas promesas. El cambio del shogunato a la restauración no podía empezar mejor. Hanzo, el nihilista ronin, parece ser el único que se entera. Cambia el blasón de la bandera. Nada más.

6.7
38
7
17 de abril de 2015
17 de abril de 2015
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Buena cinta de ninjas, samurais, señores feudales y hasta el shogun. El reparto lo borda, Mifune el primero, aunque en esta ocasión tenemos una cinta un poco más coral que las habituales que suele protagonizar. Aquí tanto Tsuruta (el Sasaki Kojiro de la trilogía del Samurai Miyamoto Musashi) como el resto de actores y actrices son muy creíbles. El ritmo de la cinta no decae pero deja la conclusión para su secuela. Muy de agradecer la estética más o menos realista. Mucho mejores esos ninjas con cestos en la cabeza que los ya clásicos de uniforme negro azabache. Al parecer este modelo es erróneo y se copió de los tramoyistas del teatro kabuki, así que, como digo, mucho mejor con cestos en la cabeza. Imprescindible para los amantes del cine de ninjas o de samurais.
Más sobre Tomi Verceti
Cancelar
Limpiar
Aplicar
Filters & Sorts
You can change filter options and sorts from here