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Críticas 9
Críticas ordenadas por utilidad
Críticas ordenadas por utilidad
7
7 de octubre de 2024
21 de 28 usuarios han encontrado esta crítica útil
El baño del diablo es una de las grandes películas del Festival de Sitges de este año. Dirigida por Veronika Franz y Severin Fiala, el dúo de directores tras la genial y terrorífica Goodnight Mommy, El baño del diablo se erige como una de las películas a tener en cuenta para el palmarés de este año.

El baño del diablo es un true crime, mezcla de folk horror y torture porn. Una cinta que recuerda (mucho) a The Witch de Robert Eggers y deja un regusto a Midsommar. Pero no es un Frankenstein de esas referencias, es un todo, único, preciso y artesanal que, al igual que The Witch o Midsommar, se convertirá en todo un nuevo referente para las y los nuevos cineastas de terror.

El baño del diablo se cocina lentamente, sus pasajes se suceden sin prisa entre la belleza de sus exteriores, el sonido de la naturaleza y la delicada música de Anja Plaschg. Pero poco a poco el dolor de Agnes se va convirtiendo en el nuestro, percibimos su cambio físico y mental, y duele. Su terror es nuestro terror. La belleza se torna pesadilla,
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
En el siglo XVIII era práctica habitual suicidarse de esa manera para evitar así el castigo divino. La mayoría de estos suicidios eran de mujeres que mataban a niños para ser perdonadas por sus pecados y después castigadas con la muerte. Según nos cuenta El baño del diablo, hay más de 400 crímenes registrados entre mujeres y niños. La película está dedicada ellas y ellos.

El baño del diablo es una película desgarradora sobre cómo la salud mental era sinónimo de brujería, sobre cómo el dolor de las mujeres era considerado menos importante que el del ganado, sobre las terribles acciones que provocaba el fanatismo religioso y sobre el dolor y la muerte generada por ocultar tu orientación sexual.

Veronika Franz y Severin Fiala han realizado una película tan delicada y cuidada, como atrevida, desoladora y brutal con un final es absolutamente desgarrador.
5 de octubre de 2024
27 de 43 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ayer llegó a los cines, Joker: Folie à Deux, (o Joker 2) continuación de la exitosa película de 2019 en la que Todd Phillips nos mostró al Joker más humano y realista hasta la fecha. El Joker, aunque tuvo algunos/as detractores (sobre todo los que se quejaban del aire videoclipero y la musicalidad de la película), triunfó en Venecia y Joaquin Phoenix se llevó el Oscar a mejor actor por su increíble caracterización como el Joker.

Joker: Folie à Deux vuelve a contar con Scott Silver y Phillips en el guion, con Joaquin Phoenix, y con la mayor parte del equipo técnico de la primera. Lady Gaga como Harley Quinn se une a la fiesta y también otros actores y actrices de renombre como Brendan Gleeson y Catherine Kenner.

¿Qué podría salir mal? Para muchas y muchos, todo, pero, para un servidor… nada. Joker: Folie à Deux es la mejor secuela que pudo tener el Joker de 2019.

La crítica especializada parece haberse sentido estafada y engañada, esperaban una cosa y encontraron otra. Vaya, cuánto daño hacen las expectativas. Pero quizá no les falta razón, quizá sí que Todd Phillips nos engañó, pero no en esta película, si no, en su primer Joker.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
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Joker: Folie à Deux va de eso, de cómo el Joker de Todd Phillips no es un psicópata narcisista con aires megalomaníacos. El Joker de Phillips en un enfermo mental. Es un niño que sufrió abusos, un hombre traumado que sufrió hasta perder la cordura. Una víctima del sistema y de las instituciones para las que la salud mental no es más que una molestia que ocultar.

Joker: Folie à Deux va de cómo la justicia criminaliza a los enfermos mentales, de cómo Arthur Fleck vive abusos físicos, mentales y sexuales en Arkham. De cómo las instituciones son esos dispositivos foucaultianos que le roban la identidad y la libertad a los ciudadanos mediante orden y castigo y tratan a los enfermos y discapacitados como seres de tercera que hay que apartar o incluso, matar.

Saludos furiosos.
The Boys (Serie de TV)
Serie
Estados Unidos2019
7.7
28,804
Evan Goldberg (Creador), Seth Rogen (Creador) ...
6
6 de noviembre de 2020
8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
La primera temporada de The Boys se convirtió en un éxito automático. Su irreverencia y brutalidad gustaron a muchos. Su historia plantea un mundo en el que los superhéroes tienen una gran aceptación por parte de los ciudadanos. Son algo así como los influencers de hoy en día, pero con poderes. Hacen publicidad, son prescriptores, presentan programas de tv… Todo eso de cara al público, pero realmente, son corruptos, viciosos, fascistas y muy peligrosos.

Un pequeño grupo de ciudadanos dirigido por un tipo duro al que llaman El carnicero quiere poner orden a las desgracias que ocasionan los superhéroes. Todos ellos tienen en común las pérdidas que han sufrido por parte de los supers. Y piensan que la mejor forma de controlarlos es matándolos a todos.

