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Críticas ordenadas por utilidad
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7.2
9,866
10
8 de abril de 2010
8 de abril de 2010
51 de 54 usuarios han encontrado esta crítica útil
Este film que sin duda alguna colocaría los primeros asentamientos de un género que conocemos en el cine como ciencia ficción, no sólo por su narrativa y los temas que abarca sino por la utilización de algo que hoy en día no podría concebirse si nos referimos a película de la ciencia ficción, hablamos claro está de los Efectos Visuales.
Para entender el valor de este film debemos haber conocido antes a las dos figuras que sin su aportación no sería posible esta película, el creador de la historia y el que la mostró desde un punto de vista: el escritor H.G. Wells y director George Pal.
Sabido esto, la trama es sencilla: un individuo cuya identidad siempre permanece en el anónimo –para dar mayor veracidad a la historia- inventa un artilugio que le permite viajar en el tiempo y se va hacia un futuro lejano, exactamente al año 802.001 (*). Entonces el viajero del tiempo, descubre en aquella lejana Tierra, la humanidad tal como hoy la conocemos ya no existe y ha evolucionado en dos especies: los Elois y los Morloks. Pero aquel mundo desconocido para él, encierra más misterios de los cuales tendrá que desentrañarlos con las únicas armas que tiene: sus dotes deductivas y su intelecto científico. Descubriendo que aquel paraíso terrenal oculta el auténtico infierno.
(*) Una fecha donde ningún visionario excepto Wells podría reputar lo que allí ve, convirtiéndose la mente del escritor en la autentica Máquina del Tiempo.
Sin embargo, debemos recordar que “El tiempo en sus Manos” es una adaptación cinematográfica, y por tanto encontramos algunas divergencias respecto a la novela , como pueden ser: el aspecto de los Elois y los Morlocks (que el mismo director diseñó) difieren por los descritos por Wells ya que la época en que fue rodada no existían los medios técnicos en la industria del maquillaje para caracterizarlos; otra diferencia llamativa es que en ningún momento el viajero del tiempo puede "hablar" con ningún ser del futuro -algo lógico ya que en ese futuro casi infinito seguramente ningunas de nuestras lenguas hubieran sobrevivido-... cosa que George Pal lo resuelve este obstáculo con gran ingenio en gran parte debido a que sería impensable en los años 60 una película carente de diálogos con el único sustento de una voz en off; y por último el otro cambio más relevante: el origen de las razas.
Mientras que Wells había un claro mensaje de lucha de contra la distinción de clases en donde los Morloks eran el producto de una evolución de la clase proletariada que esclavizada por el trabajo con las maquinas son obligados a vivir en las entrañas de la tierra aislada del aire limpio (tal como ocurriría en tiempos de la revolución industrial en Inglaterra) y los Elois no son otra cosa que la evolución de la clase burguesa que vivía suntuosamente sin ningún tipo de preocupaciones; ... este mensaje de una mente social demócrata era imposible mostrarlo al público norteamericano que perseguía cualquier idea que alimentara el comunismo,...
Para entender el valor de este film debemos haber conocido antes a las dos figuras que sin su aportación no sería posible esta película, el creador de la historia y el que la mostró desde un punto de vista: el escritor H.G. Wells y director George Pal.
Sabido esto, la trama es sencilla: un individuo cuya identidad siempre permanece en el anónimo –para dar mayor veracidad a la historia- inventa un artilugio que le permite viajar en el tiempo y se va hacia un futuro lejano, exactamente al año 802.001 (*). Entonces el viajero del tiempo, descubre en aquella lejana Tierra, la humanidad tal como hoy la conocemos ya no existe y ha evolucionado en dos especies: los Elois y los Morloks. Pero aquel mundo desconocido para él, encierra más misterios de los cuales tendrá que desentrañarlos con las únicas armas que tiene: sus dotes deductivas y su intelecto científico. Descubriendo que aquel paraíso terrenal oculta el auténtico infierno.
(*) Una fecha donde ningún visionario excepto Wells podría reputar lo que allí ve, convirtiéndose la mente del escritor en la autentica Máquina del Tiempo.
Sin embargo, debemos recordar que “El tiempo en sus Manos” es una adaptación cinematográfica, y por tanto encontramos algunas divergencias respecto a la novela , como pueden ser: el aspecto de los Elois y los Morlocks (que el mismo director diseñó) difieren por los descritos por Wells ya que la época en que fue rodada no existían los medios técnicos en la industria del maquillaje para caracterizarlos; otra diferencia llamativa es que en ningún momento el viajero del tiempo puede "hablar" con ningún ser del futuro -algo lógico ya que en ese futuro casi infinito seguramente ningunas de nuestras lenguas hubieran sobrevivido-... cosa que George Pal lo resuelve este obstáculo con gran ingenio en gran parte debido a que sería impensable en los años 60 una película carente de diálogos con el único sustento de una voz en off; y por último el otro cambio más relevante: el origen de las razas.
Mientras que Wells había un claro mensaje de lucha de contra la distinción de clases en donde los Morloks eran el producto de una evolución de la clase proletariada que esclavizada por el trabajo con las maquinas son obligados a vivir en las entrañas de la tierra aislada del aire limpio (tal como ocurriría en tiempos de la revolución industrial en Inglaterra) y los Elois no son otra cosa que la evolución de la clase burguesa que vivía suntuosamente sin ningún tipo de preocupaciones; ... este mensaje de una mente social demócrata era imposible mostrarlo al público norteamericano que perseguía cualquier idea que alimentara el comunismo,...
