Solo por curiosidad me gustaría saber como han conseguido colar este documental hasta una sala de cine. En realidad no es un documental es un publirreportaje.
No creo que haya que juzgar esta obra en función de las creencias personales de cada uno ni de la simpatía que se le pueda profesar al protagonista, que sin duda será mucha al acabar la cinta si se observa sin ningún espíritu analítico, ya no digo crítico. Del mismo modo que no juzgamos Alien en función de si creemos o no en los extraterrestres o si nos cae bien o no la criatura babosa en cuestión. Nos puede gustar El Padrino o incluso podemos amar a Don Michael Corleone y no compartir ni sus creencias, ni sus métodos, ni su forma de vida.

Y es una verdadera pena por que con el material de esta historia se hubiese podido obtener algo infinitamente mejor, más emotivo, más inductor a la reflexión, más crítico, más enriquecedor y sobretodo se hubiese podido elaborar de una forma más veraz.
Cinematográficamente hablando no tiene ningún valor. Es tal el interés del director en vendernos el personaje y el sacerdocio, y tan tosco su intento, que ni siquiera con una persona con tantas aptitudes y con tal personalidad lo consigue. Mal apuntó el inició en una aparición -del que creo que es el director- en pantalla contándonos literalmente en primera persona lo maravilloso del personaje, y lo maravilloso de ser cura. Eso fue casi un insulto al espectador. Solo faltó la voz en off para dirigir nuestros pensamientos a lo largo del film para que me levantase y abandonase la sala. De todos modos con el aire acondicionado se estaba mejor dentro que fuera y a pesar de que las palomitas estaban reblandecidas decidí quedarme ahí sentado pensando –inocente de mi- que todo aquello era solo una primera parte introductoria en la figura de Don Pablo Domínguez y que después vendría algo mejor de lo que llevarme una parte para casa que me sirviese a posteriori de algún provecho. Resultó ser que no.

Presentar las bondades, características y contribuciones del sacerdocio a través de la figura del Padre Domínguez me parece desacertado por que al final el personaje se come tal intención. Si es eso lo pretendido habría que recordarle al director que la ficción se inventó para ahorrarnos documentales como este. Si lo que se quería era presentarnos la historia del Padre Domínguez entonces sobra medio film y es un despropósito todavía mayor.

La banda sonora, por así llamarla, es un fiel reflejo de la “película”. El film no tiene nada interesante en ningún plano. Quizá lo únicamente aprovechable es la historia del personaje y el personaje en sí. Ni siquiera aprovechar eso se ha logrado.

Una auténtica vergüenza y una pérdida de tiempo. Si usted ha leído esta crítica ya le ha dedicado demasiado tiempo a esta película si es que se puede catalogar como tal.