You must be a loged user to know your affinity with Izan
Críticas ordenadas por utilidad
Movie added to list
Movie removed from list
An error occurred

5.9
13,220
8
11 de mayo de 2025
11 de mayo de 2025
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Emilia Pérez es una de esas películas que desafían las etiquetas. Jacques Audiard, conocido por su versatilidad, entrega aquí un musical criminal con tintes de melodrama y denuncia social que logra sorprender por su valentía y sinceridad emocional. Lejos de ser una provocación gratuita, la película se apoya en un guion sólido y una puesta en escena estilizada que combina la violencia del narco mexicano con una historia de redención, identidad y transformación.
La trama, sin revelar demasiado, gira en torno a una abogada desencantada que es reclutada por un poderoso capo del narcotráfico que desea desaparecer… para renacer como mujer. Esta premisa, que en manos torpes podría caer en lo sensacionalista, es tratada con un respeto y una sensibilidad notables. El film aborda el tránsito de género no solo desde el cuerpo, sino también desde la dignidad y el derecho a empezar de nuevo.
Karla Sofía Gascón ofrece una de las interpretaciones más potentes del año: contenida, intensa y profundamente humana. Su Emilia Pérez es un personaje complejo, lleno de contradicciones, que despierta empatía sin esconder su pasado. También destacan las actuaciones de Selena Gomez y Zoe Saldaña, que aportan matices emocionales y presencia escénica, en una película que depende mucho de la química entre sus protagonistas.
El aspecto musical sorprende: las canciones no están como mero adorno, sino que funcionan como monólogos internos, momentos catárticos o narrativos. La música, compuesta por Camille, aporta un tono híbrido entre lo urbano, lo teatral y lo íntimo, acompañando el relato sin romperlo. No es un musical al uso, sino un film que incorpora el canto como forma de expresión emocional en un entorno donde el silencio suele ser letal.
Emilia Pérez es, en definitiva, una película audaz. Tiene imperfecciones —algunas transiciones tonales no son del todo suaves, y hay momentos donde la alegoría pesa más que la coherencia narrativa—, pero su apuesta por un cine comprometido, libre y emocionalmente honesto la convierten en una experiencia única.
La trama, sin revelar demasiado, gira en torno a una abogada desencantada que es reclutada por un poderoso capo del narcotráfico que desea desaparecer… para renacer como mujer. Esta premisa, que en manos torpes podría caer en lo sensacionalista, es tratada con un respeto y una sensibilidad notables. El film aborda el tránsito de género no solo desde el cuerpo, sino también desde la dignidad y el derecho a empezar de nuevo.
Karla Sofía Gascón ofrece una de las interpretaciones más potentes del año: contenida, intensa y profundamente humana. Su Emilia Pérez es un personaje complejo, lleno de contradicciones, que despierta empatía sin esconder su pasado. También destacan las actuaciones de Selena Gomez y Zoe Saldaña, que aportan matices emocionales y presencia escénica, en una película que depende mucho de la química entre sus protagonistas.
El aspecto musical sorprende: las canciones no están como mero adorno, sino que funcionan como monólogos internos, momentos catárticos o narrativos. La música, compuesta por Camille, aporta un tono híbrido entre lo urbano, lo teatral y lo íntimo, acompañando el relato sin romperlo. No es un musical al uso, sino un film que incorpora el canto como forma de expresión emocional en un entorno donde el silencio suele ser letal.
Emilia Pérez es, en definitiva, una película audaz. Tiene imperfecciones —algunas transiciones tonales no son del todo suaves, y hay momentos donde la alegoría pesa más que la coherencia narrativa—, pero su apuesta por un cine comprometido, libre y emocionalmente honesto la convierten en una experiencia única.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Uno de los giros centrales del film es cuando conocemos a fondo la transformación de Juan “Manitas” Del Monte en Emilia Pérez, no solo en el aspecto físico, sino en su ruptura total con su pasado violento. El proceso quirúrgico y psicológico, retratado con crudeza pero sin morbo, marca el inicio de una vida que Emilia busca construir desde la reparación. No se trata de un simple cambio de identidad, sino de una necesidad urgente de redimirse y reparar los daños colaterales de su vida anterior.
