Es curioso lo que me ha ocurrido con esta serie. La primera vez que la vi coincidí con algunos comentarios en el sentido de que la primera parte es perfecta, pero en un determinado momento desbarra y los últimos capítulos son tonterías sin sentido (por supuesto esto me lo pareció sin haber leído los comentarios todavía). Sin embargo, la volví a ver después de algún tiempo, y para nada, incluso me parecieron todos los últimos perfectos. Escribo esta crítica porque me parece remarcable, no me ha sucedido con nada más que yo recuerde.

Es una de las escasísimas películas que he visto hasta el final dándole un 1. Supongo que yo tampoco puedo sustraerme a la comercialidad con que está hecha, pero pensando a cada minuto en las motivaciones que pueden llevarle a una persona a hacer algo tan burdo, políticamente hablando. No se puede traspasar de esa manera todas y cada una de las leyes de la sociedad, a no ser que interese a alguien, claro. Así pues, si existiera una censura ética, esta no pasaría del minuto 10.

Es muy fácil suponer por qué considero que esta sábana (la palabra parecida inglesa) es homofóbica desde que se plantea el sinsentido general. Y conforme va avanzando no se va más que confirmando la impresión. Hasta ahora había creído que este director simplemente inventaba cosas sin la menor justificación de ningún tipo, pero parece que también quiere hacer moralinas, también sin mucha probabilidad de existencia real.

Me había propuesto que no escribiría ninguna crítica, pero me arde algo por dentro y tengo que decirlo: si vas a criticar de una manera tan fantasiosa un ejército, hazlo con el tuyo. Me cuesta mucho trabajo creer que un juicio tan parcial pueda desarrollarse en un ejército del que se suponen unos jefes educados y razonables, pues por eso han llegado ahí. Es algo repetitivo en todo el cine anglosajón, cuando critican abiertamente algo, lo hacen hacia entidades extranjeras, no vale, es demasiado fácil y artero.