Cuando leí la crítica de Boyero en El País, pensé que había un pellizco de mala leche hacia la película de Almodovar, pero tras verla ayer, creo que su adjetivación se quedó corta: ni tonta, sencillamente plana, ni una carcajada, ni una emoción, nada. No sentir nada, ante una película, es la peor experiencia que puedes sentir al acudir al cine. Sólo me sentí estafado. Fue como comprar un regalo y al abrirlo, comprobar que la caja está vacía. Guión de niño de 12 años, actores despreciados, maltratados, incapaces de defender tal estupidez. Me imagino que se dejaron comprometer por el amiguismo que les une. De ahí que no rechazaran la propuesta. No dudo que se avergonzarán de su aparición en tal estafa. Ni tan siquiera, la música . Lo único que me gustó fueron los créditos. Me imagino que en lo que más se han gastado los Almodovar los euros, ha sido en el marketing, por que en lo que es creatividad e inteligencia nada de nada.