Es una película de la época en que se hizo. Todas las películas contemporáneas de ésta tienen unas actuaciones similares, producto de lo que gustaba entonces. La gran diferencia está en los decorados. Intuyo que son debidos a una de estas razones: o bien un bajo presupuesto o tal vez una puesta en escena que no quitara protagonismo a lo verdaderamente importante, como es un magnífico guión que ensalza la lucha por descalificar y destruir un cristianismo en ciernes. Es una película más sobre el tema de los cristianos, pero no es una mala película porque le falte una carrera de cuádrigas u otros artificios derivados de una gran inversión monetaria.

Una vez más se demuestra que la promoción de una pelicula (y ésta ha tenido una barbaridad) es inversamente proporcional a su calidad. No deja de ser otra comedia española totalmente previsible de principio a fin, con el agravante de ver cómo se frivoliza sobre un asunto tan serio como la influencia que pueden tener las malas compañías en la vida de una hija (en especial en el caso de la de Javier Cámara), además de dejar a los padres como culpables y responsables de toda la situación. Lo único que salva a esta película es que, sin llegar a reírte a carcajadas, no deja de sacarte alguna que otra sonrisa de vez en cuando.

Es una de las películas más bonitas que he visto. La banda sonora es la mejor de su autor, el malogrado James Horner, mecedora de un Oscar sin duda. Una película para llorar sin parar. Unos paisajes maravillosos. Una fotografía espléndida. Es Al este del Edén, con un romanticismo absoluto. Para verla una y otra vez.

Si quieres pasar dos horas viendo una película que no te obligue a pensar en cada giro de escena, donde te puedas dejar llevar por el placer de disfrutar de los maravillosos colores y efectos visuales, junto a una banda sonora que se adapta a las imágenes como anillo al dedo, no te puedes perder Alicia a través del espejo.
Y en 3D, aún más espectacular.

El que quiera pensar, Rosebud.