La relación entre Emilia y Rita (Zoe Saldaña), la abogada que facilita el proceso y luego se convierte en su confidente y cómplice, es el núcleo emocional de la película. Su vínculo transita por la desconfianza, la ternura y, finalmente, una lealtad inesperada. Rita, al aceptar el encargo, cree estar ayudando a alguien a desaparecer, pero termina ayudando a alguien a nacer.
Selena Gomez, como Jessi, la esposa del narco “desaparecido”, es otro de los pilares dramáticos. Su evolución, al descubrir quién es realmente Emilia, es tratada con una madurez inesperada. Lejos del escándalo o el rechazo, la película muestra una reconciliación profunda entre ambas, con una carga simbólica de sororidad y perdón pocas veces vista en el cine sobre crimen organizado.
El final es tan lírico como devastador. Emilia, aunque logra fundar una clínica para mujeres víctimas de violencia, no puede huir del todo de su pasado. Su entrega voluntaria a las autoridades no se siente como castigo, sino como la única forma de cerrar el círculo de forma justa. En la última secuencia, vemos a las mujeres que ayudó caminando libres, mientras ella queda entre rejas. Es una paradoja potente: Emilia está encerrada, pero finalmente ha dejado de vivir escondida.
La relación entre Emilia y Rita (Zoe Saldaña), la abogada que facilita el proceso y luego se convierte en su confidente y cómplice, es el núcleo emocional de la película. Su vínculo transita por la desconfianza, la ternura y, finalmente, una lealtad inesperada. Rita, al aceptar el encargo, cree estar ayudando a alguien a desaparecer, pero termina ayudando a alguien a nacer.
Selena Gomez, como Jessi, la esposa del narco “desaparecido”, es otro de los pilares dramáticos. Su evolución, al descubrir quién es realmente Emilia, es tratada con una madurez inesperada. Lejos del escándalo o el rechazo, la película muestra una reconciliación profunda entre ambas, con una carga simbólica de sororidad y perdón pocas veces vista en el cine sobre crimen organizado.
El final es tan lírico como devastador. Emilia, aunque logra fundar una clínica para mujeres víctimas de violencia, no puede huir del todo de su pasado. Su entrega voluntaria a las autoridades no se siente como castigo, sino como la única forma de cerrar el círculo de forma justa. En la última secuencia, vemos a las mujeres que ayudó caminando libres, mientras ella queda entre rejas. Es una paradoja potente: Emilia está encerrada, pero finalmente ha dejado de vivir escondida.

6.9
17,763
8
11 de mayo de 2025
11 de mayo de 2025
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sean Baker vuelve a explorar los márgenes sociales con Anora, una película que mezcla comedia, drama y realismo urbano para construir una historia profundamente humana y, a la vez, inesperadamente luminosa. Lejos del moralismo o la condescendencia, Baker nos entrega un retrato crudo pero lleno de empatía sobre una joven trabajadora sexual neoyorquina que se encuentra de pronto envuelta en una historia digna de un cuento de hadas... solo que contada desde el Bronx y con vodka ruso de por medio.
Mikey Madison da vida a Anora con una energía magnética: vulnerable pero ingeniosa, dulce pero implacable, su interpretación sostiene todo el film. El personaje es complejo, lleno de contrastes, y evita los clichés con inteligencia gracias a un guion que sabe cuándo ser tierno y cuándo ser brutal.
El estilo de Baker, con su cámara inquieta, su uso de actores no profesionales y escenarios reales, mantiene el sello del neorrealismo americano que lo caracteriza. Sin embargo, aquí hay un pulso narrativo más controlado y maduro. La película sabe cuándo reírse y cuándo mirar de frente a la precariedad sin convertirla en miseria estética.
Anora es una historia sobre identidad, deseo y elección, disfrazada de comedia romántica, pero con el corazón y los conflictos de un drama social. Lo más sorprendente es cómo evita el cinismo: hay ternura y esperanza, sin que por ello se ignore la dureza del contexto. Una película pequeña en apariencia, pero grande en alma.
