El argumento me llamó la atención; pensé que sería interesante, máxime cuando se trata de la adaptación de un manga, faceta en la que los japoneses son maestros. Bueno, pues tras visionar casi toda la primera temporada -me faltan los dos últimos episodios-, debo decir que me ha decepcionado. Vale que algunas situaciones en las que se ven los protagonistas son ocurrentes, pero otras dejan mucho que desear; además, los actores son malos de narices, hasta el punto que llegan a dar algo de vergüencita ajena en determinadas escenas. Algunos personajes parecen que los han copiado literalmente de un comic, en estética y comportamiento, lo cual me acaba resultando ridículo. Terminaré de verla por averiguar cómo acaba la cosa, guardándola después en el rincón del olvido...

La mejor ciencia ficción de la última década... Después de ver esta serie, que ya va por su quinta temporada, la penúltima, cualquier otra cosa del género se me antoja excesivamente fantasiosa; tendré que volver a readaptarme. En todo caso, esta serie bien puede ser vista incluso por quienes sean poco amigos de la ciencia ficción porque tiene unas bases que la engarzan con nuestras circunstancias presentes como especie; hay conflicto internacional, guerra fría, intriga política, ambiciones personales, buenas intenciones y un guiño a la obra cumbre de la literatura española que me encanta. Todo lo anterior envuelto en un escenario que puede ser muy probable en el futuro y que permanece sujeto a los límites de la física, lo cual hace la historia más creíble y cercana a la realidad.

La primera temporada está aderezada, además, con un puntito de cine "noir" que la hace, si cabe, aún más atractiva, y la última publicada (penúltima en el cómputo total), muestra un nivel de cariño y madurez en su realización, yo diría que exquisito, lo cual es muy de agradecer, habida cuenta del maltrato inflingido por parte del canal SyFy, que canceló la serie, siendo rescatada por Netflix, primero, y por Amazon Prime, después...

Inverosímil aunque sea cierto; cuesta creer que un pequeño grupo de "don nadies" fuese capaz de montar semejante dispositivo de espionaje, además a la potencia nuclear más hermética, denostada, temida y, por ende, desconfiada del planeta. Igual ha sido posible por la desesperación de los norcoreanos por obtener fuentes de financiación sorteando el bloqueo económico, igual es que resulta más sencillo que lo que vemos en las películas de espías, o una combinación de ambas circunstancias. También pudiera ser que el documental no logra transmitir la dificultad de dicho dispositivo ni las posibles consecuencias para los protagonistas; será el famoso carácter nórdico...

Vista la primera temporada y comenzada a ver la segunda (dos episodios), según avanzas uno va vislumbrando que se trata de una versión muy libre de la historia real de los Miami en los 90 del siglo pasado, lo cual no es óbice para disfrutar porque la serie tiene una factura, casi diría, impecable; engancha desde el principio, con personajes potentes y muy bien interpretados, en un contexto familiar, al menos para quienes vivimos esos años con una edad que ya presumía cierto uso de razón. En definitiva, buena serie para disfrutar...

Serie de seis episodios que conforma una intriga en torno al protagonista principal que sirve para desgranar reflexiones morales y éticas referidas a la sociedad actual. La trama resulta interesante, construida con solvencia, exenta de los típicos "ramalazos" del género, la mayoría importados, lo cual la hace más cercana a nuestra realidad, y con un final a la altura de las expectativas que va generando según se visiona cada episodio. Se nota que la realización se ha hecho cuidando todos los detalles y con la elegancia que caracteriza a Mateo Gil. Sin duda, de lo mejorcito que se ha estrenado en 2020.