Cuando se cuenta una historia compleja, llena de intriga, suspense y con muchas incógnitas es fácil enganchar al espectador. Este no es el caso. Se trata de una historia sencilla: una madre joven y su hija. Lo maravilloso de Las chicas Gilmore es que teniendo una trama simple y quizás algo trillada te atrapa casi desde el principio.
Los diálogos rápidos, ingeniosos, divertidos, llenos de sutilezas y de constantes referencias a la literatura y al cine hacen de esta serie una pequeña joya.

Esta película despeja mis dudas sobre por qué el cine español es de tan baja calidad: En España nos preocupamos por hacer películas "originales", surrealistas...y no por hacer buen cine.
Salí del cine hasta cabreada después de pasarme dos horas soportando este despropósito (que encima de mala es larga). Cabreada, sí, porque no se pueden juntar unas cuantas escenas absurdas, una cantidad desproporcionada de violencia y llamarlo buen cine. ¡Claro que le gustó a Tarantino! mientras en la película haya una buena cantidad de sangre este señor está encantado.
No he debido generalizar, no es todo el cine español de baja calidad, rectifico. Pero es cierto que gran parte de él se nutre de películas que no dejan de ser un vago intento de vanguardia...perdidos entre Tarantino y Buñuel...perdidos y nunca encontrados.