En la década de los 80´s mi papá me llevaba al cine a ver las películas de Godzilla. La decepcionante película de Roland Emmerich me hizo perder esa ilusión. Mi niño interior ha tratado de retomar ese gusto por el rey de los monstruos, pero bodrios como Godzilla vs Kong (2021), y Godzilla y Kong: Nuevo Imperio (2024), no han hecho más que seguirme decepcionando.
Encontré Godzilla Minus One en Netflix, y me sorprendió gratamente. Hay quienes critican el desempeño de los actores sin conocer la gesticulación y las expresiones de la cultura japonesa. Así son, no es que quieran caricaturizar al protagonista cuando pide perdón azotando la cabeza contra la mesa.
La trama retoma el espíritu de los monstruos que representan la conciencia colectiva del Japón de la posguerra, las amenazas de la bomba atómica y el resurgimiento de su país.
Las escenas y los efectos especiales, impecables.
La película muestra una mezcla perfecta de drama con secuencias espectaculares de acción que nada le piden a las millonarias producciones estadounidenses. Es una de esas películas que deseas ver una y otra vez.