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
... así que George Pal hizo nuevamente uso de su gran ingenio y lo transformo esta génesis como un producto de una Guerra Nuclear, convirtiendo magistralmente el sonido de la sirena usaba para llamar a los trabajadores al comienzo de su jornada en una señal de alarma de un ataque aéreo. Estos cambios, a pesar de parecer significativos, no traicionan el espíritu de la novela y es sin duda alguna El Tiempo en sus manos la versión más fiel llevada al cine.
Tanto Wells como George Pal tiene la capacidad de sintetizar algo complejo de forma que sea comprensible por la inmensa mayoría, por ejemplo Wells nos explica claramente los conceptos de Tiempo y cómo podemos desplazarnos en él de forma bastante didáctica. Crea una máquina sin apenas caer en detalles descriptivos o funcionales, simplificando el control de este complejísimo mecanismo capaz de realizar la torsión del espacio-tiempo en una palanca que si la movemos hacia delante va al Futuro y si la movemos hacia atrás va al Pasado, mostrándose el tiempo transcurrido en un contador. Vemos como eso queda perfectamente plasmado en el film y como George Pal nos muestra algo tan abstracto como el transcurso del tiempo magníficamente a través de los objetos cotidianos y de los cambios que se producen en la naturaleza y que nosotros -prisioneros del tiempo- a simple vista no percibimos, utilizando para ello técnicas de stop-motion. El Tiempo por tanto no es solo medido por lo que indica el indicador de años, sino por actos que el viajero del tiempo ira viendo como el florecer de una rosa o la construcción de un edificio. George Pal añade también al viajero del tiempo pequeñas paradas (no contempladas en la novela) en su viaje hacia el futuro y notando el transcurso del tiempo no sólo en el entorno cambiante, sino en las costumbres y en las personas que va dejando atrás. De esta forma consigue que el salto cuantitativo tan enorme en el tiempo sea asimilado por el espectador.
Respecto al reparto destacar a Rod Taylor como “el Viajero del Tiempo”, su interpretación encaja a la perfección dándole un nivel de credibilidad y de similitud que se aproxima al personaje de la novela, añadiendo a su ansiosa curiosidad científica y su moralidad victoriana (algo adelantada). Alan Young como el fiel e ingenuo amigo "el escritor" y la hermosa actriz Yvette Mimieux en el papel de la eloi llamada Weena hacen un trabajo correcto, teniendo en cuenta las limitaciones que la propia historia les tiene designada a estos personajes.
La música está a cargo de Russell Garcia que mediante sus composiciones donde toman protagonismo los violines impregnan un carácter melancólico al viaje del viajero del tiempo.
“El Tiempo es sus manos”, es titulo imprescindible para cualquier aficionado del cine y amante de la Ciencia Ficción. Se podría –permítanme esta comparación- considerarla como un reloj mecánico de cuerda, quizás no tenga toda la exactitud que pueda tener un reloj digital, pero guarda en él un cierto encanto.
Tanto Wells como George Pal tiene la capacidad de sintetizar algo complejo de forma que sea comprensible por la inmensa mayoría, por ejemplo Wells nos explica claramente los conceptos de Tiempo y cómo podemos desplazarnos en él de forma bastante didáctica. Crea una máquina sin apenas caer en detalles descriptivos o funcionales, simplificando el control de este complejísimo mecanismo capaz de realizar la torsión del espacio-tiempo en una palanca que si la movemos hacia delante va al Futuro y si la movemos hacia atrás va al Pasado, mostrándose el tiempo transcurrido en un contador. Vemos como eso queda perfectamente plasmado en el film y como George Pal nos muestra algo tan abstracto como el transcurso del tiempo magníficamente a través de los objetos cotidianos y de los cambios que se producen en la naturaleza y que nosotros -prisioneros del tiempo- a simple vista no percibimos, utilizando para ello técnicas de stop-motion. El Tiempo por tanto no es solo medido por lo que indica el indicador de años, sino por actos que el viajero del tiempo ira viendo como el florecer de una rosa o la construcción de un edificio. George Pal añade también al viajero del tiempo pequeñas paradas (no contempladas en la novela) en su viaje hacia el futuro y notando el transcurso del tiempo no sólo en el entorno cambiante, sino en las costumbres y en las personas que va dejando atrás. De esta forma consigue que el salto cuantitativo tan enorme en el tiempo sea asimilado por el espectador.
Respecto al reparto destacar a Rod Taylor como “el Viajero del Tiempo”, su interpretación encaja a la perfección dándole un nivel de credibilidad y de similitud que se aproxima al personaje de la novela, añadiendo a su ansiosa curiosidad científica y su moralidad victoriana (algo adelantada). Alan Young como el fiel e ingenuo amigo "el escritor" y la hermosa actriz Yvette Mimieux en el papel de la eloi llamada Weena hacen un trabajo correcto, teniendo en cuenta las limitaciones que la propia historia les tiene designada a estos personajes.
La música está a cargo de Russell Garcia que mediante sus composiciones donde toman protagonismo los violines impregnan un carácter melancólico al viaje del viajero del tiempo.
