Que se cuente toda esta historia fascinante para mostrar al final que un señor -reverendo para más INRI- descreído por haber perdido a su esposa, recupera la fe porque cree haber visto a su dios tras el asma salutífera del niñito... es indignante. Y no le basta con eso... ¡se vuelve a poner el alzacuello, es decir, vuelve al ataque, no contento con su "revelación personal"!
Ya lo he contado, ajustándome a las más que razonables normas del "spoiler", y ahora juzgue el espectador, en el caso de que aún no lo haya hecho, si merece la pena verla o no. Ya tenemos bastante con los púlpitos cotidianos para que nos tomen el pelo de esta manera, y no esperaba esto del autor de dos películas sumamente sugestivas como "El sexto sentido" y "El bosque".
Yo he perdido la fe en Shyamalan, y no necesito ninguna invasión alienígena para redimirme.