Afortunada fui. Esa es la verdad. Anoche asistí al pre estreno de Downton Abbey. Al parecer es la segunda peli sobre la famosa serie. No se si vi todas las temporadas o dejé de verla, a lo mejor por que lo hago en inglés y me entero de la mitad.

Paisajes impresionantes, la inmensidad de los prados verdes, la grandeza de los edificios (el castillo y la villa), los decorados interiores. No puedo mas que felicitar a los equipos que hay detrás de tan espectacular puesta en escena.

Vestuarios y peluquería, inmejorables.

Por sacar alguna pega: protagonistas muy delgadas (y eso que la tele engorda). Aunque me suelen llevar la contraria, reitero mi teoría de que la percha importa. No es lo mismo ver un vestido en una mujer delgada que en una pujaíta. En la segunda, pierde. Sin mas. Y no pasa nada. Yo soy de esas. La vida sigue y listo.

Asi que los vestidos lucen bastante en tan finos maniquíes.

Te metes en las escenas y te sientes parte del elenco de actores.

En el fondo, la sospecha de un pasado que cambiaría la historía. Y en el camino, un modelo de fidelidad férrea, que sorprende a día de hoy, ayudar al menos afortunado, el reconocimiento de la dignidad e igualdad del ser humano seamos señores o servidores; el respeto y cuidado al mayor. El valor de las tradiciones. La unión de la familia. El humor incluso en momentos duros/no vienen a cuento. La historia gay tratada de forma discreta y a la vez con peso. No hay negros ni amarillos. Ni verdes, ni rojos ni azules. Ni hombres malvados. Ni brujas. No hay mucho woke, ni se echa de menos.

Es un rato de gozo.

Una delicia para gustar y disfrutar.

En pantalla grande muy recomendable.