“El Tiempo es sus manos”, es titulo imprescindible para cualquier aficionado del cine y amante de la Ciencia Ficción. Se podría –permítanme esta comparación- considerarla como un reloj mecánico de cuerda, quizás no tenga toda la exactitud que pueda tener un reloj digital, pero guarda en él un cierto encanto.

7.0
51,770
9
11 de mayo de 2010
11 de mayo de 2010
32 de 36 usuarios han encontrado esta crítica útil
30 de Octubre. Es la Noche del Diablo, la noche que precede a Halloween, conocida así porque los delincuentes llenan de incendios la ciudad para recrear el Infierno en la tierra. En esta noche la anarquía impera en las calles y la policía poco puede hacer por evitarlo. Lo sabe bien el oficial Albrecht (Ernie Hudson), que ha sido llamado por un caso de homicidio: en su víspera de bodas una pareja de jóvenes aparece brutalmente asesinada en su apartamento. Uno de ellos, el chico, es Eric Draven (Brandon Lee), un cantante de un grupo de punk-rock, y ella Shelly Webster (Sofia Shinas). Sólo su mejor amiga, la pequeña Sarah (Rochelle Davis) llorará por ellos. Compadeciéndose de la misma, Albrecht la consuela convirtiéndose a partir de ese momento en su mejor amigo. La dramática situación, finalmente queda en que, simplemente, "unos buenos chicos en el lugar y momento equivocados". No hay testigos y el caso queda archivado como otra víctima más de la Noche del Diablo.
Un año después de esos trágicos acontecimientos, con la llamada de un cuervo, el cuerpo de Eric recobra de nuevo la vida y emerge desde su tumba. Este cuervo no sólo le ayudará a recordar quién era y lo que le sucedió, sino que le guiará en el tortuoso camino de su venganza... porque esta noche, la Noche del Diablo, los causantes de aquel crimen tendrán una cita con la muerte en forma de fantasma, y tras de él se abrirán las puertas del infierno.
En 1994 el novel director Alex Proyas (Dark City) se daría a conocer mundialmente gracias a esta cinta, que es una adaptación de la novela gráfica de James O'Barr del mismo nombre. Esta adaptación difiere sustancialmente en algunos aspectos: como la escena del crimen y su forma en la que Eric y Shelly son asesinados, la obsesión por auto-mutilarse mediante cortes para acallar el dolor que le corroe por la pérdida de su amada, la figura del cuervo que de ser una entidad casi etérea que sólo puede ver el protagonista pasa a encarnarse en un cuervo de carne y hueso (el cual tiene un nexo espiritual con Eric concediéndole sus sentidos y sus poderes) y sobretodo la violencia en el film mostrada que se aleja bastante de la brutalidad y sadismo con que Eric lleva a cabo su cometido. Pero estas diferencias en contra de lo que podría pensarse, no traicionan para nada a la obra de O'Barr sino que la eleva, aportando momentos no contemplados en el cómic y consiguiendo una pieza que complementa perfectamente a la obra dibujada allá por 1989.
Alex Proyas, con la ayuda del director de fotografía Dariusz Wolski (que repetió trabajo en Dark City) consigue sumergirnos en una ciudad carente de color en sus calles, de catedrales abandonadas, edificios inhabilitados, con una lluvia perpetua que no es más que el reflejo del alma atormentada de Eric.
El cuervo es una película que nos habla de la posibilidad de que un día podemos perder todo aquello que tenemos, todo aquello que amamos sobre todas las cosas..
#continúa en el spolier por falta de espacio#
Un año después de esos trágicos acontecimientos, con la llamada de un cuervo, el cuerpo de Eric recobra de nuevo la vida y emerge desde su tumba. Este cuervo no sólo le ayudará a recordar quién era y lo que le sucedió, sino que le guiará en el tortuoso camino de su venganza... porque esta noche, la Noche del Diablo, los causantes de aquel crimen tendrán una cita con la muerte en forma de fantasma, y tras de él se abrirán las puertas del infierno.
En 1994 el novel director Alex Proyas (Dark City) se daría a conocer mundialmente gracias a esta cinta, que es una adaptación de la novela gráfica de James O'Barr del mismo nombre. Esta adaptación difiere sustancialmente en algunos aspectos: como la escena del crimen y su forma en la que Eric y Shelly son asesinados, la obsesión por auto-mutilarse mediante cortes para acallar el dolor que le corroe por la pérdida de su amada, la figura del cuervo que de ser una entidad casi etérea que sólo puede ver el protagonista pasa a encarnarse en un cuervo de carne y hueso (el cual tiene un nexo espiritual con Eric concediéndole sus sentidos y sus poderes) y sobretodo la violencia en el film mostrada que se aleja bastante de la brutalidad y sadismo con que Eric lleva a cabo su cometido. Pero estas diferencias en contra de lo que podría pensarse, no traicionan para nada a la obra de O'Barr sino que la eleva, aportando momentos no contemplados en el cómic y consiguiendo una pieza que complementa perfectamente a la obra dibujada allá por 1989.
Alex Proyas, con la ayuda del director de fotografía Dariusz Wolski (que repetió trabajo en Dark City) consigue sumergirnos en una ciudad carente de color en sus calles, de catedrales abandonadas, edificios inhabilitados, con una lluvia perpetua que no es más que el reflejo del alma atormentada de Eric.
