Rara, inquietante, misteriosa, llámalo como quieras, pero esta película es un caso. Y verla ha cambiado por completo mi concepto sobre lo que "drama psicológico" significa.

Personalmente soy muy malo a la hora de descifrar esta clase de películas, en las que el argumento se va desvelando poco a poco hasta que al final todo tiene sentido. Soy la típica persona a la que le tienes que explicar la película cuando se acaba, y quizá por ello esta película me ha impactado tanto.

Una película que te deja perplejo, que te hace reflexionar sobre la vida, sobre el miedo, sobre el valor de la familia, sobre el valor, pero sobre todo, sobre la profundidad de la psicología humana. Con una interpretación de quitarse el sombrero por parte de Jake Gyllenhaal, se consigue a un protagonista capaz de inquietar al espectador, transmitiéndole su angustia vital, sus problemas, temores y sentimientos en todo momento. Por esto es por lo que me gusta este género, pero nunca pensé que una actuación pudiese llegar a transmitir tantísimo como lo logra Jake Gyllenhaal. Para mí, es esta interpretación el centro del filme. Independientemente de si eres de los que se quedan con lo que ven, o de los que captan a la primera todos los símbolos y metáforas de las películas, de esta vas a salir con una visión mucho más profunda de la psicología del ser humano y de lo que ésta es capaz de hacer.

Tras ver esta película sales satisfecho, pero aún así hay algo que no me deja darle una gran puntuación, quizá es por esa intranquilidad de la que no me pude desprender durante esa interminable pero provechosa hora y media.