Mikey Madison da vida a Anora con una energía magnética: vulnerable pero ingeniosa, dulce pero implacable, su interpretación sostiene todo el film. El personaje es complejo, lleno de contrastes, y evita los clichés con inteligencia gracias a un guion que sabe cuándo ser tierno y cuándo ser brutal.
El estilo de Baker, con su cámara inquieta, su uso de actores no profesionales y escenarios reales, mantiene el sello del neorrealismo americano que lo caracteriza. Sin embargo, aquí hay un pulso narrativo más controlado y maduro. La película sabe cuándo reírse y cuándo mirar de frente a la precariedad sin convertirla en miseria estética.
Anora es una historia sobre identidad, deseo y elección, disfrazada de comedia romántica, pero con el corazón y los conflictos de un drama social. Lo más sorprendente es cómo evita el cinismo: hay ternura y esperanza, sin que por ello se ignore la dureza del contexto. Una película pequeña en apariencia, pero grande en alma.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
El giro más inesperado de Anora es que el matrimonio entre la protagonista y el joven millonario ruso, Ivan, no es simplemente una broma pasajera ni una transacción interesada. Hay afecto real, torpe e ingenuo quizás, pero auténtico. Sin embargo, cuando la familia del chico entra en escena, la película muta hacia una especie de sátira kafkiana sobre el control, la clase y la propiedad.
La secuencia en la que los padres de Ivan intentan “comprar” a Anora para que anule el matrimonio es tanto incómoda como reveladora. Ella, inicialmente tentada por el dinero, termina tomando una decisión que redefine todo lo que hemos pensado de su personaje: no se vende. Esa negativa, más que cualquier acto romántico, convierte a Anora en una protagonista con agencia real, algo poco común en narrativas donde el conflicto gira en torno a la desigualdad.
El desenlace, en el que Ivan finalmente firma la anulación pero con una mezcla de tristeza y aceptación, evita el drama fácil. No hay castigo ni recompensa definitiva, solo la vida siguiendo su curso. Anora vuelve a su mundo, quizás más consciente, más fuerte, pero sin que su historia sea utilizada como lección de moral ni como tragedia social.
Es en ese final contenido donde Anora se gana el respeto del espectador: por no traicionar a su personaje, por no romantizar la marginalidad ni castigar la ambición femenina. En su sencillez, Baker encuentra verdad, y eso es mucho más difícil que provocar lágrimas o aplausos fáciles.
La secuencia en la que los padres de Ivan intentan “comprar” a Anora para que anule el matrimonio es tanto incómoda como reveladora. Ella, inicialmente tentada por el dinero, termina tomando una decisión que redefine todo lo que hemos pensado de su personaje: no se vende. Esa negativa, más que cualquier acto romántico, convierte a Anora en una protagonista con agencia real, algo poco común en narrativas donde el conflicto gira en torno a la desigualdad.
El desenlace, en el que Ivan finalmente firma la anulación pero con una mezcla de tristeza y aceptación, evita el drama fácil. No hay castigo ni recompensa definitiva, solo la vida siguiendo su curso. Anora vuelve a su mundo, quizás más consciente, más fuerte, pero sin que su historia sea utilizada como lección de moral ni como tragedia social.
Es en ese final contenido donde Anora se gana el respeto del espectador: por no traicionar a su personaje, por no romantizar la marginalidad ni castigar la ambición femenina. En su sencillez, Baker encuentra verdad, y eso es mucho más difícil que provocar lágrimas o aplausos fáciles.

7.0
20,009
7
11 de mayo de 2025
11 de mayo de 2025
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cónclave, dirigida por Edward Berger y basada en la novela de Robert Harris, nos invita a entrar en uno de los escenarios más herméticos y enigmáticos del mundo: el cónclave para elegir al nuevo Papa. A través de un enfoque sobrio y elegante, la película construye un thriller contenido donde la política, la fe y el poder se entrelazan con precisión.
Ralph Fiennes sostiene la película con una interpretación introspectiva y carismática como el cardenal Lomeli, cuya humanidad y dilemas morales aportan la profundidad que el relato necesita. El resto del reparto acompaña con solidez, destacando algunos papeles secundarios que logran perfilarse con claridad a pesar del carácter coral del elenco.