El cuervo es una película que nos habla de la posibilidad de que un día podemos perder todo aquello que tenemos, todo aquello que amamos sobre todas las cosas..
#continúa en el spolier por falta de espacio#
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
...y que para ello nadie nos ha preparado y que ni la religión ni nuestro raciocinio pueden darnos respuestas del porqué se justifica esta pérdida. O'Barr nos habló entre sus páginas de que la rabia más grande por el vacío producido por una perdida no puede ser saciada con una justicia (divina o humana). La ira por tal sinrazón no puede apagar el dolor por la pérdida arrancada, pero la sangre de los causantes puede menguarla. Por tanto, la violencia que vemos en la película no es gratuita sino que es una fiel imagen de la ira que retiene el personaje.
El papel de Eric Draven está magistralmente llevado a cabo por Brandon Lee, que no sólo se adaptaba perfectamente aportando su atlético cuerpo y melancólico rostro, sino que con su interpretación consiguió sus cotas más altas en su truncada carrera. Carrera que terminó fatalmente en el rodaje de esta película con un disparo en una de las escenas de tiroteos y que hizo plantearse al equipo no finalizar el rodaje, viéndose obligados los responsables a usar imágenes digitalizadas del mismo actor en algunas escenas. Brandon Lee hace del personaje que sea creíble, mostrándonos como un hombre enamorado y culto (capaz de citar a Poe o a Milton) se transforma en un ser oscuro y lleno de furia, transmitiendo perfectamente al espectador todo el dolor y el odio que Eric encierra.
La valía de un hombre se mide por la importancia de sus enemigos, y en El cuervo también podríamos trasladarla en lo que respecta a lo interpretativo, destacando a Michael Wincott en el papel de Top Dolar (Días extraños) como el psicópata que antepone sus intereses a cualquier ápice de humanidad; a David Patrick Kelly (The Warriors) haciendo de T-bird ese líder desalmado que siente arrepentirse cuando ve su final; la sensual y manipuladora Ling Bai (El laberinto rojo) en el papel de Myca y Jon Polito (Muerte entre las flores) que lo borda haciendo del "entrañable" usurero Gideon.
Respecto al resto del reparto lamentar el desaprovechamiento del personaje de Shelly Webster, que si bien es uno de los ejes centrales en el cual giraba la obra, en la película sólo es un recuerdo de Eric, sin todo el peso y carga que podría mostrar su inmensa perdida.
En relación a la banda sonora, la música está llevada por Graeme Revell (La caja china) el cual hace un correcto trabajo realizando su "score". Pero el peso emocional de la misma está en la selección de canciones de grupos de hard rock, y heavy metal que dan forma y fuerza al camino de la venganza tomado por Eric y recrea los ambientes donde deambulan los criminales. Destacando el tema "Burn" de The Cure, que se creó expresamente para esta película.
En definitiva, El cuervo es un film imprescindible no sólo para los aficionados a los cómics o fanáticos del mundo gótico, sino para cinéfilos amantes del cine de acción, para almas asqueadas de tanta injusticia y para aquellos que creen que la muerte no puede arrebatarnos lo que más queremos.
El papel de Eric Draven está magistralmente llevado a cabo por Brandon Lee, que no sólo se adaptaba perfectamente aportando su atlético cuerpo y melancólico rostro, sino que con su interpretación consiguió sus cotas más altas en su truncada carrera. Carrera que terminó fatalmente en el rodaje de esta película con un disparo en una de las escenas de tiroteos y que hizo plantearse al equipo no finalizar el rodaje, viéndose obligados los responsables a usar imágenes digitalizadas del mismo actor en algunas escenas. Brandon Lee hace del personaje que sea creíble, mostrándonos como un hombre enamorado y culto (capaz de citar a Poe o a Milton) se transforma en un ser oscuro y lleno de furia, transmitiendo perfectamente al espectador todo el dolor y el odio que Eric encierra.
La valía de un hombre se mide por la importancia de sus enemigos, y en El cuervo también podríamos trasladarla en lo que respecta a lo interpretativo, destacando a Michael Wincott en el papel de Top Dolar (Días extraños) como el psicópata que antepone sus intereses a cualquier ápice de humanidad; a David Patrick Kelly (The Warriors) haciendo de T-bird ese líder desalmado que siente arrepentirse cuando ve su final; la sensual y manipuladora Ling Bai (El laberinto rojo) en el papel de Myca y Jon Polito (Muerte entre las flores) que lo borda haciendo del "entrañable" usurero Gideon.
Respecto al resto del reparto lamentar el desaprovechamiento del personaje de Shelly Webster, que si bien es uno de los ejes centrales en el cual giraba la obra, en la película sólo es un recuerdo de Eric, sin todo el peso y carga que podría mostrar su inmensa perdida.
En relación a la banda sonora, la música está llevada por Graeme Revell (La caja china) el cual hace un correcto trabajo realizando su "score". Pero el peso emocional de la misma está en la selección de canciones de grupos de hard rock, y heavy metal que dan forma y fuerza al camino de la venganza tomado por Eric y recrea los ambientes donde deambulan los criminales. Destacando el tema "Burn" de The Cure, que se creó expresamente para esta película.
En definitiva, El cuervo es un film imprescindible no sólo para los aficionados a los cómics o fanáticos del mundo gótico, sino para cinéfilos amantes del cine de acción, para almas asqueadas de tanta injusticia y para aquellos que creen que la muerte no puede arrebatarnos lo que más queremos.

