La pregunta es: ¿Como se puede destruir una película que podria haberse calificado como notable con un final tan penoso y desastroso, típico de los guionistas a los que se les pide una película de una mañana para otra y que escriben el argumento de ésta mientras están viendo un partido de la champions?
Antonio Trashorras lo consigue de manera sublime (destruir la película, claro). Durante 55 minutos dota a la película de un suspense y de una emoción intensas, pero todo se trastorna al llegar una mujer vampiro, la supuesta "novia" del acosador, también vampiro. Lo mejor no es esto, sino que también llega "alguien" que no se sabe quien es, bueno sí, el que apareció al principio pareciendo el malo, que es quien destruye la fuerza vampírica de la "novia" del acosador-vampiro y quien consigue que Ana de Armas se salve de la muerte en manos del psicópata. Después de una lucha sangrienta dentro de la lavandería, aparece una escena de la mujer-vampiro en su casa, típica de una película de Schmoeller decorada con candelabros y cortinas de bajo presupuesto. Volviendo de golpe al sitio de las lavadoras y con un baño de sangre espectacular, el vampiro novio de la vampiro sale a la calle y se derrite con el sol...
¿Hace falta que continúe? Por desgracia sí.Cuando Rosa (Ana de Armas) sale y parece salvada, se encuentra con su hermana muerta en el suelo; al girarse, ella reanima convertida en vampiro y PAM! STOP de cámara y fin de la película.

Destrucción a la española. ¿Por qué? 10 minutos más de película, cambiando los vampiros por asesinos y añadiendo un par de escenas de violación, tortura y asesinato, hubieran conseguido, posiblemente que la película fuera clasificable como "interesante" y que se convirtiera en una alegría y posible referencia para los espectadores del cine gore.