La dirección de Berger es comedida, casi austera, y eso juega a favor del tono claustrofóbico del film. El Vaticano se convierte en un personaje más, con sus muros cargados de historia, silencio y secretos. La fotografía tenue y el ritmo pausado refuerzan la atmósfera de tensión sutil, aunque en algunos momentos pueden rozar lo frío.
No es un thriller explosivo ni de grandes giros cada diez minutos. Cónclave prefiere sugerir, dejar respirar los diálogos, y construir la intriga desde lo humano y lo institucional. Puede resultar lenta para algunos espectadores, pero es precisamente esa contención lo que le permite mantener su dignidad narrativa sin caer en excesos melodramáticos.
Una película elegante, interesante y que propone reflexionar sobre la naturaleza del liderazgo, la espiritualidad y la fragilidad del poder. No es perfecta, pero su sobriedad es, en este caso, una virtud.
Ralph Fiennes sostiene la película con una interpretación introspectiva y carismática como el cardenal Lomeli, cuya humanidad y dilemas morales aportan la profundidad que el relato necesita. El resto del reparto acompaña con solidez, destacando algunos papeles secundarios que logran perfilarse con claridad a pesar del carácter coral del elenco.
La dirección de Berger es comedida, casi austera, y eso juega a favor del tono claustrofóbico del film. El Vaticano se convierte en un personaje más, con sus muros cargados de historia, silencio y secretos. La fotografía tenue y el ritmo pausado refuerzan la atmósfera de tensión sutil, aunque en algunos momentos pueden rozar lo frío.
No es un thriller explosivo ni de grandes giros cada diez minutos. Cónclave prefiere sugerir, dejar respirar los diálogos, y construir la intriga desde lo humano y lo institucional. Puede resultar lenta para algunos espectadores, pero es precisamente esa contención lo que le permite mantener su dignidad narrativa sin caer en excesos melodramáticos.
Una película elegante, interesante y que propone reflexionar sobre la naturaleza del liderazgo, la espiritualidad y la fragilidad del poder. No es perfecta, pero su sobriedad es, en este caso, una virtud.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
El gran giro de Cónclave, revelando que el candidato favorito, Benítez, es en realidad hijo ilegítimo del Papa fallecido, ofrece un dilema ético e institucional de primer nivel. Sin embargo, el tratamiento que se le da es más diplomático que dramático. Berger escoge la vía del silencio, la insinuación y el conflicto interno del protagonista, en lugar de convertirlo en un escándalo abierto, y eso puede dejar al espectador con la sensación de una tensión que nunca explota.
El cardenal Lomeli, quien descubre este secreto y decide no revelarlo, se convierte en el auténtico eje moral de la historia. Su decisión de elegir a Benítez como nuevo Papa, no por encubrimiento, sino por reconocer su autenticidad espiritual, pone el foco en la misericordia y el juicio interior frente a la rigidez de las normas.
La escena final, en la que Lomeli se despide de su cargo de Camarlengo con una mirada silenciosa al nuevo Papa, es tan poderosa como contenida. Se nota que la película busca un cierre introspectivo más que espectacular, pero para algunos puede resultar demasiado tenue, sin una catarsis clara.
En definitiva, Cónclave plantea una cuestión que va más allá del dogma: ¿quién merece liderar una institución construida sobre la fe? Y lo hace sin subrayados ni dramatismos innecesarios, aunque quizá un poco más de fuego bajo esa solemnidad no le habría venido mal.
El cardenal Lomeli, quien descubre este secreto y decide no revelarlo, se convierte en el auténtico eje moral de la historia. Su decisión de elegir a Benítez como nuevo Papa, no por encubrimiento, sino por reconocer su autenticidad espiritual, pone el foco en la misericordia y el juicio interior frente a la rigidez de las normas.
La escena final, en la que Lomeli se despide de su cargo de Camarlengo con una mirada silenciosa al nuevo Papa, es tan poderosa como contenida. Se nota que la película busca un cierre introspectivo más que espectacular, pero para algunos puede resultar demasiado tenue, sin una catarsis clara.