7.4
89,908
9
17 de febrero de 2010
17 de febrero de 2010
28 de 29 usuarios han encontrado esta crítica útil
En el apogeo de la Guerra de Secesión, en un hospital de campaña del Ejército de los Estados Unidos, comunican al teniente John J. Dunbar (Kevin Costner) que debido a su herida en la pierna, ésta debe ser amputada.
Desesperado por aquel destino que le aguarda, Dunbar roba un caballo y se adentra en mitad de un fuego cruzado. Este acto de suicidio, equivocadamente lo toman como un acto de valentía. Sobrevive y no pierde la pierna, y es tratado como un héroe, apremiándolo con el caballo robado y un nuevo destino. Él sin pensarlo, decide alejarse lo más posible de la sin razón de la guerra e ir a un territorio inexplorado… Concretamente a “la Frontera”, aquella extensa franja de tierra donde se separa el territorio civilizado del hombre blanco y la pradera infinita del piel roja. Allí no sólo descubrirá la verdadera naturaleza de los Indios.. sino la suya propia.
Esta película es sin duda una de las historia épicas más bellas ambientada en el Oeste. En gran parte por la intención del director de reflejar con auténtica fidelidad como era el pueblo nativo americano antes de que el hombre blanco los echara de la tierra de sus ancestros para "encerrarlos" en Reservas. También en gran parte porque se da la extraña coincidencia de que el guionista sea el mismo autor de la novela en la que se basa el film.
Por tanto la fidelidad al relato está asegurada, y digo esto después de leer el libro. El espectador no se puede sentir decepcionado con esta adaptación cinematográfica. Pero para conseguir esta gran epopeya tuvieron Costner y su equipo que luchar no sólo con los exorbitados costes de producción, sino también con las inclemencias del tiempo -casi todas las localizaciones se rodaron en Dakota del Sur-, el adiestramiento de los lobos, la secuencia de la cacería del búfalo (que reunió a 2000 ejemplares, la manada más grande en América) con el fin de que el espectador tuviera una pequeña idea de lo que podía haber sido antes la Pradera.
La cultura india, de la cual pudimos y debimos haber aprendido en unas cuantas horas de metraje, se muestra muy bien en esta película, empezando por la imposición de que se usara la lengua Lakota para darle más veracidad a la historia (antes de que Mel Gibson pusiera de moda el uso de las lenguas autóctonas/indígenas en sus rodajes), las tipos de tribus que poblaban, la creación del poblado Sioux, las costumbres, ritos, etc, con el fin de que olvidáramos el estereotipo que teníamos del Pueblo Indio como salvajes arrancadores de cabelleras que por desgracia en la década de los 60 y 70 nos hicieron creer y que años después el mismísimo director John Ford “pediría perdón” en su película El Gran Combate (1964).
** (Continúa en SPOILER sin desvelar detalles del argumento, por falta de espacio) **
Desesperado por aquel destino que le aguarda, Dunbar roba un caballo y se adentra en mitad de un fuego cruzado. Este acto de suicidio, equivocadamente lo toman como un acto de valentía. Sobrevive y no pierde la pierna, y es tratado como un héroe, apremiándolo con el caballo robado y un nuevo destino. Él sin pensarlo, decide alejarse lo más posible de la sin razón de la guerra e ir a un territorio inexplorado… Concretamente a “la Frontera”, aquella extensa franja de tierra donde se separa el territorio civilizado del hombre blanco y la pradera infinita del piel roja. Allí no sólo descubrirá la verdadera naturaleza de los Indios.. sino la suya propia.
Esta película es sin duda una de las historia épicas más bellas ambientada en el Oeste. En gran parte por la intención del director de reflejar con auténtica fidelidad como era el pueblo nativo americano antes de que el hombre blanco los echara de la tierra de sus ancestros para "encerrarlos" en Reservas. También en gran parte porque se da la extraña coincidencia de que el guionista sea el mismo autor de la novela en la que se basa el film.
Por tanto la fidelidad al relato está asegurada, y digo esto después de leer el libro. El espectador no se puede sentir decepcionado con esta adaptación cinematográfica. Pero para conseguir esta gran epopeya tuvieron Costner y su equipo que luchar no sólo con los exorbitados costes de producción, sino también con las inclemencias del tiempo -casi todas las localizaciones se rodaron en Dakota del Sur-, el adiestramiento de los lobos, la secuencia de la cacería del búfalo (que reunió a 2000 ejemplares, la manada más grande en América) con el fin de que el espectador tuviera una pequeña idea de lo que podía haber sido antes la Pradera.
La cultura india, de la cual pudimos y debimos haber aprendido en unas cuantas horas de metraje, se muestra muy bien en esta película, empezando por la imposición de que se usara la lengua Lakota para darle más veracidad a la historia (antes de que Mel Gibson pusiera de moda el uso de las lenguas autóctonas/indígenas en sus rodajes), las tipos de tribus que poblaban, la creación del poblado Sioux, las costumbres, ritos, etc, con el fin de que olvidáramos el estereotipo que teníamos del Pueblo Indio como salvajes arrancadores de cabelleras que por desgracia en la década de los 60 y 70 nos hicieron creer y que años después el mismísimo director John Ford “pediría perdón” en su película El Gran Combate (1964).
