Ha dirigido unas cuantas películas, muchas de ellas más complejas a nivel argumental que ésta, pero es esta sencillez la que cautiva. Cualquier persona puede entender, sin prestar demasiada atención, la trama que desde un principio se teje entorno al personaje principal.

Americano de pro y racista, el personaje que encarna a la perfección el propio Clint Eastwood es el espejo sobre el que muchos americanos se reflejan. Una crítica a la sociedad americana, sutil, humilde, pero a la vez totalmente acertada.

Memorable el gesto del protagonista con el que pretende intimidar a todas aquellas personas que detesta o que, simplemente, son tan "osados" como para mirarle a la cara.

La trama de la película, perfectamente definida, con los tiempos bien marcados, donde se observa la evolución del protagonista, es uno de los fuertes de este film.
El final está a la altura. Es una película que hace pensar y eso, en estos tiempos que corren, es difícil verlo en el cine.

La moraleja de esta película: todos podemos cambiar a mejor.

Grande Clint Eastwood, quizá el director que mejores películas está haciendo en los últimos años.

Pese a no ser la mejor de las películas que componen esta trilogía (la segunda entrega es inigualable) sí que, a mi opinión, proporciona las dosis justas de acción, anteponiendo el diálogo ante todo, explicando y dando sentido no sólo a esta tercera parte sino al conjunto. Todo un acierto para cerrar esta trilogía de manera brillante.

Quien espere una película de superhéroes como las que nos tiene acostumbrado Marvel, saldrá decepcionado. Esta película va mucho más lejos de acciones espectaculares, toca el corazón, la raza humana luchando por su supervivencia, todos a una.

Un final memorable, digno de esta trilogía. Espectacular.