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7.6
59,318
9
10 de febrero de 2014
10 de febrero de 2014
10 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
La absoluta tristeza que gobierna la premisa de la cinta pronostica un desfile de escenas fáciles y lacrimógenas, un retrato de un drama epicéntrico y tópico. No os dejéis engañar. El miedo a la muerte, a las despedidas y a los finales está presente en "Mi vida sin mí", pero lo que hace de esta película algo especial es el brillo de los contornos. La sonrisa detrás de la tragedia. Las ganas de vivir desesperadas que transmite de un modo contenido. El encuentro del amor en mitad de la tormenta. El amor inoportuno, inasequible, inesperado.
Un guión excelente, una elegancia inusitada al tratar temas poco apetecibles, una narrativa eficaz y absorbente, un personaje protagonista soberbio, carismático, maravillosamente interpretado. Flojean algunos de los secundarios, pero no manchan el maravilloso resultado final. "Mi vida sin mí" es un reflejo de esperanza desde lo más profundo de la tristeza.
Un guión excelente, una elegancia inusitada al tratar temas poco apetecibles, una narrativa eficaz y absorbente, un personaje protagonista soberbio, carismático, maravillosamente interpretado. Flojean algunos de los secundarios, pero no manchan el maravilloso resultado final. "Mi vida sin mí" es un reflejo de esperanza desde lo más profundo de la tristeza.

7.9
131,574
8
9 de marzo de 2009
9 de marzo de 2009
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay tres cosas en esta película que han conseguido elevarla casi al nivel de un clásico moderno. Sólo tres cositas:
1-Calidad
Extrema calidad. Es Pixar elevado al cuadrado. Las cosas que en la animación han de ser simples, lo son; mientras las que deben ser complejas, gozan del más mínimo detalle. En particular, hay dos elementos que destacan por encima del resto:
* La expresión de los personajes principales. Los pocos elementos con los que Wall·E puede expresar sus emociones se utilizan de una manera tan magistral que casi nos olvidamos de que no es humano. Los ojos, las manos, la manera en que se esconde dentro de sí mismo… Lo mejor es que Eva tampoco se queda atrás.
* La banda sonora se entreteje con la historia logrando que la poesía tome cuerpo en algunos (muchos) momentos. Sobre todo, pero no únicamente, en los que sirven para presentarnos al protagonista de la historia.
2-Cabeza
Lejos de limitarse al mero entretenimiento o a inyectarnos algo de moralina, tal y como nos tenía acostumbrados el antiguo mundo de la animación (con muchas y honrosas excepciones, por supuesto), Wall·E deja un gran espacio a la reflexión. Nos quita por momentos la pantalla que cubre nuestra vista para enseñarnos el mundo tal y como es. Y lo hace sin mostrarnos ese mundo, nos invita a descubrirlo dentro de nosotros mismos.
Por supuesto, la película tiene una premisa de sencillez que hace que algún punto del argumento resulte excesivamente simplista. Pero seguramente prescindir de la sencillez significaría prescindir de la magia. Seguramente las explicaciones a hechos aparentemente imposibles, lejos de conseguir una película más realista e inteligente, nos harían dejar de creer en el cuento que estamos viendo. Porque Wall·E no deja de ser un cuento, una larga metáfora, lanzada no sólo al alma del espectador, sino también a su raciocinio.
3-Corazón
Pero, desde luego, toca el alma del espectador. Con un millón de detalles que consiguieron mantener mi piel de gallina durante la mayor parte del metraje. El protagonista de la cinta es, posiblemente, el personaje más entrañable que se ha visto en las pantallas de cine en mucho tiempo. El tiempo que dura la presentación del personaje es suficiente para que nos enamoremos de él, de cómo es fiel a una tarea que parece no tener ningún sentido, y de cómo, lejos de vivir por y para esta tarea, busca otras pequeñas cosas que en su soledad puedan llegar a llenarle…
Ver, tras esta presentación, cómo crece la relación de los dos protagonistas es casi una vivencia, a pesar de que ambos sean robots fruto de la animación. Sus gestos y los cambios que se producen en cada uno, nos tocan como leves caricias.
Y además está… todo lo demás: los homenajes cinematográficos, la belleza extraña de los escenarios, los momentos de carcajada, los excelentes secundarios, incluso la dulce moralina.
En resumen, un soberbio espectáculo, que trasciende la pantalla. Elegante, inteligente y sensible.
1-Calidad
Extrema calidad. Es Pixar elevado al cuadrado. Las cosas que en la animación han de ser simples, lo son; mientras las que deben ser complejas, gozan del más mínimo detalle. En particular, hay dos elementos que destacan por encima del resto:
* La expresión de los personajes principales. Los pocos elementos con los que Wall·E puede expresar sus emociones se utilizan de una manera tan magistral que casi nos olvidamos de que no es humano. Los ojos, las manos, la manera en que se esconde dentro de sí mismo… Lo mejor es que Eva tampoco se queda atrás.