** (Continúa en SPOILER sin desvelar detalles del argumento, por falta de espacio) **
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Costner quería traernos un mensaje sobre que el hombre primitivo no siempre es el más salvaje, sobre lo que hemos perdido por convertirnos en un ser civilizado, sobre nuestro desarraigo con la naturaleza, sobre el respeto a cualquier ser vivo. En definitiva una reflexión sobre aquellos que hemos tenido que perder en el camino para llegar a ser lo que somos, y sobre todo, un homenaje a la Nación India.
Kevin Costern, más allá del gran trabajo tras las cámaras realiza una ejemplar labor dando vida a este hombre blanco con corazón de indio. Uno de sus mejores papeles junto con los trabajos en Los Intocables de Eliot Ness, JFK y el Guardaespaldas, los mejores papeles que ha realizado en su desafortunada carrera.
Pero no podemos pasar por alto los inolvidables personajes como: "Pájaro Guía" (Graham Greene) con su paciencia por comprenderlo todo, el coraje y lealtad de "Cabello al Viento" (Rodney A. Grant), la ternura de "De Pie con el Puño en Alto" (Mary McDonnell) y la sabiduría templada por los años de "Diez Osos" (Floyd 'Red Crow' Westerman).
La banda sonora corre a cargo de John Barry (Memorias de África, Cowboy de medianoche, Goldfinger), el cual plasma la majestuosidad del horizonte y los sentimientos que recorren a Dunbar. Las melodías se convierten en un poema a la amistad, a la armonía con la Madre Tierra y al verdadero sentido de la libertad. Con un ritmo algunas veces pausado, se aleja del sonido que se puede encontrar habitualmente en cualquier película del western anteriormente hecha, sino en el drama épico que en la frontera americana acontece.
Si existiera algo que achacarle a esta cinta sería su elevada duración de casi 3 horas (inicialmente Kevin Costner quería hacerla en 5) y que en algunos momentos pueda parecer demasiada pausada o contemplativa. Por lo demás es una película muy recomendable para todo aquel que piense que el cine no es más que un negocio, que no puede cambiar la forma de ver la vida.
Por último y para aquellos que tienen esta película entre su favoritas tengo que traerles una buena noticia, ya que posiblemente se ruede una segunda parte que continúa con las peripecias de Dunbar, ya que se basará en la siguiente novela de Michael Blake y que tuvo una buena acogida: The Holy Road, en la cual se baraja que en esta secuela, el actor que podría hacer de Dunbar es Viggo Mortensen (Alatriste).
Kevin Costern, más allá del gran trabajo tras las cámaras realiza una ejemplar labor dando vida a este hombre blanco con corazón de indio. Uno de sus mejores papeles junto con los trabajos en Los Intocables de Eliot Ness, JFK y el Guardaespaldas, los mejores papeles que ha realizado en su desafortunada carrera.
Pero no podemos pasar por alto los inolvidables personajes como: "Pájaro Guía" (Graham Greene) con su paciencia por comprenderlo todo, el coraje y lealtad de "Cabello al Viento" (Rodney A. Grant), la ternura de "De Pie con el Puño en Alto" (Mary McDonnell) y la sabiduría templada por los años de "Diez Osos" (Floyd 'Red Crow' Westerman).
La banda sonora corre a cargo de John Barry (Memorias de África, Cowboy de medianoche, Goldfinger), el cual plasma la majestuosidad del horizonte y los sentimientos que recorren a Dunbar. Las melodías se convierten en un poema a la amistad, a la armonía con la Madre Tierra y al verdadero sentido de la libertad. Con un ritmo algunas veces pausado, se aleja del sonido que se puede encontrar habitualmente en cualquier película del western anteriormente hecha, sino en el drama épico que en la frontera americana acontece.
Si existiera algo que achacarle a esta cinta sería su elevada duración de casi 3 horas (inicialmente Kevin Costner quería hacerla en 5) y que en algunos momentos pueda parecer demasiada pausada o contemplativa. Por lo demás es una película muy recomendable para todo aquel que piense que el cine no es más que un negocio, que no puede cambiar la forma de ver la vida.
Por último y para aquellos que tienen esta película entre su favoritas tengo que traerles una buena noticia, ya que posiblemente se ruede una segunda parte que continúa con las peripecias de Dunbar, ya que se basará en la siguiente novela de Michael Blake y que tuvo una buena acogida: The Holy Road, en la cual se baraja que en esta secuela, el actor que podría hacer de Dunbar es Viggo Mortensen (Alatriste).

6.5
3,571
8
16 de junio de 2010
16 de junio de 2010
23 de 30 usuarios han encontrado esta crítica útil
Klute podría pensarse -una vez vista- que es una película modesta dentro del gran género que es el cine negro, pero posiblemente estaríamos cayendo en un pequeño error si pensamos que así es. Con solo la visión de sus sorprendentes créditos iníciales sabemos que Klute se aleja del cliché que el género implica y nos muestra particularidades que no hacen más que valorar esta pequeña joya.
