Excelente, brillante, entrañable, maravillosa... y un sin fin de buenos calificativos que pueden definir esta genial comedia-drama-romántico. David O. Russell ha dado con la fórmula perfecta para que esta película sea del tipo que te atrapa y te encandila desde el inicio.

La gran calidad técnica de este film ayudan aún más a que el espectador casi se involucre, o más bien, se introduzca en la cabeza de Pat. Una cámara en constante movimiento que para nada resulta ni molesta ni cansina; da precisamente el movimiento justo que se necesita para crear tensión cuando la situación lo requiere, o la precisión de los planos y contraplanos que estimulan el desarrollo de la película hacia algo cercano, algo que parece salir de la pantalla y envolvernos como si formáramos parte de la secuencia.

Si a una perfecta ejecución técnica, añadimos un cast -que voy a calificar de super lujo- tenemos la producción perfecta. Magnifico Bradley Cooper que no parece estar interpretando, sencillamente hace que su personaje realmente exista, lo hace creíble y eso es sensacional; olvidas al "guaperas" para ver al desquiciado Pat al que en ocasiones casi deseas abrazar y consolar.

Y si magnifico esta él, Jennifer Lawrence está grandiosa, roba cada escena en la que interviene; la fuerza y la magnitud de su interpretación son asombrosas.
Y por supuesto, Robert De Niro y Jackie Weaver que hacen su labor de padres de Pat con un magistral trabajo ambos. Merecidísimas nominaciones tanto para los protagonistas como para estos dos excelentes secundarios; como he dicho antes, cast de lujo.

Una película gratificante, envolvente, brillante e hipnotizadora. Una historia que atrapa y que te acerca a la experiencia real gracias a una formidable ejecución técnica. Sales del cine con una imborrable y sincera sonrisa.