Esta película es sencilla pero eso no impide que sea buena, y la califico como buena porque me entretuvo y me gustó el final. El argumento fue original, un profesor buenazo y cobarde es desafiado por el profesor malvado, exigente y al que todos -alumnos y directivos- le tienen miedo. El desafío fue una pelea mano a mano afuera, tal como sucede en la secundaria, pero la diferencia radica en que esta vez son dos adultos, y uno quizás está por protagonizar la primera pelea de su vida de la cual no cree salir vivo. La mayor parte de la película sucede en la preparatoria, en 5 escenarios máximo, esta película es un ejemplo de que se puede hacer algo entretenido y simplón con poco presupuesto.

Lo mejor: A Charlie Day el papel le viene como anillo al dedo, aunque hace el mismo papel en otra película ( Cómo matar a mi jefe) es como si hubiera nacido para ese papel o quizás en la vida real fuera así. Te entretiene seguir al protagonista a lo largo de ese día esperando que llegue la hora de la pelea.

Lo peor: La preparatoria de terror, docentes y directivos gobernados por alumnos que hacen lo que quieren, bromas de mal gusto y droga corriente, una superior drogadicta y adicta a acosar a menores de edad, por más que pueda ser más real que nunca, verlo todo junto es demasiado.

Ví muchas recomendaciones de esta serie, y como me gusta mucho el trabajo en cine y series españolas decidí darle una chance. El primer capítulo me atrapó, pero ya con el tercero se me hizo pesada. Me costó ver los últimos capítulos, simplemente había perdido el interés. Pero la ví completa por mera curiosidad. La serie nos lleva a un mundo donde todo es una porquería, tu infancia, tus amistades, tu familia, tu trabajo, tu pasado, tu presente. No se torna "oscura" sino pesimista. Cada personaje tiene una tragedia, un trauma, una vida oscura. Y fue por eso mismo que me costó seguirle el hilo, te deprime. Destaco el papel de Alexandra Jiménez, quien logró meterse muy bien en el personaje -hace que el espectador se compadezca de ella- y el del padre del chico muerto a manos de Mateo Vidal, que hace una magistral interpretación.

La película comienza como un cuento de hadas: La chica pobre conoce a un príncipe quien la lleva a un mundo de fantasía. Uno diría ¿Dónde está la trampa?. Pero eso no lo piensan estas chicas. Mientras Lily James se mete más aún en la vida de su marido (un completo desconocido) tiene más dudas que certezas.
La puesta de la película es muy buena y la casa da un ambiente siniestro que hace que uno se desespere tanto como la protagonista -aunque yo saldría corriendo al minuto- y ahí es donde creo que falla: ¿Realmente el amor que ella siente por él es tan fuerte, sabiendo que apenas se conocen como para seguir aguantando todo? ¿Incluso el desprecio y la incomprensión de su propio marido? La pareja de actores no tiene feeling y eso hace que no se entienda el por qué de tanto capricho para seguir en un lugar donde nadie te quiere.
Aspiraba a ser una película pasional pero de pasión, nada.