He ido a ver esta película y me ha gustado. Así de simple. Entretiene, divierte, emociona e inspira.

Actrices y actores están estupendos. La trama avanza, gira y sigue avanzando. Una historia donde los personajes aprovechan las oportunidades que se les presentan para mejorar sus vidas, a pesar de las dificultades ¿Cómo? Jugando y confiando.

Mi conocimiento acerca de Eugenio se reducía a su vida pública. No había visto documentales y no sabía nada de su vida privada. Conocía su manera de contar chistes, ese estilo tan personal que me encanta. Todo eso era suficiente para sentirme atraído por la película. Y no me decepcionó.

David Verdaguer lo clava: ves a Eugenio en acción. Y Carolina Yuste da vida a Conchita, esa gran mujer con la que compartió escenario, formó familia y fundó el Sausalito. Juntos, sumando al resto de actores y actrices, recrean de maravilla una historia con alegrías y penas a través de una época, una sociedad y unas vivencias, tanto públicas como privadas, que te tocan el corazón.

Como película, es entretenida, hay buenas ideas, se cuida la estética y la fotografía. Y me ha gustado su banda sonora (me recordó a la de "Déjame salir", de Jordan Peele, BSO de Michael Abels).

Sin embargo, estoy convencido de que el guion merece una reescritura, para sembrar mejor los indicios (e incluir otros nuevos, quizá) y ajustar los giros de una manera más gradual y coherente. Creo que daría un resultado sorprendente o, por lo menos, elevaría notablemente la calidad de la historia.

En todo caso, sentí interés por ver la película a pesar de las críticas negativas y neutrales; estas últimas, en particular, hicieron crecer mi interés, como si hubiera algo aún sin definir llamando a la puerta.

De verdad, me lo pasé genial con esta película. Avanza con buen ritmo, desvelándose misterios poco a poco, y los actores y actrices sostienen muy bien sus personajes. La niña Lucinda, al principio, está interpretada de maravilla por la joven actriz Lara Robinson. Cada escena te anima a ver la siguiente, intrigándote y/o asombrándote. ¿Quizá hay alguna escena que decae un pelín la acción? Quizá. Pero nada que no tarde en reactivarse.

Me esperaba otra cosa. Esperaba escenas que me sorprendieran, encuentros casuales. Esperaba que un par de personas se reencontrasen en algún lugar inesperado, en un momento no calculado, como si fuesen la aguja en el pajar el uno para la otra, y viceversa. Y esperaba que sus vidas saltaran por los aires para dar paso a una nueva vida creada en común. Pero no es eso lo que sucedió.

Sin embargo, dejando de lado el guion, hay algunas escenas en las que los actores hacen un buen uso de los silencios, de las pausas, y juegan una carta interpretativa interesante. Dejan tiempo para observar qué sentimientos emergen entre los personajes, qué temas pendientes les unen.