Klute (interpretado por un correcto Sutherland) se nos muestra no como un tipo duro y frío, de aspecto seductor y seguro de sí mismo, sino como un tipo algo enclenque de aspecto amigable que realiza sus pesquisas sin tener que caer en comportamientos rudos. Un detective afligido en su soledad que encontrará en Bree (posiblemente la Jane Fonda más sensual que veremos en su filmografía) un corazón donde encontrará algo de calor. Jane Fonda está deslumbrante en su papel de prostituta, realmente el espectador disfrutará cómo esta actriz nos muestra todos los registros interpretativos que encierra la compleja y frágil personalidad de este personaje. Esta actriz no sólo desnudará su cuerpo delante de la pantalla sino también su alma, entendiendo claramente el porqué se le concedió el Oscar a la mejor actriz (que no lo volvería a ganar hasta tres años después por su papel en El regreso).
El film dedica más tiempo a la vida íntima de los personajes más que a la investigación de Klute y en la cual irá desentrañando la oscura naturaleza que muchos esconden bajo falsas apariencias, la sordidez del deseo de la carne y el amor -sin caer en ser el más idóneo- que procesa hacia Bree, aunque él sepa que es fruta prohibida. Esta película atípica de detectives se aparta por primera vez de los estereotipos novelescos que definían al detective y se acerca más a la cotidianidad monótona de este empleo.
La música la lleva a cargo Michael Small que compone unos temas impregnados en melancolía que acompañarán a los personajes y colorearán sus existencias.
Cine íntimo para corazones solitarios.
Klute (interpretado por un correcto Sutherland) se nos muestra no como un tipo duro y frío, de aspecto seductor y seguro de sí mismo, sino como un tipo algo enclenque de aspecto amigable que realiza sus pesquisas sin tener que caer en comportamientos rudos. Un detective afligido en su soledad que encontrará en Bree (posiblemente la Jane Fonda más sensual que veremos en su filmografía) un corazón donde encontrará algo de calor. Jane Fonda está deslumbrante en su papel de prostituta, realmente el espectador disfrutará cómo esta actriz nos muestra todos los registros interpretativos que encierra la compleja y frágil personalidad de este personaje. Esta actriz no sólo desnudará su cuerpo delante de la pantalla sino también su alma, entendiendo claramente el porqué se le concedió el Oscar a la mejor actriz (que no lo volvería a ganar hasta tres años después por su papel en El regreso).
El film dedica más tiempo a la vida íntima de los personajes más que a la investigación de Klute y en la cual irá desentrañando la oscura naturaleza que muchos esconden bajo falsas apariencias, la sordidez del deseo de la carne y el amor -sin caer en ser el más idóneo- que procesa hacia Bree, aunque él sepa que es fruta prohibida. Esta película atípica de detectives se aparta por primera vez de los estereotipos novelescos que definían al detective y se acerca más a la cotidianidad monótona de este empleo.
La música la lleva a cargo Michael Small que compone unos temas impregnados en melancolía que acompañarán a los personajes y colorearán sus existencias.
Cine íntimo para corazones solitarios.

5.5
287
8
24 de noviembre de 2010
24 de noviembre de 2010
18 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
En 1955, bajo el cielo de Nueva York cuatro iconos de la cultura coinciden en un mismo hotel: el profesor (Michael Emil), la actriz (Theresa Russell), su esposo el jugador de béisbol (Gary Busey, "El gran miércoles" 1978) y el senador (Tony Curtis, "Espartaco" 1960), cruzándose sus caminos como si fueran extraños compañeros de viaje, en este trayecto se mostrará de manera distante su oscura naturaleza en lo que, para ellos, no son más que sus insignificantes vidas.
Nicolas Roeg nos trae este sombrío e ingenioso film, donde a pesar de estar perfectamente reconocible cada personaje, en ningún momento se trata a ellos con su verdadero nombre o nombre de pila... llegando ni siquiera a aparecer en los créditos como tales. Así comprobaremos que "el profesor" es Albert Einstein, "la actriz" es Marilyn Monroe, "el jugador de béisbol" no es otro que Joe DiMaggio y "el senador" es el siniestro Joseph McCarthy, el cual pasará por los anales de la historia cinematográfica por ser el artífice de lo que posteriormente se conocería como "la caza de brujas". Quizás el objeto de este "anonimato" es que el espectador aparte su vista de sus vidas públicas y se nos muestre como insignificantes mortales llenos de secretos y de soledad.
Desde el principio de la cinta nos indica claramente que todo lo que veremos es ficticio. Nada más comenzar, el film nos sitúa cronológicamente en 1955 en pleno rodaje de "La tentación vive arriba". Marilyn estaba desposada con DiMaggio, pero en ese año Einstein (después de una hemorragia interna ) preparaba su cita con la muerte, así que el encuentro sería algo poco probable. Tomando esta premisa, Terry Johnson nos ofrece un juego sobre la posibilidad de que estas personalidades se conocieran e incluso va aun más allá, dándose en algunos momentos situaciones cómicas. Pero no nos podemos engañar, lo que vamos a ver en la pantalla es un drama, y en este caso un drama de sus vidas. La argucia del guionista es la inserción de una serie de flash-backs que nos adentra hacia momentos recónditos de sus respectivas vidas, emergiendo sus traumas como cadáveres sobre oscuras aguas.