La primera temporada de The Boys, nos mostró el origen de algunos personajes. Sus escenas estaban llenas de violencia y sucio vocabulario. Ese punto de riesgo para una serie de tv gustó muchos. Pero a los lectores del cómic de Garth Ennis y Darick Robertson, que la esperaban con el hype por las nubes, no les entusiasmó tanto. La serie aún siendo gore, salvaje y atrevida, se quedaba a medio camino de la bestialidad del cómic.

La segunda temporada de The Boys (recordemos que Amazon Prime Vídeo, solo nos ha dejado ver los tres primeros episodios) ha escuchado las quejas de los fans y ha aumentado la violencia gore y las palabras malsonantes. Pero también ha hecho otra cosa, algo que también hizo en su momento Walking Dead, alejarse del cómic homónimo en el que se basa.

En esta segunda temporada, a diferencia de la primera, encontramos muchas más diferencias en la historia con el cómic original. Huguie, el personaje interpretado por Jack Quaid (sí, es el hijo d Dennis Quiad), de golpe y porrazo es mucho menos freak que en la primera temporada. El resto del grupo, El carnicero, Frenchie, Leche materna y “la Hembra”, son mucho menos duros y salvajes de lo que deberían ser.

El protagonismo que le dan a The Deep, espero que nos lo expliquen en algún momento, porque ahora mismo, no tiene mucho sentido.

A Homelander, casi lo han convertido en el protagonista de la serie. Entiendo que eso debe ser porque el actor que lo interpreta, Antony Starr, tiene más carisma y talento que el resto del reparto junto (Si no la habéis visto, mirad la serie, Banshee).

Alejarse de la historia del cómic, no creo que le aporte nada bueno, ya que las nuevas tramas que plantea son más bien, flojitas. El segundo episodio es un buen ejemplo, si os lo saltáis no es perdéis nada.

En conclusión, aún con más sangre y palabrotas que la primera, esta segunda temporada sigue sin llegar al exceso e irreverencia del cómic. Lo que ganó en violencia lo perdió en historia y profundidad de personajes. Sin esto último, las escenas gore cargadas de vocabulario soez quedan desdibujadas y pierden la fuerza que deberían tener. En muchos casos resultan gratuitas y no impactan.

https://www.lasfuriasmagazine.com/2o-temporada-de-the-boys-cada-vez-mas-lejos-del-comic/
7 de octubre de 2024
8 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Apartment 7A es una más que digna precuela de la inolvidable La semilla del diablo (Rosemary’s Baby, 1968), con un duelo interpretativo excepcional entre Julia Garner y Dianne Wiest.

La película te invita a vivir una escapada demoniaca a un Nueva York de ensueño. La cuadrícula cuasi mágica del ensanche con más flow del mundo, es el escenario de esta precuela que nos devuelve la fe en el nuevo cine de terror y suspense, bien parido.

En Apartment 7A podrás disfrutar de un elenco femenino de actrices de primer nivel. Con sus protagonistas, Julia Garner y Dianne Wiest, asistimos a una evolución de personajes perfectamente orquestada y a la que no le chirría ninguno de sus engranajes.

El pequeño cervatillo perdido en el bosque urbano neoyorquino, interpretado por Garner, que vemos al principio del filme, nada tiene que ver con el cisne negro que al final despliega todo su poder para escapar de sus depredadores. La fuerza en la mirada de Garner, es brutal.

Por otro lado, la transformación que sufre la Minnie Castevet de Dianne Wiest, también es excepcional. La vecina adorable al más puro estilo tradwife con recetas al horno incluidas, muta en una terrorífica y sectaria adoradora del diablo. Es cierto que se da una vuelta de tuerca a la Minnie interpretada por Ruth Gordon en La semilla del diablo, pero me parece mucho más acertada por el personaje tan inquietante y, al mismo tiempo, carismático, que logra Wiest.

Te recomiendo ver esta película por su reparto, su estética, la perfecta ambientación de la época y, sobre todo, por ser uno de esos largometrajes contemporáneos que consigue ese poso de película de antes tan poco habitual en las nuevas producciones. Las escenas de baile son espectaculares, la historia te atrapará desde el principio.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
La delicada pero poderosa Julia Garner se mete en la piel de Terry Gionoffrio, una bailarina con poca suerte sobre las tablas que, para más inri, un día de actuación sufre un accidente que la aleja todavía más de cumplir su sueño de ser una primera figura.

En la espiral de catastróficas desdichas que le suceden a la buena de Terry, que no encuentra trabajo en ninguna compañía y que ha perdido prácticamente toda la movilidad en uno de sus pies, aparece la entrañable pareja formada por Minnie y Roman Castevet para meter al diablo en la ecuación. Y es que ya se sabe… a perro flaco, todo son pulgas.

Cuando los Castevets se cruzan el camino de Terry, su suerte comienza a cambiar. La vida le sonríe. Consigue bailar en una compañía de gran prestigio en la ciudad y los ojos de uno de los productores teatrales más importantes del mundillo se posan en ella. Su pie comienza a mejorar, puede vivir en un pisazo en uno de los barrios más top y, como por arte de magia, se convierte en la protagonista de la obra tras un “desafortunado” accidente a la primera estrella del espectáculo.