* La banda sonora se entreteje con la historia logrando que la poesía tome cuerpo en algunos (muchos) momentos. Sobre todo, pero no únicamente, en los que sirven para presentarnos al protagonista de la historia.
2-Cabeza
Lejos de limitarse al mero entretenimiento o a inyectarnos algo de moralina, tal y como nos tenía acostumbrados el antiguo mundo de la animación (con muchas y honrosas excepciones, por supuesto), Wall·E deja un gran espacio a la reflexión. Nos quita por momentos la pantalla que cubre nuestra vista para enseñarnos el mundo tal y como es. Y lo hace sin mostrarnos ese mundo, nos invita a descubrirlo dentro de nosotros mismos.
Por supuesto, la película tiene una premisa de sencillez que hace que algún punto del argumento resulte excesivamente simplista. Pero seguramente prescindir de la sencillez significaría prescindir de la magia. Seguramente las explicaciones a hechos aparentemente imposibles, lejos de conseguir una película más realista e inteligente, nos harían dejar de creer en el cuento que estamos viendo. Porque Wall·E no deja de ser un cuento, una larga metáfora, lanzada no sólo al alma del espectador, sino también a su raciocinio.
3-Corazón
Pero, desde luego, toca el alma del espectador. Con un millón de detalles que consiguieron mantener mi piel de gallina durante la mayor parte del metraje. El protagonista de la cinta es, posiblemente, el personaje más entrañable que se ha visto en las pantallas de cine en mucho tiempo. El tiempo que dura la presentación del personaje es suficiente para que nos enamoremos de él, de cómo es fiel a una tarea que parece no tener ningún sentido, y de cómo, lejos de vivir por y para esta tarea, busca otras pequeñas cosas que en su soledad puedan llegar a llenarle…
Ver, tras esta presentación, cómo crece la relación de los dos protagonistas es casi una vivencia, a pesar de que ambos sean robots fruto de la animación. Sus gestos y los cambios que se producen en cada uno, nos tocan como leves caricias.
Y además está… todo lo demás: los homenajes cinematográficos, la belleza extraña de los escenarios, los momentos de carcajada, los excelentes secundarios, incluso la dulce moralina.
En resumen, un soberbio espectáculo, que trasciende la pantalla. Elegante, inteligente y sensible.

8.2
149,769
8
23 de marzo de 2009
23 de marzo de 2009
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una nueva buena obra del Sr. Eastwood, solamente empañada por lo obvio que resulta el ejercicio moralizador presente en casi toda la película. Uno de sus puntos más destacados, un elenco de personajes con el que nos resulta posible empatizar, que evolucionan de un modo muy plausible durante el metraje e interpretados con suma solvencia. Sobre todo el que le toca al tío Clint, por supuesto.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Y como ejemplos de lo negativo, una de las últimas escenas de la película, la situada en el clímax de la trama, en la que se nos muestra sin ningún tipo de pudor cómo el cascarrabias que había dado la espalda a tantas cosas (entre ellas su fe), se redime al caer al suelo formando una perfecta cruz latina. El plano es hermoso, sin duda, pero eso no resta puerilidad al gesto.

6.9
37,834
8
10 de marzo de 2022
10 de marzo de 2022
5 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
The Batman arranca ya de un modo difícilmente superable, tanto con la presentación de Enigma, como con la del hombre murciélago: esa voz en off hablando del miedo y las sombras. Con sólo este inicio, quizás ya quede claro que estamos ante la que posiblemente sea la mejor adaptación del personaje (que no su mejor película).
Todo lo demás, también acompaña: una música excelente; la ambientación de una Gotham sórdida, oscura y cruel; unos secundarios que lo bordan (mi preferido, el Pingüino, pero ojo a Selina Kyle)... Incluso la trama fluye bastante bien pese a las largas tres horas de metraje.
Es cierto también que algunas de las cosas que deberían ser más impactantes, ya las habíamos visto en The Dark Knight. Hay mucho del Joker de Ledger en el Riddler de Dano, sobre todo en el tercio final, pero eso no desmerece la composición e interpretación de este villano central de la película.
Volviendo a los aspectos más positivos, hablemos de la acción. Tanto por cómo está filmada (la escena de las ametralladoras en la oscuridad, o el final de la persecución en Batmóvil - por cierto, ambas las habíamos visto en los tráilers), como por la forma en la que se enfrenta Batman a ella, la acción de la película resulta potentísima. Y nos sirve para entender que estamos ante un Batman brutal, roto, al que parece que le da igual todo (pero, eso sí, su código moral ni se cuestiona). Muy bien Pattinson en esa faceta.
Como Bruce Wayne ya me gusta menos, aunque no sea realmente achacable al actor, sino al guión. Bruce también está roto, como su alter ego, es algo que nos muestran claramente, y esto en sí no tiene nada de malo, pero personalmente me gusta mucho más la dualidad radical del personaje que vemos en otras historias: Batman cargando con toda la oscuridad, mientras Bruce lleva su disfraz de millonario despreocupado. Ese juego en el que se desliza que la personalidad falsa es la del hombre, mientras la piel real es la del héroe, no está presente en esta cinta.