Sintiéndose "la actriz" frustrada por no poder ser madre y cansada de usar su sexualidad para lograr todo en su vida. El "jugador de béisbol", envidioso de que la fama de su esposa sea superior a la que él consiguió, celoso de que todos los hombres la miren con lascivia. El "senador" frustrado por su impotencia, vierte todo su odio sobre la mujer y su persecución contra los comunistas, por la que no para de instigar al "profesor" para que le de su apoyo en la conferencia por el movimiento anti-comunista. Y el "profesor" cargado de remordimientos por aquello que "el ha creado", inunda páginas de fórmulas y ecuaciones que le hagan olvidar su sentimiento de culpa.
[..[.[[ La crítica continúa en el "spoiler" por falta de espacio sin desvelar detalles ]].]..]
Nicolas Roeg nos trae este sombrío e ingenioso film, donde a pesar de estar perfectamente reconocible cada personaje, en ningún momento se trata a ellos con su verdadero nombre o nombre de pila... llegando ni siquiera a aparecer en los créditos como tales. Así comprobaremos que "el profesor" es Albert Einstein, "la actriz" es Marilyn Monroe, "el jugador de béisbol" no es otro que Joe DiMaggio y "el senador" es el siniestro Joseph McCarthy, el cual pasará por los anales de la historia cinematográfica por ser el artífice de lo que posteriormente se conocería como "la caza de brujas". Quizás el objeto de este "anonimato" es que el espectador aparte su vista de sus vidas públicas y se nos muestre como insignificantes mortales llenos de secretos y de soledad.
Desde el principio de la cinta nos indica claramente que todo lo que veremos es ficticio. Nada más comenzar, el film nos sitúa cronológicamente en 1955 en pleno rodaje de "La tentación vive arriba". Marilyn estaba desposada con DiMaggio, pero en ese año Einstein (después de una hemorragia interna ) preparaba su cita con la muerte, así que el encuentro sería algo poco probable. Tomando esta premisa, Terry Johnson nos ofrece un juego sobre la posibilidad de que estas personalidades se conocieran e incluso va aun más allá, dándose en algunos momentos situaciones cómicas. Pero no nos podemos engañar, lo que vamos a ver en la pantalla es un drama, y en este caso un drama de sus vidas. La argucia del guionista es la inserción de una serie de flash-backs que nos adentra hacia momentos recónditos de sus respectivas vidas, emergiendo sus traumas como cadáveres sobre oscuras aguas.
Sintiéndose "la actriz" frustrada por no poder ser madre y cansada de usar su sexualidad para lograr todo en su vida. El "jugador de béisbol", envidioso de que la fama de su esposa sea superior a la que él consiguió, celoso de que todos los hombres la miren con lascivia. El "senador" frustrado por su impotencia, vierte todo su odio sobre la mujer y su persecución contra los comunistas, por la que no para de instigar al "profesor" para que le de su apoyo en la conferencia por el movimiento anti-comunista. Y el "profesor" cargado de remordimientos por aquello que "el ha creado", inunda páginas de fórmulas y ecuaciones que le hagan olvidar su sentimiento de culpa.
[..[.[[ La crítica continúa en el "spoiler" por falta de espacio sin desvelar detalles ]].]..]
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Irónicamente nada es insignificante en este film, y los objetos tienen gran relevancia durante el desarrollo de la trama mostrándonos aquello que las palabras no pueden decir, llegando incluso a identificarse con cada personaje: el senador con las revistas para hombres, el jugador con un sobre de cromos de jugadores de béisbol, la actriz con su cuerpo que se convierte en un objeto de deseo, y el profesor un reloj de bolsillo que siempre está marcando una hora a pesar de que le dé cuerda.
Respecto al reparto, los principales hacen un trabajo soberbio, pero si tenemos que destacar a alguien sería la caracterización asombrosa del actor Michael Emil como Einstein y Theresa Russell (esposa real del director y actriz fetiche su escasa filmografía) como Marilyn. Y no sólo por su similitud en lo que se refiere a su aspecto físico, sino también en sus pequeñas manías y gestos que inundan en la película, nos hacen olvidar con facilidad que lo que vemos son actores. Mención especial la inquietante intervención de Will Sampson ("Alguien voló sobre el nido del cuco" 1975) como el ascensorista.
La banda sonora corre a cargo de Stanley Myers ("El cazador" 1978) en colaboración de Hans Zimmer ("El caballero oscuro" 2008) los cuales imprimen un ambiente soterrado y cargado de pesadumbre.
En definitiva, es un film muy interesante que se escapa de los "cliché" preestablecidos en la industria cinematográfica actual, una película intimista que brilla con luz propia en un cielo algo monótono.
Respecto al reparto, los principales hacen un trabajo soberbio, pero si tenemos que destacar a alguien sería la caracterización asombrosa del actor Michael Emil como Einstein y Theresa Russell (esposa real del director y actriz fetiche su escasa filmografía) como Marilyn. Y no sólo por su similitud en lo que se refiere a su aspecto físico, sino también en sus pequeñas manías y gestos que inundan en la película, nos hacen olvidar con facilidad que lo que vemos son actores. Mención especial la inquietante intervención de Will Sampson ("Alguien voló sobre el nido del cuco" 1975) como el ascensorista.
La banda sonora corre a cargo de Stanley Myers ("El cazador" 1978) en colaboración de Hans Zimmer ("El caballero oscuro" 2008) los cuales imprimen un ambiente soterrado y cargado de pesadumbre.
En definitiva, es un film muy interesante que se escapa de los "cliché" preestablecidos en la industria cinematográfica actual, una película intimista que brilla con luz propia en un cielo algo monótono.
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