Me he dejado llevar por el revuelo mediático, y hace un rato he salido de ver Cronocrímenes. Una vez más, el marketing gana a la calidad real del producto. La idea de la película es muy buena, pero ahí se acaba lo bueno. Le falta dinamismo (en ningun momento ha conseguido pegarme a la butaca) y aunque Karra Elejalde hace un buen papel, la presencia del propio Nacho Vigalondo consigue que pierdas toda la credibilidad en sus escenas. Me parece un exceso de ego el empeñarse en aparecer en la película, cuando parece que está recitando el guión de memoria.
Si la película hubiera tenido menos marketing, lo mismo me hubiera sorprendido, pero la venden como la gran película espeñola de los ultimos tiempos y es sólo un experimento interesante...