En definitiva una muy buena película de Batman y un muy buen thriller (me he ahorrado mencionar que es la primera vez que vemos al Batman detective y las comparaciones con Seven porque para qué). Para mí sigue detrás de Batman Begins y, por supuesto, de The Dark Knight, porque Nolan es mucho Nolan, pero eso no es un desprecio en absoluto. Gracias a productos de esta calidad, el Hombre Murciélago seguirá creciendo en nuestro imaginario por muchos años más.
Todo lo demás, también acompaña: una música excelente; la ambientación de una Gotham sórdida, oscura y cruel; unos secundarios que lo bordan (mi preferido, el Pingüino, pero ojo a Selina Kyle)... Incluso la trama fluye bastante bien pese a las largas tres horas de metraje.
Es cierto también que algunas de las cosas que deberían ser más impactantes, ya las habíamos visto en The Dark Knight. Hay mucho del Joker de Ledger en el Riddler de Dano, sobre todo en el tercio final, pero eso no desmerece la composición e interpretación de este villano central de la película.
Volviendo a los aspectos más positivos, hablemos de la acción. Tanto por cómo está filmada (la escena de las ametralladoras en la oscuridad, o el final de la persecución en Batmóvil - por cierto, ambas las habíamos visto en los tráilers), como por la forma en la que se enfrenta Batman a ella, la acción de la película resulta potentísima. Y nos sirve para entender que estamos ante un Batman brutal, roto, al que parece que le da igual todo (pero, eso sí, su código moral ni se cuestiona). Muy bien Pattinson en esa faceta.
Como Bruce Wayne ya me gusta menos, aunque no sea realmente achacable al actor, sino al guión. Bruce también está roto, como su alter ego, es algo que nos muestran claramente, y esto en sí no tiene nada de malo, pero personalmente me gusta mucho más la dualidad radical del personaje que vemos en otras historias: Batman cargando con toda la oscuridad, mientras Bruce lleva su disfraz de millonario despreocupado. Ese juego en el que se desliza que la personalidad falsa es la del hombre, mientras la piel real es la del héroe, no está presente en esta cinta.
En definitiva una muy buena película de Batman y un muy buen thriller (me he ahorrado mencionar que es la primera vez que vemos al Batman detective y las comparaciones con Seven porque para qué). Para mí sigue detrás de Batman Begins y, por supuesto, de The Dark Knight, porque Nolan es mucho Nolan, pero eso no es un desprecio en absoluto. Gracias a productos de esta calidad, el Hombre Murciélago seguirá creciendo en nuestro imaginario por muchos años más.

6.1
17,433
4
12 de noviembre de 2015
12 de noviembre de 2015
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
La cosa empieza bien. El planteamiento de la cinta no sorprende, es habitual dentro del género, y funciona sin problemas durante cosa de media hora. Johnny Depp convence, Benedict Cumberbatch nos hace querer que su personaje fuera más relevante en la historia y nos entretenemos mientras vemos una historia que podríamos haber visto ya, no estamos seguros del todo.
Pero, de repente, algo falla. Miramos el reloj. Bostezamos. ¿Qué ha pasado durante los últimos 20 minutos? Ni idea. ¿Por qué ya me da igual todo el mundo? Ni idea. ¿Queda mucho? Sí. Son dos horas que se hacen larguísimas porque, aunque pasan cosas, nada cambia realmente. Hay muchos elementos en la trama que no se usan con profundidad, ni inteligencia... cada intento de explicarnos cómo afectan a los personajes algunas de las cosas que les ocurren fracasa estrepitosamente: vemos los distintos eventos y entendemos su fuerza, pero ésta no se traduce en una evolución para nadie.
El resultado de estos fracasos acaba siendo una desconexión entre la historia de este gangster irlandés y nosotros, bostezando en la butaca y pidiendo clemencia, no para Johnny Depp (que está bien, sí, pero tampoco de Oscar, ni muchísimo menos), sino para nuestras almas impacientes por salir del cine.
Pero, de repente, algo falla. Miramos el reloj. Bostezamos. ¿Qué ha pasado durante los últimos 20 minutos? Ni idea. ¿Por qué ya me da igual todo el mundo? Ni idea. ¿Queda mucho? Sí. Son dos horas que se hacen larguísimas porque, aunque pasan cosas, nada cambia realmente. Hay muchos elementos en la trama que no se usan con profundidad, ni inteligencia... cada intento de explicarnos cómo afectan a los personajes algunas de las cosas que les ocurren fracasa estrepitosamente: vemos los distintos eventos y entendemos su fuerza, pero ésta no se traduce en una evolución para nadie.
El resultado de estos fracasos acaba siendo una desconexión entre la historia de este gangster irlandés y nosotros, bostezando en la butaca y pidiendo clemencia, no para Johnny Depp (que está bien, sí, pero tampoco de Oscar, ni muchísimo menos), sino para nuestras almas impacientes por salir del cine.
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