En definitiva, Cónclave plantea una cuestión que va más allá del dogma: ¿quién merece liderar una institución construida sobre la fe? Y lo hace sin subrayados ni dramatismos innecesarios, aunque quizá un poco más de fuego bajo esa solemnidad no le habría venido mal.

6.6
1,440
8
12 de mayo de 2025
12 de mayo de 2025
Sé el primero en valorar esta crítica
Las vidas de Sing Sing es un drama carcelario que se aparta de los convencionalismos del género para ofrecer una mirada introspectiva y humanista sobre la rehabilitación a través del arte. Dirigida por Greg Kwedar, la película se inspira en el programa real de rehabilitación mediante las artes en la prisión de máxima seguridad de Sing Sing, centrándose en un grupo de reclusos que encuentran en el teatro una vía para la redención y el autoconocimiento.
Colman Domingo interpreta a Divine G, un hombre encarcelado por un delito que no cometió, quien descubre un propósito en la vida al unirse a un grupo teatral dentro de la prisión. La actuación de Domingo es contenida y poderosa, transmitiendo la complejidad emocional de su personaje con sutileza. A su lado, Clarence Maclin, interpretándose a sí mismo, aporta autenticidad y profundidad al relato, reflejando su propia experiencia en el programa de teatro durante su encarcelamiento.
La dirección de Kwedar se caracteriza por una narrativa sobria y respetuosa, que permite que la historia hable por sí misma. La cinematografía de Pat Scola y la música de Bryce Dessner complementan la visión artística de la película, creando una atmósfera que oscila entre lo lírico y lo perturbador.
Las vidas de Sing Sing es una obra que desafía las convenciones del cine carcelario, ofreciendo una experiencia cinematográfica que invita a la reflexión sobre las posibilidades de redención y el papel del arte en la transformación personal.
Colman Domingo interpreta a Divine G, un hombre encarcelado por un delito que no cometió, quien descubre un propósito en la vida al unirse a un grupo teatral dentro de la prisión. La actuación de Domingo es contenida y poderosa, transmitiendo la complejidad emocional de su personaje con sutileza. A su lado, Clarence Maclin, interpretándose a sí mismo, aporta autenticidad y profundidad al relato, reflejando su propia experiencia en el programa de teatro durante su encarcelamiento.
La dirección de Kwedar se caracteriza por una narrativa sobria y respetuosa, que permite que la historia hable por sí misma. La cinematografía de Pat Scola y la música de Bryce Dessner complementan la visión artística de la película, creando una atmósfera que oscila entre lo lírico y lo perturbador.
Las vidas de Sing Sing es una obra que desafía las convenciones del cine carcelario, ofreciendo una experiencia cinematográfica que invita a la reflexión sobre las posibilidades de redención y el papel del arte en la transformación personal.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
La narrativa de Las vidas de Sing Sing se centra en la evolución de Divine G, quien, tras unirse al grupo teatral, se convierte en una figura central del mismo, destacando por su talento y compromiso. La llegada de Divine Eye, un recluso escéptico respecto al teatro, introduce tensiones y desafíos que reflejan las dificultades inherentes al proceso de rehabilitación.
A medida que avanza la historia, se exploran las relaciones entre los reclusos, sus luchas internas y la manera en que el arte les permite confrontar sus pasados y aspirar a un futuro diferente. La película culmina con la liberación de Divine Eye y, posteriormente, de Divine G, quienes, tras años de encarcelamiento, se reencuentran en libertad, simbolizando la posibilidad de redención y la fuerza de los lazos forjados en circunstancias adversas.
La inclusión de imágenes reales del programa de teatro en Sing Sing al final de la película refuerza la autenticidad del relato y subraya el impacto positivo de iniciativas similares en contextos penitenciarios.
A medida que avanza la historia, se exploran las relaciones entre los reclusos, sus luchas internas y la manera en que el arte les permite confrontar sus pasados y aspirar a un futuro diferente. La película culmina con la liberación de Divine Eye y, posteriormente, de Divine G, quienes, tras años de encarcelamiento, se reencuentran en libertad, simbolizando la posibilidad de redención y la fuerza de los lazos forjados en circunstancias adversas.
