Película grata por la forma y fondo pero discreta. "Demasiado" contra corriente (léase el comentario fuera de sí del "crítico" de El País, razón principal por la que me animé a verla), esto es, alaba la familia como el mejor ecosistema humano posible, es un canto a la vida (condena implícita pero clara del aborto) y reivindica lo hispano en su sentido tradicional, transmisor de valores como la familia y la fe. Encima, es tan insolente que no hay una sola escena de cama o de sexo. Total, demasiado para la inquisición reinante que sólo admite "jugar con las emociones" cuando se trata de vender sus "valores" y que son, justamente, los contrarios. Dicho esto, creo que la escasez de recursos no es excusa para afirmar que no se ha sacado partido al guión, muy flojo, y que a mi parecer roza (sin llegar a abusar, eso sí) la sensiblería. Con todo, una película muy bienintencionada y, desde luego, que dice mucho de la valentía de Verastegui.

Aunque parezca imposible la originalidad en la temática sobre la Segunda Guerra Mundial, sin duda sorprende por ser de las escasísimas ocasiones en que se denuncian los horrores del Comunismo. Conviene mentalizarse de que es una película eslava, en el orden y ritmo narrativos; por otra parte, no exenta de frescura, credibilidad y formidable impacto dramático. Los últimos sobrecogedores minutos de la película, incluyendo los créditos finales, serán muy difíciles de olvidar. En resumen, un magnífico exponente de auténtica y justa Memoria Histórica.

Un compositor de la talla de Bach merece, sin duda alguna, homenajes cinematográficos de todo tipo. Formatos como el de Pere Portabella podrían haber sido, a mi entender, perfectamente válidos e interesantes por la originalidad y actualidad. Sin embargo, creo que se ha perdido él solo en un libreto que se le va de las manos ahogado en la sofisticación, a ratos estridente y absurda y con una sensación última de carecer de pies y cabeza. No ayudan estas películas a fomentar la asiduidad al cine español. Una pena. Bach merecía mucho más.