"Ahora se lo que es el amor, ¿siempre duele así?" temina preguntando Catherine Deneuve en esta pasional película de Truffaut. El filme nos cuenta hasta donde puede llegar un hombre por amor, atrapado en la lujuria y la belleza de la mujer de Truffaut, nuevamente presentada como la mas adictiva de las emociones, irresistible y al mismo tiempo absolutamente destructiva. Pero el maestro siempre nos sorprende al final, haciendo que la mujer conozca finalmente el amor. Después de reducir a su víctima a la mínima expresión personal, social y económica, se ve reflejada en su propia miseria y fealdad interior, consiguiendo amar por primera vez, aunque sea como a cada instante mirándose al espejo. Adorable.

Exquisita manera de narrar la búsqueda de la serenidad y la virtud frente a las tentaciones del deseo, en este delicado filme de Rohmer, lleno de naturaleza y costumbrismo. Pero, ¿qué pasa cuando tras tanto batallar con nosotros mismos se consigue la tan anhelada calma en el lago, la paz y el silencio? Supongo que echamos de menos el ruido, el movimiento y el caminar en nuestros pensamientos, buscando el calor de la sensualidad y la belleza. Será por eso por lo que lo primero que hace Rohmer con nuestra protagonista es, mostrar su cuerpo delicuescente, casi desnudo, como un objeto codicidado que hace que así podamos formar parte todos de su colección. Nadie quiere una mujer de todos pero todos queremos poseer tanta belleza aunque aún mejor es poder elegir, sentirse libre y vencer a la tentación, en un ejercicio de virtud personal.

Siempre había creído que para poder ver "una de Rohmer" necesitaba acercar la tele unos cuantos metros la televisión de mi salón para no quedarme ciego leyendo tanto texto, pero, este tempranero filme del director francés nos demuestra su inmensa capacidad de comunicación, solamente con el poder de la imagen. Y es que esa espiral hacia la indigencia que vive el protagonista es mostrada con increíble maestría; con esas obsesivas y reiterativas escenas de París, que nos fatigan y enloquecen despojándonos de nuestra dignidad más y más, metiéndonos en el mismísimo traje raído del personaje.
Respecto al tratamiento de cuento de la película tan presente en la filmografía de Rohmer, creo que le da una dimensión de moraleja, de reflexión curiosa que si bien nos deja con un buen sabor de boca y le da unidad a la historia, queda eclipsada por la excelente forma de contarlo. Claramente, como se suele decir, la forma supera al fondo. Y es que así es Rohmer.

Efectivamente es una "americanada", pero, eso es lo que nos puede dar pie a pensar que detrás de la superficialidad, la prepotencia, el dinero, la juventud y la belleza, es donde puede acechar la tragedia. Ahí se esconde la irresponsabilidad y la falta de prudencia. Ahora que están de moda los cruceros, el deporte de aventura y el submarinismo, la película trata una tematica muy actual ya que se producen muchos accidentes por un barco alquilado, un equipo de buceo prestado, un "yo también quiero hacer super-actividades..." Para mi gusto el planteamiento es muy posible, lo que potencia la fuerza del thriller por la identificación del espectador con la historia, y, verdaderamente original. Me gusta la manera en que el argumento se presenta: de repente, sin avisar, como el disparo de una cuenta atrás...El director juega con nuestra propia capacidad de inventiva y de supervivencia, retándonos a buscar soluciones, con los mínimos medios físicos (la desnudez y ausencia de instrumentos) y los máximos emocionales (la supuesta amistad de nuestros compañeros). Aqui se demuestra, como lo hiciera Buñuel (valga la comparación) que el ser humano en situaciones extremas pierde la capacidad de amar y de compartir buscando su exclusiva supervivencia.

Fabuloso filme en que el que Truffaut nos muestra con asombrosa maestría su conocimiento de la perversa e inteligente mente femenina, llevada a la exageración a través de la historia de una irresistible mujer buscavidas y ligera de cascos, en una deliciosa comedia con agudísimos diálogos, un ritmo perfecto y un final sorprendente a la vez que didáctico.
Es notorio el influjo de esta película en el mejor Woody Allen, con los saltos en el tiempo de la historia y esos efectos tan geniales de contar con la voz una historia y mostrar simultaneamente la antítesis en imágenes en clave sarcástica. Truffaut nos desenmascara el comportamiento de los hombres, su simplicidad y lujuria primitivas, disfrazadas de cualquier condición social o profesión, motivo justificado del desdichado final del protagonista.