Sin embargo, pronto, muy pronto, empieza a percibir señales de alerta. Algo extraño y maléfico se esconde detrás de esa repentina racha de buena suerte. Sus afables vecinos se convierten en insidiosos, maleducados e inoportunos, y tras una extraña noche de la que apenas tiene recuerdos, un embarazo no deseado irrumpe en su vida para ponerlo todo patas arriba.

La traca final te dejará sin palabras. Atenta a la parejita que merodea al final de la peli por el edificio satánico, ahí comenzará el tormento del matrimonio Woodhouse.
6 de noviembre de 2020 2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Para responder a esa pregunta, además de ver la película, no estaría mal conocer alguno de los nombres que hay detrás de este título. Algunos son muy conocidos, otros, no tanto.

Hablemos del director, Antonio Campos. The Devil All the Time (2020) es su último trabajo, pero desde muy joven, su forma de rodar llamaba mucho la atención. Auspiciado por la Cinéfondation del festival de Cannes con la que ganó el primer premio en 2005, con 25 años pudo participar con su primer largometraje, Afterschool (2008). Una excelente película protagonizada por Ezra Miller en la que conoceremos la visión más oscura de un instituto.

En 2012 estrenó Simón Killer, una de mis películas favoritas. En esta película vemos la meticulosa radiografía de un joven psicópata. La forma en la que está rodada nos hace observadores, colocándonos en la figura de una especie de voyeur, de cómo Simon (espectacular Brady Corbet) ve y siente la vida y la muerte.

Christine (2016), fue su siguiente película. Su tercera incursión en la psique de un personaje oscuro y torturado. En esta ocasión, la periodista Christinne Chubbuck interpretada por Rebecca Hall. Historia real de uno de los momentos más violentos y desesperados de la tv.

Viendo estas tres películas, en las que Campos disecciona con mano de cirujano la perturbada mente de sus personajes protagonistas, no es de extrañar que adaptara la novela de Donald Ray Pollock que da nombre a su última película.

El diablo a todas horas es un viaje a la maldad, al narcisismo, al deseo de conseguir los objetivos ordenados por las bajas pasiones de unos hombres bajo la influencia de Dios o de cualquier otra Fe. Incluso la fe en uno mismo. Nos sitúa en dos pequeñas localidades del sur de EEUU. En la América profunda de mediados del siglo XX. En la que la religión, los ambientes rurales y los personajes que parecen cobrar vida de las pinturas de Grant Wood creaban el escenario perfecto en el que dar luz a los deseos más bajos, oscuros y peligrosos de una comunidad.

Y es que no solo los Hermanos Coen tienen el monopolio de las historias situadas en ese tipo de lugares y con ese tipo de personajes. Lo dejaron claro directores como Paul Thomas Anderson, Martin McDonagh, Cary Fukunaga y todo el cine de terror rural rodado desde los años 70.

Antonio Campos, utilizando diferentes historias con nexos en común, como herencias mentales, o personajes que se mueven en varias de ellas, nos muestra un abanico de personajes esparciendo el mal en su vida y la de los otros. En algunos casos, sin ser conscientes de ello. Nos enseña como la casualidad, la suerte y la oportunidad es parte fundamental de la vida. Tan real como los zapatos que vistes.

A los espectadores, como hacía en sus otras películas, nos cuenta más información de la que tienen sus personajes protagonistas. En este caso, además, tenemos una voz en off que nos ayuda a no perder la cuenta de todo lo que ocurre.

A diferencia de sus anteriores películas, al utilizar tantos personajes, no podemos sumergirnos tan profundamente en la psique de sus personajes, pero sí lo suficiente como para poder entender las acciones de esa comunidad. De esa América.

Su reparto hace un trabajo prodigioso. Todos, sin excepción, están a un nivel que ojalá compartiera la mayoría de las películas de la plataforma. Actores conocidos Tom Holland, Mia Wasikowska, Jason Clarke o Robert Pattison (este último, lleva desde Cosmópolis (2012) demostrando que es uno de los mejores actores de su generación, aún habiendo participado en la desastrosa saga Crepúsculo) crean unos personajes muy alejados a lo que nos tienen acostumbrados. Espectacular la perfección del acento sureño, gestos y ademanes de la época y lugar.

Actrices y actores no tan conocidos como Bill Skarsgard, Haley Bennett, Riley Keough, Sebastian Stan, Eliza Scanlen y Harry Melling, completan el reparto perfecto. Sus interpretaciones son precisas, sensibles, inspiradas y dignas de todo tipo de elogios. Especial atención a Eliza Scanlen, de la que, recomiendo toda su filmografía, y Harry Melling, el ahora irreconocible actor que interpretó a Dudley Dursley, el primo de Harry Potter. Su interpretación en esta película dará mucho que hablar.

No sé si he respondido la pregunta del título, pero espero haberos animado a que veáis la película y respondáis a la pregunta vosotros mismos.

https://www.lasfuriasmagazine.com/es-el-diablo-a-todas-horas-el-mejor-estreno-de-netflix-en-lo-que-llevamos-de-ano/
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