La inclusión de imágenes reales del programa de teatro en Sing Sing al final de la película refuerza la autenticidad del relato y subraya el impacto positivo de iniciativas similares en contextos penitenciarios.

6.5
7,403
8
12 de mayo de 2025
12 de mayo de 2025
Sé el primero en valorar esta crítica
Wicked es una adaptación cinematográfica del exitoso musical de Broadway, que a su vez se inspira en la novela de Gregory Maguire. La película explora los orígenes de las brujas de Oz, centrándose en la compleja relación entre Elphaba y Glinda, antes de los eventos narrados en El Mago de Oz.
La dirección de Jon M. Chu destaca por su enfoque visualmente deslumbrante, con escenarios y vestuarios que capturan la esencia mágica del mundo de Oz. La cinematografía y el diseño de producción son elementos clave que sumergen al espectador en este universo fantástico.
Las actuaciones de Cynthia Erivo como Elphaba y Ariana Grande como Glinda son notables. Erivo aporta profundidad y emoción a su personaje, mientras que Grande sorprende con una interpretación que combina carisma y vulnerabilidad. La química entre ambas actrices fortalece la narrativa central de la película.
La banda sonora, compuesta por Stephen Schwartz, mantiene la esencia del musical original, con números musicales que van desde lo íntimo hasta lo grandioso. Canciones como "Defying Gravity" y "Popular" son interpretadas con energía y emoción, destacando la habilidad vocal de las protagonistas.
Sin embargo, algunos críticos han señalado que la película podría beneficiarse de una mayor cohesión tonal y una duración más ajustada. A pesar de ello, Wicked ofrece una experiencia cinematográfica envolvente que encantará tanto a los fanáticos del musical como a nuevos espectadores.
La dirección de Jon M. Chu destaca por su enfoque visualmente deslumbrante, con escenarios y vestuarios que capturan la esencia mágica del mundo de Oz. La cinematografía y el diseño de producción son elementos clave que sumergen al espectador en este universo fantástico.
Las actuaciones de Cynthia Erivo como Elphaba y Ariana Grande como Glinda son notables. Erivo aporta profundidad y emoción a su personaje, mientras que Grande sorprende con una interpretación que combina carisma y vulnerabilidad. La química entre ambas actrices fortalece la narrativa central de la película.
La banda sonora, compuesta por Stephen Schwartz, mantiene la esencia del musical original, con números musicales que van desde lo íntimo hasta lo grandioso. Canciones como "Defying Gravity" y "Popular" son interpretadas con energía y emoción, destacando la habilidad vocal de las protagonistas.
Sin embargo, algunos críticos han señalado que la película podría beneficiarse de una mayor cohesión tonal y una duración más ajustada. A pesar de ello, Wicked ofrece una experiencia cinematográfica envolvente que encantará tanto a los fanáticos del musical como a nuevos espectadores.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
La narrativa de Wicked se centra en la evolución de la amistad entre Elphaba y Glinda durante su tiempo en la Universidad de Shiz. A medida que enfrentan desafíos personales y políticos, sus caminos comienzan a divergir, especialmente cuando Elphaba descubre la corrupción detrás del Mago de Oz y decide rebelarse contra el sistema establecido.
La película culmina con la emblemática escena de "Defying Gravity", donde Elphaba, tras ser traicionada y malinterpretada, decide abrazar su identidad y luchar por la justicia, marcando su transformación en la "Malvada Bruja del Oeste". Este momento sirve como clímax emocional y narrativo, dejando al público anticipando la continuación de la historia en la próxima entrega.
La película culmina con la emblemática escena de "Defying Gravity", donde Elphaba, tras ser traicionada y malinterpretada, decide abrazar su identidad y luchar por la justicia, marcando su transformación en la "Malvada Bruja del Oeste". Este momento sirve como clímax emocional y narrativo, dejando al público anticipando la continuación de la historia en la próxima entrega.
Más sobre Izan
Cancelar
Limpiar
Aplicar
Filters & Sorts
You can change filter options and sorts from here